Willie Colón celebrará 50 años de vida musical
Willie Colón, de 69 años de edad, en abril celebrará 50 años dedicados a la música. El salsero se presentará el próximo 3 de abril en el Auditorio Nacional de México para conmemorar sus 50 años en la música.
“Con el retiro aún lejano de su lista de prioridades, Willie Colón está listo para acercarse a México nuevamente y confirmarse como uno de los principales protagonistas de la música popular caribeña”.
“The King Of Salsa”, como también se le conoce, ha colaborado a lo largo de su carrera con artistas de la importancia de Celia Cruz, Tito Puente, Rubén Blades, Reynaldo Jorge o Héctor Lavoe, entre otros.
También interpretó algunos papeles en la televisión mexicana.
Este artista, que nunca ha dejado de lado el activismo social, también se dedica actualmente a escribir sus memorias y a producir grupos emergentes de la salsa.
50 AÑOS DE ÉXITOS
Willie Colón nació el 28 de abril de 1950 en Nueva York. Sus padres eran puertorriqueños, pero fue criado por su abuela y su tía, quienes desde pequeño lo nutrieron de música tradicional puertorriqueña y de los ritmos típicos del repertorio latinoamericano como el son cubano y el tango. A los 11 años mostró predisposición para los instrumentos de viento, iniciándose en el clarinete, posteriormente la trompeta y finalmente el trombón que fue el que lo consagró.
Desde muy temprano aprendió a discernir entre las imágenes y adjetivaciones despectivas que se vertían sobre la comunidad latina y la cruda realidad de los inmigrantes en la “Gran manzana”.1De esta forma convirtió su trabajo artístico en un testimonio social vestido de sonoridad, cuyas letras narraron las incidencias de la marginalidad, el prejuicio y el desamparo de los inmigrantes.
Willie Colón cambió la trompeta por el trombón al mostrarse fascinado por la forma empleada por Mon Rivera para la interpretación de la bomba y la plena siendo su referencia Barry Rogers.
Colón es considerado por algunos como el arquitecto de la salsa urbana, desde sus comienzos se asoció al chico intrépido, sagaz y temerario que, a la fuerza, se abrió un espacio entre los grandes nombres de la música caribeña en el complejo mundo de Nueva York de los años 1960, dominado por grandes orquestas como la de: Tito Puente, Eddie Palmieri, Charlie Palmieri, Ray Barreto, Machito, Tito Rodríguez y otras que interpretaban el jazz afro-cubano.
La entrada de Colón al mundo del disco fue uno de los momentos más significativos de la música salsa, en tanto fue el punto de partida más impactante que desarrollaría la nueva expresión salsera, en un intento por homogeneizar los trabajos que desde hacía varios años se realizaban en el mundo latino de Nueva York, como parte de una nueva propuesta sonora.
ETAPA CON HÉCTOR LAVOE 1967-1974
Con 17 años, se integró al grupo de artistas que formaron el sello discográfico liderado y creado por Jerry Masucci y Johnny Pacheco: Fania records; que fue en gran parte responsable de la nueva propuesta sonora que se produjo en el mundo latino de la ciudad de New York, que posteriormente se denominaría “Salsa”.
Su primer álbum estaba propuesto para un cantante que no fue el agrado de los productores de Fania records, por lo que Pacheco sugirió a Héctor Lavoe, que tenía cierta experiencia y versatilidad.3
Este binomio produciría entre 1967 y 1973 un total de nueve álbumes de estudio y se constituyó en la banda más impactante de la escena, a partir del cual se homogeneizó la propuesta musical salsera. Willie Colón armonizó las tendencias musicales del mundo anglosajón (jazz, rock, funk, soul, r&b) con la vieja escuela latina del son cubano, el chachachá, el mambo y la guaracha, añadiendo la nostalgia del sonido tradicional puertorriqueño, inscrito en la música jíbara, la bomba y la plena.
Sus dos primeros álbumes titulados: “El malo” 1967 y “The Hustler” 1968 son considerados clásicos ya que su propuesta estaba imbuida en los ritmos de la época pero con un sonido donde estaba emergiendo una nueva propuesta que pugnaba por diferenciarse del boogaloo, el jala jala y el mambo y se adentraba a ritmos más tradicionales y típicos. La amalgama de guaguancó, Mozambique y bomba fue muy criticada por líderes de orquestas consagradas, sin embargo Willie Colón y otros músicos jóvenes no solo probaron ser buenos en términos musicales sino también en la venta de álbumes y lograron excelentes dividendos para la empresa discográfica, considerando, que se trataba de un artista completamente nuevo y desconocido.
El álbum “Guisando” 1969 constituye el tercer trabajo de la dupla Colón-Lavoe quienes se alejan de las propuestas impuestas por las grandes bandas y perfilan un sonido propio. El álbum propuso un estilo rebelde, agresivo e irreverente de hacer música que se percibe en el olor de basura del ghetto, el aroma arrebatador de la marihuana y los anhelos de felicidad de la diáspora boricua discriminada en la Babel de Hierro. Sus letras abordan con humor historias de carteristas o ladrones y enfocan temas como la envidia, el chisme, la maldad y la santería. Entre los temas destacados están: “Te están buscando”, “Guisando” y “No me den candela”. El álbum está considerado como el primer disco de salsa de la pareja. Este álbum marca el fin de Mark Dimond como pianista de la banda.
“Cosa Nuestra” 1970 marca la consolidación de Willie Colón como una de las mejores bandas de la escena latina de Nueva York y el cenit de los trabajos realizados hasta ese momento. El tema “Che Che Colé” donde se fusiona la bomba y el oriza con vestigios del 6/8 africano, fue un éxito que le abrió las puertas de Panamá, Francia, Perú, Venezuela y Colombia. Este álbum marca la aparición de músicos connotados que serìan habituales en las sucesivas bandas del artista: el profesor Joe Torres al piano, Milton Cardona en congas y José Mangual Jr. al bongo. La temática del álbum sale del campo para adentrarse a la ciudad y el cantante Héctor Lavoe hace gala de vocalizaciones afinadas, sabrosas y sentimentales. Otras canciones destacadas fueron: “Te conozco”, “Tú no puedes conmigo”, “Sangrigorda” y el bolero “Ausencia” todos ellos imbuidos en una temática social cercana a la realidad del barrio. Fue el álbum más vendido de la dupla hasta el momento y el pueblo latino esperaba con avidez sus nuevos trabajos.
“Asalto Navideño” 1970 se constituye en el quinto álbum de la pareja de músicos donde al maestro Yomo Toro hace alardes de su virtuosismo dándole un aire puertorriqueño a gran parte de los temas. En este álbum se mezclan el sonido de la música jíbara campesina con el guaguancó cubano y la murga panameña. La canción más popular del disco fue “La murga” que se constituyó en uno de los temas clásicos de la banda y del repertorio musical salsero; con un contagioso ritmo e inolvidable arreglo de trombones.
En 1971 se publica “La gran fuga” la sexta producción de Colón para Fania. El tema más conocido de este álbum es “Panameña” un tema de seis minutos con fragmentos del folklore puertorriqueño. Este álbum mantiene la estética de los álbumes anteriores donde se evoca la cosmovisión del dúo, que encara la vida como una combinación de alegría y tristeza y donde se producen colores, sabores y sentimientos contrastados.
Luego de seis producciones para el sello Fania y con una propuesta musical en plena evolución, Willie Colón, lanza al mercado “El Juicio 1972”. El álbum cosechó éxitos inmediatos tales como: “Timbalero” un tema que se ha convertido en el modelo que, todos los percusionistas principiantes escuchan y practican, “Piraña” del Tite Curet Alonso, “Soñando despierto” donde aparece un solo de trombón de Willie Colón que asemeja a las antiguas bandas municipales de Puerto Rico y el bolero “Seguiré sin ti” que Lavoe canta con una forma vocal retardada con un estilo entre apasionado y sentimental.
En 1973 Willie Colón produce el álbum Asalto Navideño Vol 2 que constituye un trabajo destinado al mercado en épocas navideñas y “Lo Mato” que fue el trabajo culminante de la trayectoria artística con Héctor Lavoe cuando ambos se encontraban en la plenitud de sus facultades creativas. Willie Colón compone algunas de las mejores canciones de su carrera. Temas como “El día de mi suerte”, “Todo tiene su final” y Calle luna calle sol”, son referencia obligada en el repertorio del cancionero musical salsero, engalanadas por la voz de Héctor llena de alma y poesía, demostrando su impecable fraseo y contagioso sentido del humor. Lo mato 1973 es un álbum que cuenta la historia de dos jóvenes artistas que estaban más que preparados para conquistar el mundo musical.