10 años del asesinado en ‘La Olla Vallenata’
Ya son 10 años del crimen de un militar, es este quizás uno de los casos más recordados desde el año 2010, hecho que ocurrió en uno de los establecimientos más reconocidos en Valledupar, ‘La Olla Vallenata’.
Julio Eliécer Gámez Bracho, al ingresar a las filas del Ejército, se destacó por su ardua labor. Su vida transcurría entre Valledupar y La Loma, y el poco de tiempo que tenía lo disfrutaba al lado de sus seres queridos a quienes amaba y ayudaba cada vez que podía.
“Él era un hombre cordial, sencillo y muy generoso no solo con sus allegados, sino también con quienes lo necesitaban. En el barrio Primero de Mayo fue uno de los vecinos ejemplares, con esfuerzo pudo salir adelante y hacerse un profesional, tal como lo hicieron sus hermanos”, dijo uno de sus vecinos quien dice recordarlo como si su muerte se hubiera producido ayer.
Gámez Bracho conoció al amor, a quien fuera su compañera que lo acompañaría hasta la muerte; es ella Ana Iris Batista ambos vivía en el barrio Los Caciques de Valledupar y tuvieron hijos.
Tanto era la felicidad que Julio Eliécer pensando en un futuro para su familia adquirió un taxi y un apartamento, y se sentía contento con los pasos que daba.
En el calendario era el 16 de agosto de 2010. Todo transcurría con total normalidad en Valledupar. Ana Iris, le habría dicho a su esposo que lo acompañara, que le tenía una invitación en ‘La Olla Vallenata’ para cenar, ambos llegaron al sitio y conversaron por varios minutos; pero ocurrió algo inesperado.
Las manecillas del reloj indicaban que era las 6:50 p.m., en ese momento, dos sujetos motorizados llegaron al restaurante y dispararon en repetidas ocasiones contra Julio Eliécer Gámez Bracho quien quedó en medio de un charco de sangre y a la vista pública.
Ana Iris, comenzó a llorar y realizar llamadas a la familia de su compañero sentimental, diciéndoles lo que había pasado; entonces los hermanos del occiso llegaron al sitio y no pararon de lamentarse, al tiempo se preguntaban qué puedo haber ocurrido.
Inicialmente se manejó la hipótesis de que había sido un atraco, pero una de las personas que estaba en la escena dijo que el hecho era por otros motivos, ya que en ningún momento le habían hurtado la cadena que portaba la víctima.
Quienes asumieron el caso desde un inicio fueron investigadores del CTI de la Fiscalía y después la Sijín de la Policía; ellos capturaron a tres personas las cuales habrían participado en el caso.
Presuntamente, Batista comenzó a realizar trámites para reclamar el seguro de vida antes de las nueve noches, pues a la casa de la familia del fallecido habría llegado un soldado pidiendo un documento e informó lo que se pretendía hacer con este.
Todo se habría planeado con tal fin, pero la familia del sargento no desfallecía hasta encontrar la verdad, y fueron capturados tres personas: Olga del Carmen Coronado Atencio, alias ‘La Chiqui’, Kevin y Elías Mandón Chogo, alias ‘Elías’. Todos ellos pertenecientes a la banda criminal, que para la fecha de los hechos delinquía en la capital del Cesar; la misma que presuntamente comandaba Manuel Martínez, exconductor del taxi propiedad del sargento Gámez.
“A raíz de la investigación comenzaron a surgir comentarios, y la Fiscalía fue haciendo lo propio y se convirtieron en elementos probatorios. Si ella estuvo detenida es porque hay pruebas, y si no es así pues que demuestre lo contrario, pero la Fiscalía tiene evidencia, la sindica a ella y eso es público aquí en Valledupar”, dijo Eduardo Gámez Bracho, hermano de la víctima.
En las declaraciones entregadas por los condenados, salió a relucir el nombre de alias ‘Wicho’, presunto integrante de la banda ‘los Urabeños’, que fue asesinado en el municipio de La Paz, en agosto de 2011.
Los investigadores y Fiscalía contaban con elementos materiales de prueba, los mismos que señalaban a Ana Iris Batista, como la autora intelectual del crimen; entre las pruebas que tiene, y que quizás son las más contundentes, están los testimonios y declaraciones juradas de las tres personas condenadas por el homicidio.
EL SUPUESTO PLAN
Lo más sorprendente para las autoridades era que Ana Iris, habría cobrado las prestaciones sociales de su esposo, vendió el taxi adquirido por él y a ella le quedó una casa al norte de Valledupar.
Cabe recordar que, los condenados a 25 años de prisión le pidieron perdón a Eduardo Gámez Bracho, hermano del sargento, y no solo eso, también confesaron paso a paso, detalles con pelo y señales de como sucedió todo este crimen, y quien fue el cerebro del mismo.
“En este proceso hay un testigo clave que ha dado detalles precisos del caso el cual fue amenazado, pero sin embargo sigue firme en declarar, porque lo único era que supiera toda la verdad, nada más que la verdad”, contó una fuente.
LIBRE COMO EL VIENTO
Así, según las autoridades está Ana Iris Batista Arrieta esposa de Julio Eliécer Gámez Bracho: libre como el viento. Ella ha sido capturada dos veces. Una de esas aprehensiones se dio en medio de concierto en el Coliseo Cubierto de Valledupar, pero hoy día está libre.
Al momento disfruta de su libertad por vencimiento de términos; pero tiene que asistir ante un juez cada vez que este lo requiera.
EL PERDÓN: UN RETO
Eduardo Gámez tiene un gran reto: el perdón. Dice que ha luchado por perdonar a quien pagó 10 millones de pesos por la muerte de su hermano Julio. Asegura que no tiene la mínima la intensión de perdonarla, porque cree que si Ana Iris no quería a su esposo, era mejor que lo dejara.
“Quiero que al menos pague por lo que hizo, ella nos quitó a un gran amigo, gran hermano. Es muy doloroso todo esto, es difícil tener que reconocer esto, pero igual son cosas que están en el proceso, no son cosas inventadas. Si ella hizo esto, que pague. Nosotros perdimos comunicación con ella, toda relación se partió. Que la perdone Dios, de verdad que yo no tengo alma para decirle que la perdono. Yo soy creyente, pero ella no tenía por qué organizar este crimen atroz que nos ha causado mucho daño a nosotros. Ese seguro de vida era compartido, donde mi mamá recibía la mitad y Ana la mitad, todo es triste solo por la ambición”, comentó en su momento Eduardo Gámez.
10 años han pasado de la muerte del sargento Julio Eliécer Gámez Bracho del Ejército Nacional y en este caso aún no se ha condenado a la autora material. En el barrio Primero de Mayo de Valledupar y en ‘La Olla Vallenata’, solo piden justicia ya que él no merecía morir de tal forma, y lastimosamente aceptó una ‘invitación’ a comer, la misma que lo condujo a su deceso.