Hace unos meses se creía que gracias a la vacuna contra el covid-19, se llegaría muy pronto a lo que técnicamente se conoce como “inmunidad de rebaño”. Sin embargo, el mundo enfrenta ahora la variante Delta, una variedad del covid-19 descubierta por primera vez en la India, que preocupa enormemente al planeta, pues el contagio originado en esta variante está creciendo más aceleradamente que el virus original, en Europa y otros países de Asia Pacífico. La situación llevó, por ejemplo, a declarar la emergencia en Tokio, capital de Japón, y tomar la decisión de que no haya espectadores en los próximos Juegos Olímpicos.
Existe además la preocupación de que esta variante pueda representar una amenaza para la recuperación económica mundial, lo cual se evidencia con la caída esta semana de los mercados bursátiles en los Estados Unidos, debido a las expectativas frente al futuro inmediato de la economía global.
En efecto, muchos países en Europa están de nuevo tomando medidas restrictivas para los turistas. Más grave aún, en Asia Pacífico, los países volvieron a imponer restricciones y órdenes de confinamiento conforme la variante impulsa los brotes: cuatro ciudades australianas han impuesto aislamientos y el gobierno de Malasia anunció que la medida de quedarse en casa es indefinida.
Todo este panorama, sin duda, afecta la reactivación económica mundial después de un 2020 de cierres y confinamientos que frenaron la economía, el empleo, las cadenas de abastecimiento, entre otros. Frente a este panorama en necesario que en Colombia el Gobierno, el ministro de Hacienda y el director del Departamento Nacional de Planeación tomen atenta nota de este escenario mundial para lo que resta del año.
Algo fundamental para entender de este rebrote originado en la variante Delta es la importancia de fortalecer y persistir en los procesos de vacunación a lo largo y ancho del mundo entero. Mientras esto no se dé de manera más equitativa entre países ricos y pobres, al igual que entre distintas regiones al interior de los países, el mundo continuará sufriendo nuevos rebrotes y necesitará tomar medidas orientadas a contener el avance del contagio. De ahí que, en el escenario colombiano, el Plan Nacional de Vacunación debe acelerar la segunda dosis, pues solo cerca del 40 % de todos los vacunados en el país ha recibido ésta. Por tanto, agilizar el proceso de vacunación debe ser una prioridad.
Tal y como mencionábamos hace unos días, el covid-19 y la vacuna frente a las distintas variantes, llegaron para quedarse. Por eso el mundo tendrá que hacer grandes adaptaciones frente a estos hechos, entre otras, comprender de una vez por todas la urgencia de tomar medidas universales, ojalá a través de un sistema multilateral fortalecido, para detener la destrucción acelerada del medio ambiente y, por tanto, muchos de los efectos devastadores del cambio climático.
Ya algunos estudiosos y expertos han reiterado que la intervención a la naturaleza a través del sistema de producción y consumo mundial, la expansión de las grandes ciudades y los requerimientos para mantener todo eso en funcionamiento se traduce en alteraciones graves de los ecosistemas; estas últimas trastornan los alojadores de los virus y, por tanto, la manera como estos se propagan; por eso la pandemia que estamos viviendo seguirá repitiéndose concluye de manera enfática Quammen después de hacer un seguimiento minucioso a epidemias y pandemias desde los noventa.
Por lo tanto, no solo se necesita de ciencia sino también de una conciencia ambiental y ecológica que permita hacer transformaciones para un modelo de desarrollo más sostenible