Diario del Cesar
Defiende la región

´Lo nuestro es hacer trenzas y masajes, no vender cocadas´   

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POR  KATIA  VÁSQUEZ   

La mayoría son madres cabeza de hogar que por cuenta de la emergencia sanitaria están sin trabajo en estos momentos.

En Santa Marta, desde el pasado mes de septiembre, poco a poco se ha dado una reactivación total de todos los sectores productivos. En el sector turismo, especialmente el informal, continúa sintiendo los efectos de la parálisis económica generada a raíz de la pandemia del coronavirus.

La falta de oportunidades laborales, ha generado la carencia de ingresos económicos en algunos hogares samarios, no obstante, hay un grupo de mujeres, que se han visto más afectadas, dado que su trabajo, con el que se ganan el sustento para sus familias, obligatoriamente requiere contacto físico, una situación complicada desde que llegó el Covid-19, debido a que las autoridades han pedido que se guarde la distancia entre personas.

Se trata de más de 100 mujeres cabezas de hogar que se destacan en la actividad de masajistas y trenceras en el sector turístico informal, quienes a raíz de las diferentes aperturas económicas que se han presentado en el distrito, piden que se les permita ejercer su labor bajo protocolos de bioseguridad.

En diferentes oportunidades, estas mujeres han realizado plantones exigiendo a la Administración Distrital que se les permita trabajar, así como se habilitaron algunos sectores de la cadena que componen el turismo de la ciudad, “necesitamos ganarnos el sustento diario para sostener a nuestras familias, tal cual como lo han hecho carperos y silleteros durante la etapa de aislamiento selectivo en este sector turístico”, argumentan.

En este sentido, Yoladis Herrera, miembro del gremio que claman una oportunidad de desarrollar su actividad laboral, menciona que “desde que empezó la pandemia estamos sin trabajar, no nos quieren dejar trabajar, estamos exigiendo nuestro derecho al trabajo, somos madres cabeza de hogar, afros y somos muchas las que necesitamos trabajar para poder comer”.

UN PLAN DE TRABAJO  

Además de exigir el libre desarrollo de su actividad económica, precisan del acompañamiento por parte de la Alcaldía Distrital para de esta manera poder sentarse a dialogar y llegar a un común acuerdo que beneficie al gremio y le dé garantías a la administración de que desarrollaran su actividad con pleno cumplimiento de los protocolos de bioseguridad.

 “Nosotras durante la pandemia no hemos recibido ninguna clase de ayuda y todavía estamos esperando que el Gobierno Distrital nos dé una respuesta para nosotras trabajar, dicen que por el contacto físico no nos quieren dejar trabajar, pero nosotras necesitamos que nos hagan un plan de trabajo, pero no un plan de trabajo de vender cocada y de cosas que nosotras no sabemos hacer, nosotras necesitamos hacer lo que sabemos y lo nuestro es hacer las trenzas, los masajes, esto es algo tradicional, eso es algo con lo que uno nace”, expresó Herrera.

De este modo, la mujer indicó que la propuesta que les hacen les parece “insólita”, no reflejan para ellas una solución, “como es posible que no nos dejen trabajar, al igual que cualquier persona nosotras sabemos que estamos en medio de una pandemia, sabemos que debemos protegernos para proteger a nuestras familias, nosotras podemos trabajar con los protocolos de bioseguridad, somos personas adultas”.

Asimismo, la vocera del gremio de trenceras y masajistas, manifestó que, “todavía no nos han aceptado el trabajo, no nos han dado ninguna clase de ayuda, hemos estado sobreviviendo con nuestros hijos, necesitamos que ya es hora de que nos den un apoyo, e incluso, nosotros tenemos una propuesta, que nos dejen trabajar como trenceras, no como masajistas y que nos dejen laborar del lado de adentro de las vallas de ingreso a El Rodadero”.

 “Le hemos planteado una mesa de negociación a la alcaldesa, porque sabemos que nosotras somos muchas y queremos trabajar así sea a modo de pico y cédula, es decir, que podamos trabajar por grupos, podemos hacerlo, buscar la manera, nosotras llevamos ocho meses sin trabajar, no nos quieren dejar trabajar, estamos exigiendo nuestro derecho al trabajo, pero aun así no tenemos respuesta”, aseveró la representante del gremio.

CAPACITACIONES  

De igual manera, Herrera precisó que “nosotras nos hemos capacitado en temas de protocolos de bioseguridad, nos hemos hechos la prueba del Covid-19 y aun así seguimos de brazos cruzados, sin tener una respuesta positiva, necesitamos ser escuchadas”.

 “Se nos dijo que se iba a habilitar un sitio para que laboráramos allí bajos los protocolos de bioseguridad establecido por el Gobierno Nacional y todo quedó en palabrería, por qué a la fecha no se ha concretado nada y nuestros problemas económicos se siguen incrementando”, dijo.

 “Somos muchas las personas que tenemos asentamiento histórico en las playas de El Rodadero. La gran mayoría tienen más de 20 y 30 años de estar aquí. Y somos respetuosas de las medidas de bioseguridad y que debemos cuidarnos de la pandemia, pero no compartimos es la forma excluyente cómo la administración distrital ha dado apertura a las playas sin garantizar a nuestra gente su llegada a un sitio que venían ocupando ancestralmente”, expresó.

Por este motivo, Herrera hizo una petición “le pedimos a la alcaldesa que se ponga la mano en el corazón, son más de siete meses que tenemos varados y necesitamos pagar muchas deudas. Hasta ahora no tenemos participación en la apertura de las playas de la ciudad”, expuso.

SOBREVIVIENDO A LA PANDEMIA  

Yoladis Herrera, comentó que antes de que se diera inicio la cuarentena por causa de la Covid-19, ellas obtenían sus ingresos gracias al turismo que llegaba a las playas de Santa Marta, pero luego quedaron sin opciones para trabajar y ahora están pidiendo ayuda de la Alcaldía distrital y Gobernación departamental para sobrellevar esta crisis económica por la que están pasando actualmente.

 “En un abrir y cerrar de ojos nuestra realidad cambió, nos tocó salir a las calles a vender el aguacate, otro día el plátano, por lo menos, yo soy madre cabeza de hogar de cuatro hijos, ellos son mi responsabilidad y tengo que salir a rebuscarme la comida diaria, ha sido una situación lamentable para todas las del gremio, la necesidad nos ha llevado incluso a tener que lavar la ropa de otras personas”, agregó.

Seguidamente, Herrera, aseguró que para ella era algo paradójico que no se les permitiera trabajar en lo que saben, por el hecho de tener contacto físico con las demás personas, “pero cuando salimos a caminar las calles a vender las frutas que consigamos, nos acercamos a muchas personas, nos sentimos en el aire, desamparadas sin una ayuda, estamos viviendo entre dos pandemias, la pandemia del Covid-19 y la pandemia del hambre”.

Según lo dicho por Herrera, antes de la pandemia “había días que nosotras nos hacíamos $50.000, otro día nos podíamos hacer $100.000, como había días que no nos ganamos ni un peso, pero con lo del día anterior nos alcanzaba para solventar nuestras deudas”.

En cuanto a las deudas, manifestó que “muchas nos sometimos a deudas con los bancos para lograr tener vivienda propia, durante la cuarentena esa deuda estuvo congelada, pero ahora mismo ya todo está circulando, ya para los bancos no hay pandemia, ya nos están cobrando y nosotras seguimos sin trabajar”.

Según la representante de este gremio, muchas de ellas además de estar pasando necesidades de alimentos para sus familias por ser madres cabeza de hogar, también están teniendo problemas con sus arrendatarios que quieren desalojarlas ya que no tienen con qué pagar el arriendo.

Por otro lado, la trencera, resaltó que para ellas la situación resulta ser más compleja por el hecho de ser “madres reproductivas”, aduciendo que la mayoría de las mujeres que se dedican a este oficio tienen de 4, 5 y hasta 7 hijos, “no podemos quedarnos de brazos cruzados, necesitamos trabajar”.

NO AGUANTAN MÁS  

En el afán de trabajar y de poder seguir sosteniendo a sus familias como lo venían haciendo antes de la pandemia, las trenceras y masajistas aseguraron que de no tener respuesta entrarán a las playas a realizar sus labores.

 “Hemos tocado muchas puertas, hemos sido muy pacíficas para no quedar como revolucionarias, pero a la fecha no tenemos respuesta concreta, se nos pide es que cambiemos de trabajo y eso no lo podemos hacer, lo nuestro es hacer trenzas y masajes, no vender cocacadas, muchas de mis compañeras no saben leer, no nos pueden cambiar un oficio con el que nosotras nacimos, por esa razón nos veremos obligadas a entrar, somos personas que tenemos el derecho al trabajo y no aguantamos más estar de brazos cruzados, necesitamos trabajar para darle de comer a nuestros hijos”, aseguró Yoladis Herrera.

¿QUÉ DICE LA ALCALDÍA? 

Desde la Secretaría de Desarrollo Económico del Distrito se informó que ya se trabaja en el modelo de reubicación y asignación paralas trenceras y masajistas, asimismo, se les está dando a conocer las medidas que se estarán implementado durante la pandemia.

Por ahora, la entidad viene realizando reuniones con el gremio para establecer las zonas dispuestas en el balneario para que puedan ejercer su labor.

A través de la cuenta de Twitter de la Secretaría de Desarrollo Económico informó a la ciudadanía, “Nos reunimos con trenceras  y concejal Jorge Yesid Ospino, a fin de concertar detalles de la estrategia que les permita laborar de manera biosegura y articulada”.

Sin embargo, hasta el momento no hay con exactitud unos protocolos de bioseguridad para que las trabajadoras desempeñen esta labor, teniendo en cuenta está prohibido el contacto físico con personas debido al alto riesgo de contagio por Covid – 19.