Se asoma con fuerza la ola invernal y con ella una tragedia que cada año golpea a millones de colombianos, quienes no tiene a la Gestión del riesgo como protagonista, sino que se acuerdan de ella cuando ya es demasiado tarde, cuando los gobiernos municipales debieran tenerla como uno de los principales temas de la agenda
En vista de esto, el Director General de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres ha hecho un justo y oportuno llamado a los miles de candidatos que hoy hacen campaña por los cuatro puntos cardinales, para que incluyan en sus programas de gobierno este aspecto trascendental en la estructura administrativa de departamentos y regiones. Para el director Eduardo José González Angulo, este de la gestión del riesgo es un componente fundamental para “preservar la seguridad de la población y promover el desarrollo sostenible en cada uno de los territorios locales”.
El trabajo en esta área tiene múltiples beneficios para las comunidades, como reducir la ocurrencia de emergencias o el impacto de los desastres, evitar riesgos y reducir los existentes en una zona determinada, desarrollar programas de educación sobre estos temas, así como de recuperación ambiental, entre otros.
La cifra por un derrumbe, damnificados y viviendas dañas apenas empiezan. Se perdió mucho tiempo durante la tradicional temporada seca de los primeros meses del año por cuanto todos se dedicaron a especular sobre un Fenómeno del Niño que era inexistente, o por lo menos muy frágil.
El Gobierno no desmintió los anuncios sobre una fuerte sequía en el país durante 2019, al contrario, se dedicó a causar pánico y a hacer anuncios sobre la crisis del agua y la posibilidad de recortes de energía al ser el país dependiente de la producción hidroeléctrica. Al parecer sí había un interés, aumentar las tarifas de agua y energía en varias regiones del país. Para marzo de 2019 se presentaron protestas de usuarios de varios municipios del país donde frente a la amenaza de una eventual sequía se debería aumentar la facturación. En algunas regiones se amenazó con sancionar a los que incrementaran su consumo de agua. Todos se dedicaron a hablar de los peligros de la sequía, de la falta de agua para los próximos meses, todo eso está registrado en los archivos de los periódicos y de los noticieros. El Ministro de Ambiente y los funcionarios del Ideam no salieron a desmentir la exageración, es más fueron cómplices de esa especulación mediática sobre una segura sequía.
La tradicional temporada seca de inicios de año fue más corta de lo esperado y desde la primera semana de marzo comenzó con intensas lluvias en la región Andina y la región Pacífica. Y ahora el turno ha sido para la región Caribe.
Al gobierno le cabe una alta cuota de responsabilidad ya que se inventó una sequía y no preparó a los alcaldes y a los organismos regionales para la prevención de la tradicional temporada de lluvias que ya comenzamos a vivir
Colombia se localiza en la región ecuatorial en la zona de confluencia intertropical. Donde los vientos planetarios por la rotación de la Tierra tienden a llevar masas de nubes hacia el ecuador. Por eso las regiones más lluviosas del planeta están en el ecuador y las altas precipitaciones unidas a las elevadas temperaturas que provoca el recibir casi todo el año los rayos del sol de forma directa, hace que se formen las selvas ecuatoriales, como la Amazonía o la Pacífica en Colombia o las del Congo en África o los bosques del sudeste asiático. En síntesis, Colombia es de los países que más precipitaciones recibe en el mundo, por eso debemos tener siempre planes de contingencia para las intensas lluvias, educar sobre los riesgos de vivir en las riberas de los ríos, en zonas pantanosas, cerca de las montañas o zonas de derrumbe.
Necesitamos educar en la planeación. Y eso todos hemos perdido la materia