Canal de Panamá: dos kilómetros de inseguridad, oscuridad y basuras
POR:
EDUARDO
MOSCOTE SIERRA
Desde escasos metros de la Terminal de Transporte en Valledupar, se logra vislumbrar el remodelado y cuestionado canal de aguas lluvias de la calle 44, conocido como ‘Canal de Panamá’; que comienza su tramo en la glorieta cerca al paradero de buses hasta llegar a la carrera cuarta.
Un túnel de árboles –algunos secos – adorna la vía con más de dos kilómetros que funciona como separador de los barrios San Fernando y Panamá adscritos a la comuna dos. No obstante este adorno natural no solo se ha visto empañado por incumplimientos en su entrega; la obra inició en el 2016 con un término de 16 meses, pero fue entregada al público en un 90% en los últimos días del 2018.
El proyecto ha formulado muchas dudas: no solo por su inversión, unos $8.453 millones sacados del paquete de obras consolidado por el Sistema Integrado de Transporte de Valledupar (SIVA), que tuvo un valor cercano a los $30.000 millones antes de una adición de$12.000 millones para terminarlas, recursos dados por la Gobernación del Cesar.
De los presupuestos se inyectaron para la interventoría unos $2.000 millones entregados una parte por la Gobernación del Cesar y otra al SIVA.
Lo que vulnera la tranquilidad de los residentes cercanos, sobre todo aquellos que residen a un costado de la vía y transitan diariamente, son los constante accidentes que en el tramo han surgido desde su remodelación: la falta de señales de tránsito, reductores, semáforos, luminarias y puentes peatonales, agravan el asunto.
Una ‘mala costumbre’ se ha convertido escuchar fuertes estruendos a cualquier hora que salen de vehículos que a alta velocidad pierden la estabilidad y caen directamente al canal; aunque hay barandas metálicas –3.000 metros lineales de ellas –costeadas por un proyecto contractual de $5.400 millones, no logran mitigar ni los accidentes ni los heridos.
Así lo expresa, Aurelio Martínez, quien además cuestiona que la inseguridad surgió desde los engaños pues dice que pese a que el esquema y ordenanza del contrato dispondrían bloques de concreto como barandas, los que existen – pintados de un color verde desgastado – no pueden contener ‘ni siquiera’ una moto; como ejemplo puso el último accidente mortal ocurrido.
Se trata del choque ocurrido el pasado 5 de octubre en la calle 44 con 5B1-06 el que una camioneta marca Toyota (Prado) con placas FAT -727 terminó volcada en el Canal de Panamá, acabando con la vida del intendente de la Policía Nacional, Antonio de Jesús Tapia Sarmiento, quien estaría acompañados con dos compañeros que resultaron heridos.
Anteriormente, el 27 de septiembre un carro Chevrolet Sprint, color verde, de placa CHT-441, también cayó al conducto de aguas servidas, el conductores, Adrián Rivera Martínez, no sufrió herida de gravedad, pero sí desató sustos.
“También estamos graves de luminarias porque tampoco las pusieron, problema para ciclistas que realizan deportes en esta calle y que han sufrido accidentes; como para adultos que desde las 5:00 a.m. salimos a caminar, porque ayudan a camuflar a rateros que adelantan frecuentes hurtos y nos despojan de lo poco que tenemos”, comentó Martínez.
Dice que mensualmente hay más de 20 accidentes en este sector, cifra que también sustenta Solmarina Vergara Córdoba, transeúnte. Es líder de la institución San Fernando, aledaña al lugar y que alberga más de 1.000 estudiantes que día a día atraviesan las calles sin ayuda de oficiales de tránsito, semáforos o reductores. De ninguna clase de señal. Así lo comprobó DIARIO DEL CESAR en un recorrido.
A los menores solo les queda mirar para ‘arriba y abajo’, táctica que por años han enseñado los padres cuando se atreven a dejar que los hijos vayan con cuidado a clases.
Y dice: “Luché para que pusieran los policías acostado, hemos enviado carta a las autoridades (secretarías) de Tránsito, Obras y Planeación, pero ninguno ha adelantado los procesos (…) hemos seguido en las mismas porque ni con el SIVA contamos”.
Pese a andar sobre la oscuridad no pierde la esperanzas, por eso anhela que el nuevo mandatario de Valledupar, asuma estas quejas como uno de los más significantes retos de su administración.
LOS PESARES DE CANAL
Casi día por medio el cielo vallenato ene esta parte del sur del Cesar parece vestirse de negro y gris, esto a causa de las quemas indiscriminadas que carromuleros y carretilleros provocan en un lote baldío ahí ubicado y que se ha convertido en un nido improvisado de basuras y aparente consumo de sustancias psicoactivas.
Durante el trabajo de campo, el equipo sorprendió a cerca de cinco personas abandonando residuos en el sector, a plena luz del día, con la mirada de los vecinos, de conductores y algunas patrullas de policías que por ahí pasan sin inmutarse de los atentados ambientales.
Lizeth Polo manifiesta que los incendios se dan por el efecto lupa, provocado por materiales vidriosos: “Son innumerables las llamadas diarias que hacemos al Cuerpo de Bombero de Valledupar”. Algunos dice, lo hacen para sacar carbón de manera ilegal, problema que “no nos deja respirar, están produciendo tos constante porque el humo se filtra a las casas”.
Tales situaciones necesitan en algunas ocasiones 18.000 litros de agua para ser sanada comenta el comodante del Cuerpo de Bomberos, teniente Eduardo Rojas, comandante del Cuerpo de Bomberos en Valledupar.
En conversación con el periódico ha sido enfática en que la competencia del Municipio y Policía es buscar óptimas, agilizadas y determinantes soluciones a estos casos.
‘HEMOS REDUCIDO LOS INCENDIOS EN UN 50%’
En el informa “Barrios de la comuna dos: entre quemas y contaminación”, el secretario de Gobierno, Gonzalo Arzuza Torrado, aseguró que, desde hace un año han interpuesto comparendos hasta por $20.000.000 a quienes mantengan sin protección y abandonados terrenos privados.
Frente a esas afirmaciones además acotó: “En un 50% hemos reducido los incendios de Valledupar”; pero que algunos problemas son provocados por vecinos que contratan por $5.000 vehículos de tracción animal para que abandonen los residuos en cualquier lugar.
LO QUE HA SOPORTADO EL CANAL DE LA 44
Durante las intervenciones a este tramo vallenatos, y por posibles irregularidades en su planeación y desarrollo, en años pasados la Procuraduría Regional del Cesar abrió indagación preliminar a un grupo de empleados por establecer aparentes obras inconclusas en la ampliación del ‘Canal de Panamá’.
Tal y como dijo en su momento el Ministerio Público, el contrato que tenía como fin la construcción, rehabilitación de la malla vial, espacio público, renovación y optimización de las redes de acueducto y alcantarillado sanitario, y construcción del colector de aguas lluvias de la calle 44, entre otros arreglos en ese momento, y al vencimiento de los término, no se había culminado.
EN EL ‘OJO’ DE CONTRALORÍA
Para ese momento y finalizando los trabajos en esta obra, las quejas ciudadanas se afloraron más, frente a eso la Contraloría de Valledupar desarrolló una inspección con ingenieros evidenciando el deterioro en que se encuentra lo construido y las afectaciones a los habitantes de los barrios aledaños.
“A primera vista se nota que es una obra en abandono, con fallas en la construcción que podría terminar en una elefante blanco”, dijo para ese momento el contralor municipal, Omar Contreras.
Se habría detallado que el proyecto tenía una apariencia de haberse ejecutado hace 10 años, además señaló que “el peso del agua, durante el invierno, ocasionó derrumbe de algunas placas, hay grietas, es notable los errores de construcción, en los diseños, se requiere actuar para evitar que se pierdan esos millonarios recursos”.
LA COMUNIDAD HABLÓ
Insistentes, la comunidad expresó algunos inconformismos que desde el canal se detallan y que alertan al poder afectar la vida y seguridad de las personas:
Fue así como Yeila Zambrano comentó: “El tráfico en este punto es pesado y peligroso, más que todo por los estudiantes, tienen que poner semáforos, un puente; varios accidentes han involucrado a menores”.
En el mismo sentido, Isidro Bermúdez dijo: “Aquí hace falta un puente peatonal porque a veces debemos cruzar y hay que desplazarse varios metros o exponerse; requerimos iluminación porque cada semana hay más de cinco accidentes por lo mismo”.