Diario del Cesar
Defiende la región

Formando el ser para ser

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¿Quién eres?

Todos alentados y convencidos, creemos con lujo de detalle conocernos, y lo cierto es que también hay mentiras que nos convencemos de que son verdades, y no solo somos convencidos, más por el contrario se vuelven vivenciales, al punto de tener su propia historia llena de sentimientos que aludimos sentir, pero ni mentira es, porque en realidad así se siente; igualmente, puede que ocurra en la vida de muchos, la filosofía pasó de ser el estudio más importante de la humanidad, relegado a la práctica de pocos, muy escasos, porque se le dificulta vivir de la misma, lo anterior, es una realidad global, basta solo con echar un vistazo, nos preocupamos por todo, tanto, que nos permitimos no preocuparnos por quienes somos, nuestro mundo se va simplemente llenando de cantidad de obligaciones, premuras, tareas y compromisos, que no nos permiten vivir; hace poco manejaba por una carretera del departamento del Cesar y de repente en la oscuridad observé en una parte alta, el firmamento, fue algo muy rápido, pero quedé perplejo ante tanta majestuosidad y belleza, al tratar de digerir la imagen fue como si fuera algo que uno como ser humano debería de pagar para recibirlo, ósea, era un sentimiento que tenía mucho de no sentir, así de simple, en eso nos hemos convertido, la rutina, las distancias, los horarios, ya en Valledupar hay trancones, hacen que cada día vivamos una maratón, lo simple, lo humano, lo sencillo, se nos olvida que existe, es como si no recordáramos que respiramos.

El diario nos carcome, queremos tanto y cada vez queremos más, el problema radica en que muchas veces no sabemos ni que queremos y mucho menos para qué, nos obligamos a condiciones y circunstancias que no nos llenan, empero que sí, muy seguramente repercuten a futuro, económica, social, laboral, política, etc.

De esa manera trascurren los hechos, hasta que perdemos el rumbo de la esencia de quienes somos, nuestros dones, talentos o sencillamente aquello que nos llenaba dejó de existir sin darnos cuenta, lo cambiamos por momentos y circunstancias que nos rodean que no son de nuestro agrado, y simplemente al igual que la mentira la vuelves verdad por flojera de pensar y/o de cambiar.

En consideración, lo anterior resulta ser una reflexión apropiada y acorde a muchas circunstancias, (i) para quien la vive: cuando se trata de seres humanos, todo tiene un límite, porque la vida no es infinita, quiere decir, que todo acabará algún día, lo que se traduciría, en que si no te gusta, mientras respires tendrás la posibilidad de intentar cambiarlo, y esto aplica para absolutamente todos los escenarios de nuestra vida -espiritual, familiar, económico, educacional, político, social, laboral, profesional, afectivo, etc.- (ii) para quien podría vivirla: ombe, si ya saben que ahí está el hueco, al menos mídalo pa’ brincarlo o sáquele el quite, lo cierto es que hay cosas que la sociedad nos carcome y nos involucra casi que obligatoriamente, el juego estaría en saber utilizarlas, sin dejar de ser, partiendo de la base que entre la globalización y la internet el mundo por así decirlo se equiparó para todos, palabras más, palabras menos, la información quien le posee obtiene lo que necesita y hoy basta con un simple celular para acceder a la misma. (iii) Para quien la vivió: resulta ser un pasado que se puede convertir en presente en todo momento, y es que en estos casos nadie se las sabe toda, la transformación y la decisión es importante, vivirla es difícil, porque dependerá de qué tan fuerte eres cada día, siempre van a existir adversidades, y entre más frondoso estés, más piedras te van a llover por la bonitura de tus frutos, así que amigos, el tema acá se trata de construir, fortalecer, aplicar, asociar, implementar una práctica de vida que te permita coexistir con las exigencias sociales, familiares, y las demás, de una forma placentera para nuestra vida, sin dejar de sacar tiempo para las nuestras propias, sean cuales sean, pero siempre existen, solo que nos olvidamos de ellas.

En conclusión, espero que con esta humilde reflexión, muchos al menos salgan de la ciudad en estos días, busquen una parte alta y oscura y puedan mirar las estrellas en el firmamento, y así mismo, se regalen un minuto para autoevaluar el resultado de momento, que ojalá, traten de recordar cuánto le gustaba pintar, cantar, bailar, escribir, componer, enseñar, correr, hacer manualidades, los animales, la naturaleza, nadar, contar chistes, hacer magia, actuar, realizar obras sociales, cuantas amistades has olvidado que hace mucho no visitas ni llamas, a cuántos lugares que amabas ir constantemente ya no vas, hace cuanto no vas a una iglesia, olvidaste tu instrumento favorito, todas estas y muchas más, resultan ser como las estrellas, cosas que posiblemente amas, que están ahí y que simplemente por los afanes dejamos de ver y disfrutar, tanta luz, hace parecer que ya no existen, pero mentiras, ahí están, se trata solamente de buscarle y ahí las encontrarás, y recuerda que siempre la carrera de la vida será más sabrosa y divertida si la haces por gusto y pasión, encuéntrate, disfruta el recorrido, no te permitas vivir sin tu esencia, date tiempo, vive… busca tu #crecimientointegral.

  @cristiantorresdl