El Papa Francisco no quiere un ostentoso funeral para cuando deje de ser el líder de la Iglesia Católica y ha decidido que un simple ataúd de madera será suficiente cuando llegue el momento de estar con Dios.
En un nuevo rito formal publicado el miércoles, el Vaticano dijo que Francisco renunciará a una práctica centenaria de enterrar al difunto sumo pontífice en tres ataúdes entrelazados hechos de ciprés, plomo y roble.
En cambio, Francisco será enterrado en un único ataúd de madera revestido de zinc.
El difunto Papa tampoco será exhibido sobre una plataforma elevada, o catafalco, en la Basílica de San Pedro para que lo vean los visitantes en Roma, como fue el caso de los papas anteriores. Aprobado a finales de abril por el jesuita argentino, el «Ordo Exsequiarum Romani Pontificis», un libro grueso con portada roja, reemplaza la edición anterior, que databa de 2000 y que fue utilizada en las exequias de Juan Pablo II en 2005.
Tradicionalmente, se habían utilizado tres ataúdes para enterrar a los papas para crear un sello hermético alrededor del cuerpo del difunto pontífice.
También permitieron que objetos, como monedas o papeles emitidos por el Papa durante su reinado, fueran enterrados con el cuerpo.
Eso sí, los visitantes que quieran despedirse de él aún podrán presentar sus respetos, pero el cuerpo de Francisco permanecerá dentro del ataúd, sin la tapa.
Este nuevo rito «subraya que las exequias del pontífice romano son las de un pastor y discípulo de Cristo, y no las de un hombre poderoso de este mundo», explicó a los medios del Vaticano Monseñor Diego Ravelli, maestro de las celebraciones litúrgicas pontificias.
Francisco, que cumplirá 88 años el 17 de diciembre, ha sufrido ataques ocasionales de mala salud en los últimos años, pero ha parecido estar en buena forma en los últimos meses.
Ahora utiliza silla de ruedas debido a dolores de rodilla y espalda, pero realizó dos viajes exigentes al extranjero. En septiembre y organizó una importante cumbre de líderes católicos de un mes de duración en el Vaticano en octubre.
Francisco dijo el año pasado que quería simplificar los elaborados ritos funerarios que ocupan un volumen de libros y que se han utilizado para sus predecesores. También anunció que será el primer Papa enterrado fuera del Vaticano en más de un siglo.
En lugar de ser enterrado con otros 91 papas fallecidos en la Basílica de San Pedro, Francisco dijo que quiere ser enterrado en la Basílica de Santa María la Mayor de Roma, dedicada a María, la Madre de Dios.
Santa María es la iglesia donde tradicionalmente Francisco va a rezar antes y después de cada uno de sus viajes al extranjero.
El último Papa en ser enterrado fuera del Vaticano fue León XIII, quien murió en 1903 y está enterrado en la Basílica de San Juan de Letrán en Roma.
Desde su elección como cabeza de la Iglesia católica en 2013, Francisco busca desprenderse de los rituales fastuosos en favor de una mayor simplicidad y cercanía con los fieles, prefiriendo un pequeño departamento en una residencia en lugar de los lujos del palacio apostólico.