Diario del Cesar
Defiende la región

“Habían muchos muertos, la sangre corría por las calles”

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“Yo les daré zapatos y overoles a todos los pobres de Colombia”, frase de combate del caudillo Jorge Eliécer Gaitán que aún perdura en la memoria de José Luis Parada, un vallenato adoptivo que aquel 9 de abril de 1948 vivió en carne propia las horas y días de terror en pleno centro de la capital de la República.

Hoy, 71 años después de la guerra interna suscitada por el asesinato de un líder de la época, el hombre de cabello blanco maltratado por los años y satírico en cada una de sus expresiones, recuerda sin tapujos los sinsabores untados de terror y sangre, desencadenados por el  Bogotazo.

En su vivienda del barrio Garupal de Valledupar, el periodista desempolvó la historia, como un cuento de ciencia ficción atado a una realidad que nunca olvida. “Estábamos almorzando cuando escuchamos por el radio un extra noticioso en el que decían que a Jorge Eliécer Gaitán lo habían baleado, una hora después tiraron otro extra en el que informaban sobre su muerte. La gente salía con garrotes y machetes, la policía no fue suficiente, el centro de Bogotá estaba convertido en un campo de batalla, muchos de los muertos fueron tirados al cementerio, otros se agolparon en el hospital donde murió Gaitán gritando y clamando justicia, hubo saqueos de almacenes, gente que murió del corazón. Nosotros vivíamos detrás del aeropuerto que en ese momento lo llamaban de Techo, en Chapinero, residíamos como a 20 cuadras de donde mataron a Gaitán”, remembró José Luis Parada.

 

MULTITUD SIN CONTROL

 

Las noticias sobre la tragedia no paraban. Un escenario sangriento envalentonado por una multitud fuera de control, teñía de terror las calles del centro de la capital. “En aquel momento yo tenía como cinco años y solo al tercer día de disturbios pude salir a la calle. Me fui caminando para la 79 con décima, pasé por donde mataron a Gaitán, había muchos muertos y la sangre todavía corría por las calles, la gente gritaba improperios dirigidos a Mariano Ospina Pérez, presidente de la época, pese a mi niñez yo estaba tranquilo porque antes de esos hechos Bogotá era una ciudad sana y sin ningún problema de inseguridad. Había un fanatismo tremendo entre liberales y conservadores, eran las únicas corrientes políticas en aquel tiempo”, recordó el veterano periodista.

Parada siente que los años no pasan en vano. Es un baúl de enseñanzas periodísticas, pero también guarda la semblanza inédita de una historia sangrienta que marcó la historia patria del país. “Ese señor iba a ser el presidente, pero lo mataron, era un izquierdista liberal, un líder que seducía multitudes”, lamentó.

José Luis Parada, oriundo de Funza, Cundinamarca, vivió en Bogotá hasta los 17 años. En el año 64 llegó a Valledupar, en donde ha realizado la mayor parte de su carrera como periodista, laborando en diferentes medios de comunicación.

Hijo de Baudelino Rincón y Leonor María Parada, el profesional de la radio tiene la mente intacta para recordar aquella franja negra y violenta, la misma que marcó su infancia en donde recorrer las calles capitalinas no era problema alguno. “Yo fui monaguillo de la Iglesia de Lourdes cuando tenía 12 años, en aquel entonces y mi primaria la hice en el colegio Parroquial Granja de Astete. De Gaitán se habló por muchos años y lo que falta, crecimos recordando esa vivencia que desencadenó miles de muertos”, puntualizó.

 

LOS HECHOS

 

Los tres disparos a quemarropa que el 9 de abril de 1948 le propinó Juan Roa Sierra cuando salía de su despacho de abogado en el centro de Bogotá, no solo acabaron con la vida de Jorge Eliécer Gaitán sino que desataron una revuelta en la cual fue linchado el asesino.

 En los disturbios intervino el Ejército para restaurar el orden, pero este magnicidio dejó un saldo de unos 550 muertos, según la prensa de la época, aunque algunos investigadores sitúan la cifra en más de 2.000.