Diario del Cesar
Defiende la región

La tragedia y el dolor vuelven a golpear al Cesar

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Otra vez la tragedia enluta a la sociedad del Cesar. Hoy lo que siente la gente decente, trabajadora y honesta del departamento es una descomunal impotencia frente a los hechos de violencia y horror que nuevamente están golpeando a la comunidad.

Lo ocurrido con el atroz crimen del ganadero Juan Felipe Ustáriz González no solamente se trata de un asesinato repudiable, que todos condenamos con nuestras fuerzas y vigor, sino que detrás de él se esconde un macabro mensaje que tiene una sola interpretación: el amedrantar y amenazar a toda la sociedad si ésta no se vuelve a plegar y someter al crimen y la delincuencia organizada. Pero además, es un golpe directo a la institucionalidad, al mismo Gobierno y un reto a los organismos de seguridad.

La manera como fue perpetrado el secuestro y asesinato del ganadero Ustáriz González no deja otra alternativa al Gobierno que ofrecerles no solo al gremio ganadero, sino a otros estamentos productivos las garantías necesarias con las cuales puedan defender su vida y sus bienes.

Comprobado está que es materialmente imposible ponerle a cada ganadero, hacendado o empresario del campo un soldado o policía. No se trata de eso. Se pide con clamor que las autoridades y los organismos de seguridad sean más eficaces, tengan mayor operativa y contundencia al momento de golpear las estructuras criminales que hoy amenazan y golpean son socavar la tranquilidad y seguridad de los cesarenses. Más allá de permitirles el porte de armas, que entre otras cosas, es apenas lógico y natural que un ciudadano tenga cómo defenderse siempre y cuando el Estado le facilite ese medio a personas responsables, identificadas y justificados sus temores; nos parece más bien que el Estado volvió a descuidar al Cesar y una amplia región del Caribe en materia de seguridad. Nos hemos confiado en que el accionar de la guerrilla acabó y consecuencialmente con ello el retorno del oasis de paz. Y no es así. Falso. Aquí se sigue secuestrando, extorsionando, matando, asaltando fincas, robando el ganado, las propiedades y cuanto delito uno se pueda imaginar. Eso no se ha acabado. Nos atreveríamos a decir, que todo lo contrario, ha aumentado. Las extorsiones en el campo siguen, el pago de ´vacunas´ en el comercio es el pan del día. De tal manera que no vemos por donde las estrategias de seguridad de las que muchas veces se ufana el Gobierno estén dando los resultados.

Hoy sentimos mucho dolor e indignación por el crimen del ganadero  Juan Felipe Ustáriz González y la sociedad entera muestra solidaridad y acompañamiento a su familia. Pero..¿el Gobierno dónde está? Un hecho de esta naturaleza tan grave como lo que ha ocurrido es para que el Ministro de la Defensa Nacional estuviera en Valledupar dando la cara, y examinando con las autoridades locales lo que viene ocurriendo para disponer de los mecanismos necesarios con los cuales se le pueda decir a los criminales que el Cesar no es tierra abonada para que resurja nuevamente esas dolorosas épocas que nos deparó la tragedia. El Cesar quiere ser un remanso de paz, de prosperidad, de legalidad, pero si el Gobierno no nos escucha ni nos acompaña, muy difícilmente lo podremos alcanzar .