Diario del Cesar
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“Ese maldito merece estar preso”

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El dolor, la impotencia, pero sobre todo, la rabia, se apoderó de familiares y allegados de María Inés Quintero Rincón, asesinada brutalmente de varios machetazos en su rostro causados por su excompañero sentimental.

Durante el sepelio realizado la tarde del sábado en La Jagua de Ibirico (Cesar), de donde era oriunda la mujer, los gritos de “¡exigimos justicia!” se confundían con los llantos por la despedida a María Inés.

En medio del recorrido al cementerio de La Jagua, hijos, hermanos, familiares y amigos exigían a las autoridades la captura del señalado asesino, Manuel Antonio Gómez Salas.

“Antonio Gómez, pague por lo que hizo, ese maldito merece justicia, merece estar preso, porque a mi hermana la mató ese maldito asesino”, manifestó entre lágrimas Yolanda Ramírez Quintero, hermana de la fallecida.

“Nos queremos vivas”, “Queremos justicia en nombre de todas las mujeres”, eran algunos carteles que mostraban los manifestantes por las calles del municipio al centro del Cesar.

“Nos encontramos hoy reclamando justicia, por la señora María Inés, que fue víctima de una injusticia, dejando 3 niños solos… queremos que la ley nos ayude para encontrar a esa persona que causó tanto daño, queremos justicia, no más maltrato contra la mujer”, expresó Madeleine Silva, una de las manifestantes.

ASÍ SUCEDIÓ EL FEMINICIDIO

La agresión a la que no pudo sobrevivir María Inés Quintero Rincón, se registró el 23 de julio del 2021, a las nueve de la mañana, en la finca Santa Cruz, ubicada en San Juan del Cesar (La Guajira).

De acuerdo a lo que dio a conocer la familia de la mujer, el hombre que ya venía con unos celos enfermizos, tenía todo premeditado, puesto que esperó que los demás trabajadores de la finca terminaran sus labores, y quedar solo para para cometer el homicidio.

“Esperó que todo el personal que ordeñaba  se fueran. Una vez quedó solo la atacó a puños y patadas por la cabeza y demás partes del cuerpo, y después le fue a pegar a los niños, y es cuando ella se metió en el medio, y le dijo a sus tres hijos que corrieran, por lo que el mayor agarró a la niña de cinco años y empezaron a correr para un monte; cuando regresaron él ya no estaba y encontraron a mi tía tirada en el suelo desangrándose con varias heridas abiertas en la cara”, indicó la sobrina.

Tras los hechos, el hijo mayor de María Inés, de apenas 13 años, salió en busca de ayuda, trasladando a su madre en un vehículo que se detuvo a auxiliarlos. ”A ella la auxilian los niños, puesto que cuando llegaron nuevamente a la finca encuentra a su mamá tirada en el suelo, y le piden ayudan a una camioneta que iba pasando, y es trasladada al Hospital de San Juan, y de ahí en la noche la remiten para Valledupar, y en tres días le realizaron la cirugía plástica”.

La víctima, que se encontraba luchando por su vida desde el día del brutal ataque, murió en la UCI de la Clínica Alta Complejidad de Valledupar, a las 10 p. m. del pasado jueves, luego de sufrir cuatro paros respiratorios en los que por más de media hora los galenos hicieron todo lo posible por mantenerla con vida, pero no lograron que sobreviviera a la agresión de Manuel Antonio Gómez.

La familia informó que después de los hechos, a María Inés, no se le escuchó más su voz, sin embargo, sí hacía leves movimientos con sus manos. “Movía la cabeza, las manos, pero no habló más”, dijo una sobrina. 

La familiar agregó que la salud de su tía con el tiempo fue empeorando, es así que los galenos le habían manifestado a la familia que una de las piernas debía ser amputada, esto como consecuencia de los brutales golpes que recibió.

“Estaba conectada a un abanico para poder respirar y necesitaba de dos  medicamentos al día para sobrevivir. Además, le iban a amputar la pierna. Los médicos en los últimos días nos habían manifestado que las posibilidades de ella sobrevivir estaban descartadas, sin embargo, nos manteníamos con fe y oraciones”, señaló la familiar.

ASESINO TIENE ORDEN DE CAPTURA

Es de anotar que Quintero Rincón, salió de La Jagua de Ibirico, a San Juan (La Guajira), porque a Manuel le había salido trabajo en la finca en mención, llevándose con ella sus tres hijos, a quienes tuvo con su anterior relación. 

El presunto asesino, Manuel Antonio Gómez Salas, se encuentra prófugo de la justicia.

“No sabemos nada de él, tenemos entendido que está en San Juan. Él ya tiene orden de captura”, indicó la familia.