Diario del Cesar
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París y el mundo lloran a la catedral de Notre Dame

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Los bomberos de París luchaban a contrarreloj contra las llamas para tratar de salvar la emblemática catedral de Notre Dame de París del incendio que ya derribó la aguja. Por el momento consiguieron “preservar” la estructura.

“Podemos considerar que la estructura está a salvo y preservada en su globalidad”, informó el comandante de la brigada de bomberos de París, Jean-Claude Gallet.

Era la noticia que toda la ciudad esperaba desde hacía horas, con el corazón en un puño.

“El fuego bajó de intensidad”, declaró el secretario de Estado de Interior Laurent Nuñez, muy aliviado. Poco antes había dicho que no estaba seguro de que se pudiera “frenar la propagación en la torre norte”.

Se desconoce el origen del fuego, que se declaró alrededor de las 18H50 (16H50 GMT) en una zona del tejado que estaba siendo remodelada. Los bomberos indicaron que está “potencialmente ligado” a las obras.

Una investigación judicial por “destrucción involuntaria” fue abierta en Francia tras el incendio que arrasaba la catedral de Notre Dame, indicó el lunes la fiscalía de París.

Los investigadores privilegian la pista de un incendio accidental que comenzó en el techo de la catedral, donde se realizaban obras de renovación, indicó una fuente cercana a la investigación.

Las llamas se propagaron rápidamente y una enorme nube de humo visible a kilómetros de distancia envolvió el monumento histórico más visitado de Europa en plena Semana Santa.

En poco más de una hora el fuego echó abajo la aguja de 93 metros de alto, provocando un grito de horror entre la muchedumbre agolpada en los puentes del Sena y en las calles adyacentes.

Con su caída desaparece una parte de la historia de la Ciudad Luz. “París está desfigurada. La ciudad nunca volverá a ser como antes”, lamentaba Philippe, un francés de unos 30 años.

“Todo está siendo devorado por las llamas. No quedará nada de la estructura, que data del siglo XIX de un lado y del XIII del otro”, dijo a la AFP el portavoz de la catedral gótica, André Finot, temiéndose lo peor.

Alrededor de 400 bomberos están movilizados con mangueras de agua tras descartar el uso de aviones cisterna para evitar que la presión del agua provocara el colapso del monumento.

La alcaldía de París puso en marcha una operación para “salvar todas las obras de arte”.

 

LLORAN LOS PARISINOS

 

Por la noche (poco antes de las 23H00, 21H00 GMT), cientos de personas se reunieron para rezar en el puente Pont aux Changes, enfrente del monumento.

“Estoy muy triste, inmensamente triste y vacío”, confesó Stéphane Seigneurie, consultor de 52 años, interrumpiendo su oración. “Desde que vivo en París es un punto de referencia. Vengo a menudo […] es un lugar extraordinario que se mezcla con la historia de Francia”.

“Es horrible que esto haya pasado, además de todo lo que ha vivido París recientemente”, afirmó Nathalie Cadwallader, de 42 años, en referencia a los atentados yihadistas de 2015.

“¡Estamos por perder Notre Dame!”. Son casi las ocho de la tarde, la aguja de Notre Dame de París se derrumba y un grito de horror se escucha entre la multitud que a lo largo de la orilla del Sena asiste, petrificada, a la desaparición de una parte de la mítica catedral en llamas.

“Cuando pienso que hemos pasado delante hace una hora. Hicimos fotos, aún había la torre [la aguja]”, suspira Stéphane, turista de 46 años llegado de Grenoble (este de Francia).

“Es triste, es más que triste. Es un edificio que resistió a tantas cosas, guerras (…) Es una parte del patrimonio que desaparece”, se lamenta, frente al violento incendio que se declaró hacia las 17H00 GMT por razones aún desconocidas.

“Es dramático. Estamos perdiendo Notre Dame”, cuenta un hombre a su interlocutor al teléfono. “Espero que no sea un atentado”, comenta preocupada una señora.

En la explanada del Hotel de Ville (el ayuntamiento de París), cercano a la catedral, en los barcos turísticos ‘bateaux-mouches’, a lo largo de los muelles del Sena, parisinos y turistas del mundo entero detuvieron sus compras, boquiabiertos ante la espesa nube de humo amarilla y las llamas que emergían a toda velocidad del tejado del mítico edificio.

“¡¿Notre Dame está en llamas?!”, pregunta en inglés una turista japonesa, como para convencerse de lo que ocurre ante sus ojos. “Notre Dame es un símbolo en el mundo entero. Es terrible”, confiesa Jane, una británica oriunda de Londres.

Muchos graban o hacen fotos con sus teléfonos, algunos están demasiado impactados para hacerlo. Otros se abrazan o se enjugan una lágrima.

“La fisionomía de París va a cambiar, es terrible”, dice María, jubilada parisina que vive a unas calles del Sena.

“Reconstruiremos Notre Dame”

Reconstruiremos Notre Dame”, prometió el presidente de Francia, Emmanuel Macron, después de visitar la emblemática catedral parisina que fue parcialmente arrasada por un incendio.

“Se ha evitado lo peor, aunque todavía no hemos ganado la batalla totalmente”, dijo el mandatario francés, visiblemente emocionado, antes de agradecer a los bomberos por haber salvado las dos torres y la fachada del monumento.

“Las próximas horas serán difíciles”, añadió Macron, describiendo el siniestro como una “terrible tragedia”, pero señaló que Francia hará un llamado “a los más grandes talentos” para reconstruir el edificio.

Emmanuel Macron, quien tenía previsto dirigirse al país para anunciar medidas frente a la crisis de los “chalecos amarillos”, anuló su discurso para dirigirse al lugar del siniestro. La presidencia no ha comunicado aun cuándo hará sus anuncios.