Diario del Cesar
Defiende la región

Damas Rosadas: 57 años de bondad  y servicio social al más necesitado 

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POR 
NINOSKA 
REYES URDANETA 

“El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará. Cada uno de cómo propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre”. (2 Corintio 9:7); este es el mensaje que sobre sus hombros, lleva el grupo de Damas Rosadas de Valledupar, cuya labor ha arribado a 57 años beneficiando a las personas más desposeídas de la comunidad. 

Su nombre es tan significativo como su propia misión y tan noble como su actuar. Su sentido humanitario ha logrado cruzar las fronteras de la indiferencia, más aún en estos tiempos de pandemia, donde la mano amiga en la principal arma para salir airosos de esta situación que nadie en el mundo esperaba.

Su principal esencia es la labor voluntaria, que aún perdura en el tiempo. Nacieron el 5 de agosto de 1963, lo conforma un grupo de mujeres en Valledupar, quienes en unión con el Hospital Rosario Pumarejo de López, atendían en caridad a 1.926 niños y 43.680 adultos.

El nombre de ‘Damas Rosadas’ proviene de los Estados Unidos, donde al final de la segunda guerra mundial, los hospitales no tenían capacidad para  atender a  los heridos. Las mujeres, esposas, hijas y vecinas de los que participaron en la guerra deciden colaborar con la faena humana dentro y fuera de los hospitales.

Se autonombran ‘Pink Ladies’, que traduce ‘damas rosadas’, el color que las diferenciaba de las enfermeras, y que aunque refleja la fragilidad de las mujeres, son damas de hierro capaces de tender la mano a quienes lo necesiten.

Las Damas Rosadas se mueven sabiendo que su mayor motivación es el crecimiento espiritual, intelectual y emocional, que logran al tenderle la mano a las personas carentes de oportunidades, salud y amor.

Es así como al día de hoy, tienen más de cinco décadas operando en el departamento del Cesar, y muy especialmente en Valledupar de la mano con el Hospital Rosario Pumarejo de López. Son alrededor de 20  voluntarias activas que siguen prestando sus servicios para el sostenimiento de la obra.

Durante 35 años, hasta el 2017 se han atendido niños con problemas de desnutrición en los barrios más desposeídos del municipio de Valledupar, además der mantener alianza con la Fundación Cardioinfantil, en la que se realizan brigadas de diagnóstico cardiológico para niños y adolescentes de escasos recursos con enfermedades del corazón, informó Patricia Quintero, presidenta Seccional Cesar del grupo de Damas Rosadas, cuya labor se extiende hacia otros municipios como Aguachica, San Diego, Chiriguaná, La Paz y San Juan del Cesar.

Quintero detalló, que en 35 años, el programa nutricional  ha atendido a 2.500 familias anualmente, ‘Regala una Vida’, ha beneficiado a 1.800 niños durante 6 años de operatividad y 300 mercados solidarios han sido entregados a 300 familias durante dos años.

Recordó además, que en el 2018 las damas voluntarias realizaron convenio con el Hospital Rosario Pumarejo de López en el programa de lactancia materna, en el que se atienden las madres lactantes con talleres, charlas, dinámicas y temas de prevención del maltrato intrafamiliar, alimentación y nutrición, lactancia materna, violentómetro y violencia contra la mujer para la formación integral de la familia y el bienestar especialmente de los menores lactantes.

Esta iniciativa llega a 150 mujeres cada año, y tiene eco en los municipios del Cesar, por ser una labor que busca garantizar la nutrición y bienestar de los más pequeños.

La Fundación Cardioinfantil de Bogotá con el programa “Regale una Vida”, se despliega todos los años en el Cesar y sus alrededores, labor que en esta oportunidad se ha visto afectada por la pandemia, pero no olvidada por su misión. “Volveremos a la acción social, todo esto pasará y la ayuda llegará a los más desposeídos”, dijo Quintero.

LA DESNUTRICIÓN

Marlen de Dan, directora de las voluntarias en Valledupar, explicó que hace muchos años atrás, cuando la salud dependía de la caridad de las personas, las Damas Rosadas descubrieron que la desnutrición en los niños estaba destruyendo sueños, hacía las veces de una enfermedad que sin piedad afectaba a miles de niños vulnerables.

De esta manera, se fijó la meta de brindar ayuda especializada a los  menores afectados y nace el Centro de Recuperación Nutricional Santa Isabel, donde 50 niños han recibido asistencia médica cada año desde 1983 hasta el 2017.

Para ese entonces, lograron 50 cupos desde la apertura del Centro de Recuperación Nutricional Santa Isabel en 1982, lugar en el que se ofrecieron servicios con la atención de 1.850 niños.

La labor es rotativa entre los barrios 25 de Diciembre, La Nevada, Zapato en Mano, Mareigua, Once de Noviembre, Veinticinco de Marzo, El Páramo, margen derecha del río Guatapurí, Brisas de la Popa, Eneal y Cinco de Enero.

En el municipio de Aguachica, el grupo es dirigido por Jhoana Salazar, Gloria Muñoz, en San Diego, María Clara Araujó en el municipio de La Paz, Nolvis Infante en Chiriguaná y Gladys Rojas en San Juan del Cesar.

Su labor es desinteresada, buscan dejar huellas en las comunidades para hacer de éste un mundo diferente, así como demostrar que con la solidaridad y el trabajo desinteresado, se puede llegar a donde se fijan las metas, que es la población más desposeída de este territorio.