El grupo armado Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) anunció un alto el fuego y el abandono de las armas, con la condición de que se libere a su fundador y líder, Abdullah Öcalan, quien permanece encarcelado en Turquía desde 1999. La propuesta llega tras 40 años de conflicto y más de 30.000 víctimas mortales atribuidas al grupo.
“Para allanar el camino hacia el llamado del líder Apo (Öcalan) por la paz y una sociedad democrática, proclamamos un alto el fuego, vigente desde hoy”, señala un comunicado del PKK. “Salvo en caso de ataque contra nosotros, no realizaremos ninguna acción armada”, añaden.
Aunque la guerrilla kurda acepta la exigencia de desarme y disolución planteada por Öcalan, establece varias condiciones. “Estamos preparados para convocar el congreso del partido. Sin embargo, para que esto ocurra, es necesario garantizar un entorno seguro y que Abdullah Öcalan pueda dirigir personalmente el congreso”, afirma el PKK.
El grupo exige que el líder pueda vivir y trabajar con libertad, manteniendo relaciones sin restricciones con quien desee, incluidos sus amigos. Por su parte, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, calificó la situación como una “oportunidad histórica para derribar el muro del terror” y aseguró que vigilará de cerca el proceso para garantizar su éxito.