Diario del Cesar
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Reflexión, reconciliación y perdón en Semana Santa

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Un mensaje de reconciliación, centrada en el perdón y en la justicia, será el llamado con el que se encontrarán los millones de católicos que durante los días de Jueves y Viernes Santos se acerquen a las iglesias y parroquias a conmemorar la muerte y resurrección de Jesucristo.

Los sacerdotes del país seguirán el camino que les trazó el papa Francisco durante su visita, cuando pidió que se aprovechen estas fechas para enfocar sus misiones pastorales en fomentar el perdón y la reconciliación, en un momento en el que nuestro país lo necesita tanto, por la coyuntura de transición en la que nos encontramos

La Semana Santa como tiempo de reflexión es una clara oportunidad que tienen las familias, que es cuando hay más tiempo y espacio para estar juntas, para que transiten por el camino de la fraternidad.

Recordemos que  la Semana Mayor no es solamente una fiesta para los cristianos, sino que es un acontecimiento universal que conduce al mundo a una realidad más profunda. Es la demostración de que Jesús sigue vivo; después de toda la injusticia, el odio, el abandono, la traición, él vive en su palabra, en la Iglesia. Y no olvidemos que la esperanza es muy importante en estos momentos complejos, porque garantiza todos los esfuerzos por una nueva Colombia justa y en paz. Por eso el llamado a la comunidad católica es vivir intensamente este misterio Pascual.

Hoy, cuando 1200 millones de católicos conmemoran la instauración del sacerdocio y la eucaristía, es un buen momento para reflexionar sobre el papel de la Iglesia en el mundo actual y sobre los retos que enfrenta una de las instituciones más respetadas en el Planeta y en Colombia.

Esta Semana Santa es una ocasión especial para reconciliarnos con Dios y para superar temores, dudas o cuestionamientos sobre la confesión.

La reconciliación es llegar a una unión entre dos personas. En este caso la criatura y el creador, es decir, Dios y el pecador.

La  Semana Santa, como lo dice la Palabra, es una semana especial en el contexto del año. Es una semana dedicada especialmente a Dios. ¿Para qué? Para llenarnos de su presencia, de su amor y por lo tanto poder vivir a lo largo del año llenos de esa presencia misericordiosa.

Recordemos que los católicos celebramos el misterio de la muerte y resurrección de Cristo no como un misterio de algo que sucedió hace algún tiempo, ¡No! Es algo siempre actual, porque la Resurrección del Señor precisamente significa que Dios ha vencido definitivamente la muerte y nos ha dado la vida, que esa vida se debe manifestar en el amor especialmente a los demás, en la familia, en el trabajo, hacia los más pobres, los más necesitados, los que necesitan de nuestra ayuda.

La vida ejemplar de Jesucristo es una invitación constante a la reflexión de cada cristiano sobre su vida personal, sus actos y obras, especialmente durante la Semana Santa.

Se trata de la celebración de los últimos días de vida del Maestro, rodeados de grandes pruebas y tribulaciones. Para la fe cristiana su importancia radica en lo trascendental de su existencia terrena por la manera en que Jesús eligió llevar a la práctica sus propias enseñanzas con coherencia, aunque eso conllevara a morir en la cruz despojado de todo.

Dignidad, perdón, compasión por quienes lo traicionaron y divinidad; son algunos de los gestos que emanan de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo y sobre los que estamos llamados a profundizar con especial fervor durante estos días señalados de nuestro calendario litúrgico.

Uno de los compromisos de quienes profesan el catolicismo, es que dediquemos un poco de tiempo al recogimiento, a escuchar a Dios, a participar en las celebraciones litúrgicas, pero sobre todo a entrar en una profunda revisión de nuestra vida para que de esa forma podamos celebrar dignamente estos misterios y llenarnos de la luz, de la fuerza, de la gracia que Él nos da.