Diario del Cesar
Defiende la región

La solidaridad y la tragedia de Turquía

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Seis días después de los terremotos que destruyeron varias regiones de Turquía y Siria, y con pocas esperanzas de encontrar más personas con vida, comienza la difícil labor de atender a los damnificados y reconstruir las ciudades afectadas. Lo sucedido es un recordatorio de cómo deben prepararse ciudades que, como Cali, se encuentran en zonas de alto riesgo sísmico.

Dos movimientos telúricos, el uno de 7,8 y el otro de 7,5 grados en la escala de Richter, sacudieron el pasado lunes el sur de Turquía y el norte de Siria. Con 23.776 fallecidos y 83.000 heridos contabilizados hasta la noche de ayer, así como 12.500 construcciones derrumbadas y sin un cálculo aún del número de afectados, es ya uno de los peores desastres naturales ocurridos en el presente siglo en el Planeta.

Frente a la tragedia que se vive, la solidaridad internacional no se ha hecho esperar. Gracias a la reacción de los equipos de rescate llegados desde diferentes países y al despliegue de voluntarios para ayudar en las tareas de atención a los damnificados, se han salvado cientos de vidas en las diez provincias afectadas en Turquía. Mientras tanto en Siria las labores humanitarias son más difíciles debido a que la catástrofe golpeó una región tomada por los rebeldes que se enfrentan al Gobierno en una guerra interna que cumple ya 12 años.

La ayuda mundial que se les ha brindado a Turquía y Siria, deberá continuar en los próximos meses o años. La destrucción provocada por los terremotos en regiones que tienen relevancia en la economía de las dos naciones, así como la reconstrucción de sus ciudades que deberá comenzar cuanto antes, más la atención de los cientos de miles de ciudadanos que resultaron afectados, demandará de recursos importantes. En ello, el mundo tampoco los podrá dejar solos.

Lo ocurrido en Asia es además una alerta para aquellos países o ciudades que se encuentran en regiones de alto riesgo sismológico. Hay que recordar que la Tierra es un planeta joven, aún en formación y con una naturaleza cambiante que lo hace proclive a los movimientos telúricos. Es el caso de Cali, ubicada en el Cinturón de Fuego del Pacífico, donde hay placas tectónicas que se desplazan y ocasionan temblores.

Predecir cuándo pueden ocurrir estos eventos naturales es aún imposible para la ciencia, por ello la recomendación para los gobiernos y los ciudadanos, sin generar alarmas ni pánico, es prepararse lo mejor posible frente a la posibilidad de un sismo potente. La tarea de afrontar esa eventualidad le corresponde al Estado y en primer lugar al Sistema de Prevención y Atención del Riesgos en cada municipio y departamento del país. Los ciudadanos deben tener en cuenta recomendaciones básicas como disponer de un kit de emergencia en un lugar accesible en sus hogares.

Tragedias como la que hoy viven Turquía y Siria convocan a la solidaridad mundial, y despiertan la conciencia sobre cómo debe prepararse la humanidad para hacerle frente a fenómenos impredecibles de la naturaleza, que en el futuro podrían ser más potentes y aparecer con mayor frecuencia.