Andrés Darío Cruz Galán, de 26 años, se encuentra preso en la cárcel Judicial de Valledupar tras ser acusado de inducir a la prostitución a menores de edad, a las que supuestamente extorsionaba con videos y fotografías íntimas para obligarlas a tener relaciones sexuales con otros hombres.
En el Juzgado Tercero Penal del Circuito con Funciones de Conocimiento de Valledupar, se realizó la audiencia de juicio oral en contra de un DJ que laboraba en discotecas de la ciudad y que presuntamente realizaba proxenetismo con menores de edad a las que supuestamente extorsionaba.
La diligencia inició con la presentación de dos testigos de la Fiscalía en contra del procesado identificado como Andrés Darío Cruz Galán, de 26 años, quien es acusado por el delito de utilización o facilitación de medios de comunicación para ofrecer servicios sexuales de menores; es decir, inducción a la prostitución.
Los declarantes fueron un perito de Medicina Legal que atendió y trató el caso de la joven, y un policía judicial que explicó el modo en que se dio su captura, efectuada en el barrio Don Carmelo. Los elementos probatorios que fueron hallados dentro de su casa; entre ellos, un computador portátil, dos celulares, dos CPU y dos memorias USB que presuntamente contenían fotografías y videos de la menor y otras víctimas.
La investigación inició tras la denuncia instaurada por una menor de 17 años que en octubre de 2014, le aseguró a las autoridades que él la chantajeaba con contenido íntimo para obligarla a tener relaciones sexuales con otros hombres.
Cumplida la audiencia a causa de la incomparecencia de más testigos, el togado determinó continuar con el debate probatorio durante la audiencia que secelebrará hoy viernes, en el trascurso de la mañana.
ASÍ OPERABA
Las pesquisas adelantadas por las autoridades indican que ‘DJ Cruz’, como era conocido en la capital del Cesar, se ganaba la confianza de las adolescentes al contactarlas por la red social Facebook y posteriormente llegaban a tener una relación sentimental, acción que aprovechaba para realizar videos íntimos y luego exigirles dinero o prostituirse a cambio de no publicar las fotografías y filmaciones.
“En el desarrollo de la investigación se logró probar que así como lo hizo con esta menor, lo logró hacer con cuatro menores más. Se lograron evidenciar imágenes de pornografía infantil de estas menores que pretendía publicar sino accedían a las pretensiones que él tenía con los amigos, a quienes les cobraba un dinero por los servicios sexuales”, dijo en su momento la Policía Nacional.