Por:
Ninoska
Reyes Urdaneta
El mal de Chagas es una enfermedad que mantiene su prevalencia en las localidades indígenas de los departamentos del Cesar y La Guajira, según un estudio realizado a través del Proyecto Chagas con Alemania que por segunda vez tiene su intervención en Colombia. De acuerdo al último diagnóstico, 220 indígenas wiwa fueron diagnosticados y 121 tratados con la enfermedad, lo que indica que las políticas de salud deberán ser reforzadas para la erradicación de este mal.
El Proyecto Chagas con Alemania es una iniciativa que nace de la organización indígena wiwa hace 4 años, a través del cual se quiere establecer la prevalencia y la afectación general de la población vulnerable a la enfermedad. Tuvo el apoyo de la fundación alemana ElseKröner-Fresenius que se encarga de la investigación de diversas enfermedades tropicales en países del África y Latinoamérica.
En tal sentido, y en marco del proyecto Chagas con Alemania, un total de 220 indígenas wiwa fueron diagnosticados con el Chagas y 121 tratados en cuatro asentamientos, dos del Cesar y dos de La Guajira, informó Gustavo Concha Mendoza, coordinador del proyecto, durante la socialización de la iniciativa con diversos sectores del sector salud en el departamento.
Concha Mendoza explicó que en la reunión se contó con la presencia de representantes del Laboratorio de Salud Pública, Secretarías de Salud Departamental y Local; Organización Wiwa y el Instituto Misión Médica Alemana, cuyo objetivo es darle continuidad al proyecto para lograr una mayor cobertura incluyendo a la etnia koguis, que también está afectada por el mal en la Sierra Nevada.La intención es mancomunar acciones para lograr la disminución, prevalencia y erradicación de la enfermedad.
“De acuerdo a los datos preliminares obtenidos hasta el momento, no se ha visto un aumento en la afectación, sino que las tasas de prevalencia siguen iguales, es decir, los datos que tenemos desde hace 15 años son iguales a los que contabilizamos hoy. Eso quiere decir que existen algunos asuntos en términos de cobertura y de acciones en salud pública que no están generando el impacto esperado.
ALEMANIA LE PONE EL OJO
Simone Kann, médico y directora del proyecto, explicó que el norte del trabajo es educar a la población vulnerable a la enfermedad para que se tenga noción de cómo prevenirla y atenderla en caso de resultar infectado.
Reiteró que es una iniciativa avalada por una empresa alemana que financia proyectos humanitarios y científicos. Desde el 2018 se viene desarrollando el proyecto y por haber dado tan buenos resultados, se extenderá la cobertura para iniciarlo en el 2020.
Esta vez se incluirán los koguis y campesinos no indígenas del Cesar y La Guajira por ser personas que también están expuestas a la enfermedad por las actividades que desempeñan. El Instituto BernhardNocht de Medicina Tropical de Suiza se unirá al trabajo para obtener mejores resultados.
REPORTE EPIDEMIOLÓGICO 2019
De acuerdo al último boletín epidemiológico de la Secretaría de Salud Departamental, en el territorio se han notificado seis casos en lo que va del año, de los cuales cuatro son crónicos. Una fémina de 30 años y un hombre de 47, procedentes del municipio de La Paz; mientras que en Valledupar se le detectó la enfermedad a un hombre de 61 años y en Astrea a un joven de 20 años. Los cuatro casos fueron reportados entre las semanas epidemiológicas 14, 15, 17 y 19.
Hay que destacar que en la semana 6 de este año se presentó un brote agudo de probable transmisión por contaminación vía oral, en el que estuvieron involucrados dos personas de 15 y 18 años de edad, este último falleció y ambos son procedentes de La Paz.
Esto quiere decir que el 50% se reportó en La Paz, 33,3% en Valledupar y 16,7 por ciento en Astrea. En comparación al año pasado, cuando se registraron 139 casos, la enfermedad ha tenido bajaprevalencia aunque las políticas de salud requieran mayor refuerzo.
Everaldo Gómez, coordinador departamental de Enfermedades de Transmisión por Vectores y Zoonosis, manifestó que aunque las cifras no reflejan brotes, la vigilancia se ha debido reforzar, cosa que en años anteriores no se hacía y de allí la presencia de la enfermedad principalmente en las poblaciones indígenas por sus condiciones y estilos de vida.
“La vigilancia del evento las estamos haciendo, pero cuando se hace un tamizaje en partes endémicas de la Sierra Nevada de Santa Marta y en comunidades wiwa, arhuaca y koguis, identificamos la prevalencia de la enfermedad. Si nos ponemos a analizar las cifras de este año (6 casos), son bajas, pero el problema radica en que no se estaba haciendo la búsqueda activa de los pacientes”, dijo.
Hay que comenzar a trabajar en todo lo que tiene que ver con la promoción de la salud, prevención de la enfermedad, inspección, vigilancia y control, como pilares fundamentales para intensificar las acciones de acuerdo a las competencias de las entidades involucradas.
ENFERMEDAD PARASITARIA
El mal de Chagas es una enfermedad parasitaria tropical, generalmente crónica, y es causada por un parásito intracelular con un ciclo de vida que involucra a vertebrados e invertebrados, que viven en ambientes húmedos o directamente en medios acuáticos, ya sean de aguas saladas o aguas dulces.
Entre las formas de contagio, se encuentrala vectorial, es decir, a través de las heces fecales del insecto que en algunos países se conoce como vinchuca y en otros como chinche, chipo, pito, barbeiro o chichaguazu.
Cuando el insecto pica a una persona para alimentarse con su sangre, defeca muy cerca de la picadura. En las heces que deposita sobre la piel se encuentra el parásito, que pasa a la sangre cuando la persona se rasca. Esta forma de transmisión se conoce como transmisión vectorial. En ocasiones las heces pueden pasar a través de las mucosas, si se han depositado cerca de las mismas.
Otra es de manera congénita, es decir, de madre a hijo durante el embarazo; y por transfusiones de sanguíneas o trasplantes de órganos. También por vía oral y a través de accidentes de laboratorio.
La enfermedad tiene dos fases: la aguda y la cónica. La primera puede presentarse sin síntomas o con fiebre, malestar general, hinchazón de un ojo (si la picadura está cerca de este) y el área de la picadura puede presentar hinchazón o enrojecimiento.
De no tratarse a tiempo, la enfermedad entraría a remisión; es posible que no se presenten más síntomas durante muchos años y finalmente cuando lo hacen incluyen: estreñimiento, problemas digestivos, insuficiencia cardiaca, dolor abdominal, taquicardia y dificultades para tragar.