‘Y la violencia llegó al Valle’, tema premonitorio del vallenato
POR WILLIAM ROSADO RINCONES
Los cantos vallenatos no solo son la esencia de declaratorias amorosas, despechos o la narrativa parrandera de una región, son a veces estructuras noticiosas que rítmicamente denuncian los sucesos, e incluso, unos tienen el don de vaticinar acontecimientos.
En este sentido, la premonición de cambios en la parte rítmica y cultural del pueblo vallenato quedó descrito en canciones que plasmaron las realidades que después llegaron, cuales fueron, la invasión de géneros musicales foráneos y la migración de corrientes humanas que desdibujaron la idiosincrasia vallenata, arrastrando con eso, riadas de violencia que acabaron el ambiente apacible de la antigua comarca.
El primero que visionó la ‘hecatombe’ musical y social fue Gustavo Gutiérrez, quien el año 1969 hizo la canción: ‘Rumores de Viejas Voces’ en donde narra su preocupación por lo que se veía venir, lo que calcadamente, cumplió su presentimiento.
“Rumores de viejas voces
De tu ambiente regional
No se escucharán los goces
De tu sentido cantar
Ya se alejan las costumbres
Del Viejo Valledupar
No dejes que otros
Te cambien el sentido musical”
Años después, el mismo Gustavo Gutiérrez pedía en una canción la detención del avance delincuencial que se avecinaba por esta tierra, e hizo la obra: ‘Que la violencia no nos llegue al Valle’ pero fueron rogativas al aire, porque los disparos comenzaron a competir con los pitos del acordeón. A tal punto creció la ola delincuencial que, muchos artistas la han vivido en carne propia, hasta el mismo Gustavo Gutiérrez a quien en una ocasión atracaron y amarraron en su residencia.
“Yo sentí el dolor, cuando aquí llegó
Hay que respetar la vida,
La violencia siempre nos vuelve animal
Hay que compartir lo que Dios nos dio
Un sentimiento tan noble
Y es la diferencia de ser racional”.
De otro lado, el connotado acordeonero, Emiliano Zuleta Díaz, también se aferró a la letra de una canción para mostrar el dolor que le daba la situación de Valledupar, frente a la delincuencia arrolladora. Por eso creó el tema: ‘Mí pobre Valle’.
En esta obra, recalcó la nostalgia por los tiempos pasados cuando era estudiante que le tocó vivir en el colegio Loperena, las serenatas a las enamoradas, las que salían a dar sin ninguna preocupación, pero que ahora, los parranderos se exponen a que desde cualquier parte salga un disparo y acabe la vida de alguien.
“Ya no es el Valle que conocí aquel día
Cuando en el Loperena ay lo comencé a querer
Yo era un muchacho que a veces amanecía
Tocando serenata subido en un andén.
Ya no se puede tocar por las calles
Así como anteriormente se hacía
De cualquier parte un disparo nos sale
Ya uno no vale lo que antes valía
Aquí ninguno responde por nadie
Ese es el plato de todos los días”.
Estas y otras canciones como ‘Viejo Valledupar’ del ‘Veje’ Bolaño recobran una triste vigencia a raíz de todos los casos criminales que azotan esta tierra, a lo que no escapa ningún estrato, como lo ocurrido en la mañana de ayer al médico Alberto ‘Tico’ Aroca quien fue muerto por sicarios. Aroca era un profundo enamorado del vallenato y su nombre era común en los saludos de varios conjuntos. Además, un acérrimo gallero con lo que ambientaba cada año, el Festival de la Leyenda Vallenata.