La decisión de Nicolás Maduro, líder del narco régimen que se aferra al poder en Venezuela, de prohibir con sus fuerzas militares el ingreso de la ayuda humanitaria que la comunidad internacional ha dispuesto para el pueblo de ese país, no solo es un delito criminal, sino que tal conducta encuadra perfectamente para juzgarlo por parte de la Corte Penal Internacional. La intervención militar de un conjunto de naciones que ponga a salvo a Venezuela se hace más imperiosa que nunca, y las Naciones Unidas podrían encabezarla.