Diario del Cesar
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Tras 20 años de fallecido se acordaron de Carlos Huertas

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En el desarrollo del Festival del Retorno los organizadores del certamen y las autoridades de Fonseca La Guajira develaron un busto del compositor Carlos Huertas Gómez.

POR
WILLIAM
ROSADO RINCONES

No hay plazo que no se cumpla y por fin alguien se acordó de la memoria del maestro Carlos Huertas, uno de los autores más prolíficos de la música vallenata, un juglar con una manera particular de componer, inseparable de su guitarra la que le acariciaba el iodo para darle la afinidad que se reflejaba en los tonos y letras de sus canciones las que también compuso en  joropo, gaita, porro, vals, bolero, pasillo, bambuco y sones caribeños, los que aprendió en Venezuela donde estudió música.

Conocido como ‘El Cantor de Fonseca’ tal como se autorretrató en esa bella página musical que se volvió inmortal en la voz de Jorge Oñate y el acordeón de Miguel López y que dio origen a una piquería con otros autores que también destacaron las bondades de sus patrias chicas, tales como Calixto Ochoa que hizo, ‘El Cantor de Valencia’, Álvaro Cabas, sacó, ‘El Cantor del Valle; y Fabio Zuleta, compuso, ‘El Cantor de Villanueva’.

Aprovechando la versión número 46 del Festival del Retorno que acaba de concluir en Fonseca, La Guajira, se develó un busto para recordar a este gran cultor que era uno de los más exquisitos parranderos de la provincia, autor de muchas canciones clásicas que ayudaron al crecimiento del folclor y quien como buen guajiro, siempre reclamó por la paternidad del vallenato, pues no concebía que, los honores lo tuviera Valledupar y su festival.

Ese acto de rebeldía le brotó el año en que se presentó al Festival Vallenato con el tema ‘Abrazo Guajiro’, un contenido en el que le cantó el aprecio y la simpatía que sentía por los vallenatos, y desde la tierra del almirante Padilla le trajo ese saludo musical  al festival y a sus organizadores en un confín de hermandad, sin embargo, no ganó, eso lo resintió tanto que no se volvió a presentarse e hizo un tema protesta, instando a los guajiros a realizar ellos su propio festival y enumeró que casi todos los importantes artistas del momento eran nacidos en territorio peninsular.

“Buenos días festival, fiesta tradicional, folclórico concurso.

Te vengo a visitar, viejo Valledupar, te saludo con gusto.

Desde mi tierra vengo yo con mis cantares, con alegría pa la tierra de Chipuco.

De la Guajira le traigo un abrazo al valle, y en especial

Para mi compadre Turco, ay ombe”.

Tuvieron que pasar 20 años para que los fonsequeros se acordarán de esta memoria que proyectó la imagen de esa población del sur de La Guajira, muy a pesar de que él nació fue en Dibulla, pero se sintió como de Fonseca por haber vivido allí gran parte de su vida, por eso le dedicó no solo esa canción, sino, ‘Tierra de Cantores’ que se convirtió en el himno del Festival del Retorno, que con este busto le devolvió ese detalle.

Entre sus obras, las más famosas fueron: ‘Hermosos tiempos’, ‘Las mujeres’, ‘El abrazo guajiro’, ‘Tierra de cantores’, ‘Lola la Blanca’, ‘El orgullo guajiro’, ‘Tierra de cantores’, ‘Al compás de mi guitarra’, ‘El cantor de Fonseca’, ‘La casa’, ‘Lontananza’, entre otras. Todas grabadas por grandes del vallenato como Los Zuleta, Jorge Oñate con Los Hermanos López y con Colacho Mendoza, Carlos Vives, Alfredo Gutiérrez entre otro.

Muchos paisanos aplaudieron el acto pero no dejaron de criticar que, dejaron pasar muchos años para exaltar esa figura que dominaba el escenario con su guitarra y su canto y que era un asiduo parrandero con el Nobel de literatura, Gabriel García Márquez, quien en parte nutrió parte de los ‘Cien Años de Soledad’, con las vivencias que reflejaban las canciones de Carlos Huerta Gómez.