Se trata de Carmelo Badel, Julio Ordoñez y Jaime Monroy, tres habitantes del municipio de Corozal, Sucre que desde el pasado 29 de abril del presente año desaparecieron cuando llegaron a la capital del Magdalena a “cerrar un negocio de cálculo de ganado”.
Una vez sus familiares le perdieron el rastro denunciaron la desaparición ante la Fiscalía e informaron que la última ubicación que entregó uno de ellos a través de WhatsApp registraba el sector turístico de Buritaca, área rural de Santa Marta.
Durante la tarde del domingo pasado, habitantes de un jarillón del río Tapia en cercanías a la vereda de Pelechua, área rural de Riohacha, encontraron tres sacos con restos humanos, los cuales fueron inspeccionados por una comisión especial que envió la regional 8 de la Policía Nacional.
Debido al alto grado de descomposición y evidentes heridas de tortura, los restos fueron trasladados hasta la morgue de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Barranquilla. Allí, durante los procedimientos de necropsia, los funcionarios no descartaron que las víctimas sean los tres sucreños.
Por lo anterior, a través de la Fiscalía General de la Nación se habrían contactado con las tres familiares para adelantar las pruebas de ADN y así poder establecer si se trata de los tres hombres que están desaparecidos.
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