Diario del Cesar
Defiende la región

la vida de una  familia homoparental

1.040

POR: NINOSKA REYES URDANETA

El beso de la alcaldesa electa de Bogotá, Claudia López, con su pareja Angélica Lozano, causó controversia y posiciones divididas entre la comunidad. Asombro, pudor, rechazo y a la vez muestras de apoyo, se observó en redes sociales y entre la opinión pública sobre los miembros de la población LGBTI que aún luchan por su aceptación en la sociedad. En Valledupar la realidad no es otra, las parejas homosexuales buscan entre la oscuridad, la manera de ser vistas con buenos ojos y ser aceptadas en su proceder.

DIARIO DEL CESAR conoció de cerca la historia de una pareja de mujeres que se definen como una familia homoparental; tienen hijos, viven en su hogar y sin vergüenza alguna, muestran a la sociedad la batalla que mantienen entre el prejuicio y la identidad.

La familia homoparental es aquella donde una pareja de dos hombres o de dos mujeres se convierten en progenitores, de uno o más niños. Pueden ser padres o madres a través de la adopción, de la maternidad subrogada o de la inseminación artificial, en el caso de las mujeres.

NO LA PUEDO DEJAR, ES MI NOVIA

Una fiesta gay en la década de los 90 marcó la vida de Beatriz, abogada vallenata que descubrió su identidad sexual a los 19 años y tras enfrentar el rechazo familiar, desde hace 5 años vive en pareja con Sandra, a quien considera el amor de su vida, su felicidad y con quien ahora cría a tres niños, cuya maternidad es compartida.

Morena, con aretes, boca colorada y una cabellera negra bien recogida que le muestra a viva piel su rostro de felicidad, Beatriz, quien ahora cuenta con 40 años de edad, manifestó que su vida no ha sido fácil, su condición de lesbiana ha sido dura defenderla ante la familia y la sociedad.

Abierta a contar su historia sin tapujos, Beatriz narró que desde muy pequeña su atracción hacia las niñas era evidente en el colegio, las cuidaba, protegía y era incapaz hasta de quitarles el habla; pues veía en ellas una atracción que poco a poco fue desarrollando.

Así pasaron los años más difíciles de su vida, llegar a la adolescencia acompañada siempre de mujeres, rechazar a los hombres y jamás entablar una relación con ellos, le permitieron a esta profesional mujer ir fortaleciendo su identidad sexual.

“Mi madre me exigía que dejara las amistades tan cercanas con lesbianas, que las rechazara porque no era mi mundo, pero sus prohibiciones en nada me afectaban, yo salía con ellas, disfrutaba, me sentía plena hasta que asistí con una chica, que me gustaba, a una fiesta gay y allí empezó todo”, explicó entre sonrisas.

Un beso, una caricia y hacer el amor dio paso a la decisión. “Allí me dije soy lesbiana, soy feliz con las mujeres y contra viento y marea me defenderé; así lo hice frente a mi madre, quien para el momento me pedía una vez más que dejara esa amistad, pero era demasiado tarde, le expliqué abiertamente no la puedo dejar, porque ahora es mi novia”, narró.

Esa reacción le costó a Beatriz la independencia a los 19 años, fue echada de su casa, pero su claridad en la vida le permitió ver la medida como una oportunidad y no como un fracaso. Desde entonces Beatriz entabló dos relaciones, y al igual que cualquier pareja sufrió una decepción, con la primera mujer que vivía era posesiva, dominante, en lugar de ofrecer paz, creaba incertidumbre y dolor.

Es así como Beatriz se consigue con Sandra con quien desde hace 5 años vive en pareja. Tres niños conforman su hogar y hoy día dicen ser una familia homoparental, con principios, derechos y contra los prejuicios de la sociedad.

 ‘DEBES TENER UN HIJO’

“Conocí a Sandra con tres hijos, tuvo dos parejas con quienes procreó, pero su felicidad era otra, las mujeres. El hogar comenzó con sus hijos, de los cuales uno es criado por su padre y el resto sigue en su seno familiar”, contó Beatriz mientras revelaba además que Sandra quería que ella viviera la maternidad.

La vida en pareja transcurría con normalidad en el municipio de La Paz, Cesar, y la propuesta de Sandra atormentaba a Beatriz porque en su proyecto de vida no estaba estipulada la maternidad, por considerar que la única posibilidad era la inseminación artificial y no contaba con los recursos para ello.

La propuesta seguía en pie, entre alternativas y posibilidades un amigo en común se ofreció para procrear el hijo. Como en una historia de telenovela, narra Beatriz, se consumó el acto. “Fue terrible, pero cinco minutos fueron suficientes para que llegara la bendición que hoy tiene 4 años”.

Así el hogar quedó conformado, una pareja de dos mujeres y tres hijos que hoy comparten un mismo techo en el popular barrio Los Fundadores de Valledupar, donde fijaron su residencia.

 “UN HOGAR FELIZ”

Allá llegamos a las 11:00 de la mañana, el olor a guiso, un hogar humilde pero impecable, es el refugio de esta familia homoparental, que a pesar de los perjuicios, crían a sus hijos considerando que en nada afecta el sano desarrollo y desenvolvimiento en la sociedad.

Amables, atentas y sin pena, recibieron al equipo del DIARIO DEL CESAR. Una pequeña mesa fue el sitio de conversación, allí mismo sentaron a dos de los hijos, quienes en varias oportunidades llamaron mamá a ambas.

Con las manos agarradas y con palabras de amor se trataba la pareja. Debajo de un árbol se entabló el diálogo y Sandra, una mujer esbelta, seria, de cabello corto ondulado; reiteró que la comunicación y hablando con la verdad ha permitido conformar un hogar feliz.

“Llevamos una vida normal, ambas trabajamos, nos compartimos los quehaceres de la casa, llevamos a los niños al colegio, asistimos a las reuniones de padres de familia y cuando se trata de un paseo, de manos agarradas nos enfrentamos a las caras de asombro de las personas”, dijeron entre risas a la vez que afirmaban que los vallenatos deben acostumbrarse porque la población LGTBI cada día gana más terreno en la sociedad.

El más pequeño de los niños, se mostraba feliz y en medio de su inocencia exclamaba mi mami Sandra, mi mami Betty, como llama a Beatriz por cariño. Su comportamiento era el de un niño audaz, piloso y no dejaba de jugar demostrando su imaginación.

Y así transcurre el día a día de esta familia. El diálogo fue interrumpido por cuanto Sandra debía asistir a su trabajo y el mando de la casa quedaba en manos de Beatriz, quien de manera independiente ejerce como abogada en la ciudad.

Beatriz antes de despedirse manifestó “a esas parejas que están ocultas que están criando sus hijos, lo primero que deben hacer es aprender a apreciar a los hijos de la pareja. Ellos son felices con dos madres o dos padres, no hay que quitarles esa posibilidad, hay que demostrarles que se puede lograr un hogar feliz. El diálogo y la verdad es la clave en este proceso”.

NO ES UN FACTOR DE RIESGO: ICBF

Según un estudio realizado por el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (Icbf), por solicitud de la Corte Constitucional, la orientación sexual de los padres no constituye un factor de riesgo para el desarrollo de los niños y las niñas.

“No existen diferencias significativas en el desarrollo cognitivo de los niños y niñas criados por parejas del mismo sexo versus aquellos que son criados por padres heterosexuales”, dice el estudio.

Lo importante es considerar que existen otros factores de riesgo que sí afectan el desarrollo integral de los menores, y estos son: la pobreza, los desórdenes psicológicos de los padres, el divorcio de los padres y la violencia intrafamiliar.

De igual forma, el estudio señala que los hijos de parejas del mismo sexo tienen una mejor relación con sus padres que los hijos de parejas heterosexuales. “Por el contrario se encontró que existe una variación significativa a favor de los padres del mismo sexo, pues estos reportaron tener una relación afectiva significativamente mejor con sus hijos e hijas que los padres heterosexuales”. Sin embargo, en el escrito se previene que los menores pueden ser víctimas de burlas e injurias, por lo que exhortan a desarrollar estrategias articuladas que se basen en la evidencia científica disponible.

Entre enero de 2017 y septiembre de 2018 solo 11 parejas del mismo sexo adoptaron en Colombia. El 3 de noviembre de 2015, la Corte Constitucional decidió aprobar la adopción igualitaria en el país, bajo el argumento de que la adopción de niños por parte de parejas del mismo sexo no afecta el desarrollo integral de ellos. Con esta decisión, las parejas homoparentales lograron iniciar proceso de adopción ante el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar.

Colombia es un Estado Social de derecho que tiene como fundamento constitucional la dignidad humana, la igualdad, el pluralismo y el respeto de los derechos fundamentales, estableciendo de esta manera el marco jurídico para la protección de los niños, niñas y adolescentes, así como de la población homosexual. En este orden de ideas, la adopción homoparental se configura como una forma de hacer efectivo el derecho de los NNA a tener una familia y desde el punto de vista de los homosexuales a conformarla.

A través de la historia se han promulgado diferentes instrumentos internacionales, en especial, la Convención Sobre los Derechos del Niño de 1989, todos ellos vigentes en Colombia, cuya finalidad es proteger los derechos de los NNA fundándose en principios como la igualdad y la no discriminación, el interés superior, la prevalencia de los derechos y la corresponsabilidad.

El marco pluralista en el que se desenvuelven las relaciones sociales en Colombia permite hablar de la concepción amplia de familia, en la que la forma tradicional de entenderla (biológica) se ha transformado para comprender que ella, si bien es el núcleo esencial de la sociedad, y como tal se encuentra protegida por el Estado (artículos 5 y 44 de la Constitución Política), abarca no solo a la familia tradicional sino que incluye otras maneras no tradicionales de constituirla, tal y como ocurre con la familia homoparental.

CONTINUA ORIENTACIÓN

Esperanza Hernández, directora Ejecutiva de Fundación Matices en Valledupar, indicó   que la labor que hace la fundación por los sectores sociales LGBT, incluye orientación hacia las personas jóvenes o familias diversas; así como restitución de derechos y ubicar a las personas en las rutas de atención adecuadas cuando son discriminadas.

Fundación Matices a través de sus redes orienta a la población LGBT, en el caso de las familias diversas por orientación sexual o identidades de género no hegemónica, ofrece la atención psicológica a través de terapias.

Cuando hay familias homoparentales constituidas, el hijo o hija va recibiendo orientación a medida que van creciendo y conviviendo. Sin embargo, una de las preocupaciones en común de los padres homoparentales, es la de evitar que sus hijos tengan daños psicológicos o sufran alguna discriminación en los colegios u otros espacios.

Hernández destacó que aproximadamente en el año 2008 en Valledupar se realizó un estudio por parte de estudiantes universitarios, la cual determinó que la única diferencia existente de una familia homoparental a una heterosexual, es que los hijos son más tolerantes y entendían el contenido de la diversidad. Se tomaron como muestra diez parejas homoparentales de Valledupar y los resultados fueron muy alentadores.