El primer día del Encuentro Nacional de Sujetos de Reparación Colectiva (SRC), llevado a cabo en Bogotá, reunió a más de 1.500 personas, representantes de comunidades étnicas y campesinas que han sufrido los estragos del conflicto armado colombiano. Este evento, organizado por la Unidad para las Víctimas, ha sido uno de los más importantes en el proceso de reparación colectiva, buscando sanar heridas profundas y contribuir a la construcción de una paz duradera en el país.
Dentro de las actividades del evento estuvo la firma de un histórico acuerdo entre la Unidad para las Víctimas y la Confederación Nacional de los Pueblos Emberá. El documento de ocho puntos se enfocará en la atención total de este grupo étnico que enfrenta mendicidad y vulnerabilidad. “El acuerdo promueve una planificación conjunta, con un enfoque inclusivo y nacional, para abordar los desafíos desde una perspectiva que integre a todos los sectores de la sociedad”, se afirmó desde la Unidad.
Lilia Solano, directora de la Unidad para las Víctimas, destacó el papel fundamental de los SRC en la reconstrucción del país: “Estos son los tiempos del cambio. No hemos olvidado que este programa gira en torno a los sujetos de Reparación Colectiva. Estos líderes y lideresas sociales han sido víctimas, pero también son quienes construyen el futuro.”, afirmó.
El acto no solo tuvo el propósito de visibilizar el papel protagónico de las víctimas en la reconciliación nacional, sino también de reforzar el compromiso de más de 30 entidades del Sistema Nacional de Atención y Reparación Integral a las Víctimas (SNARIV) con la implementación de los Planes Integrales de Reparación Colectiva en las regiones más afectadas por la violencia. Durante el encuentro, se compartieron experiencias, se definieron propuestas y se renovaron compromisos, todo enmarcado en un ambiente de escucha y reconocimiento mutuo.
Solano aseguró que el Estado tiene el compromiso de garantizar que estas comunidades puedan retomar sus proyectos de vida colectivos, truncados por la guerra.
El exministro de Justicia y asesor de la Unidad para las Víctimas, Néstor Osuna, se sumó a las reflexiones, destacando que más de 1.000 sujetos colectivos se encuentran actualmente en proceso de reparación. Durante su intervención, pidió perdón a las víctimas y subrayó que el retorno a sus tierras y la recuperación de sus proyectos de vida son esenciales no solo para la reparación integral, sino también para la paz. Osuna enfatizó que la reparación colectiva es el mejor camino para reconstruir el tejido social y lograr una paz duradera.
Las víctimas, protagonistas de este evento, aprovecharon el espacio para compartir sus experiencias y plantear los desafíos que aún enfrentan en el camino hacia la reparación. El representante del Resguardo Indígena de Ricaurte, Nariño, insistió en que la reparación no puede limitarse a la restitución de tierras, sino que también debe incluir proyectos productivos que realmente beneficien a las familias afectadas. Kamila Pérez, representante del colectivo LGBTIQ+ de Chaparral, Tolima, enfatizó la importancia de una reparación inclusiva, que garantice los derechos humanos de todas las víctimas, sin discriminación.
En el evento también hubo mesas de trabajo entre representantes de los Sujetos de Reparación Colectiva, congresistas de las curules de paz, y alcaldes, quienes discutieron los retos locales para la implementación de los Planes Integrales de Reparación Colectiva. Los alcaldes coincidieron en que, si bien se han logrado algunos avances, el camino hacia la reparación ha sido largo y aún persisten obstáculos importantes. Además, reclamaron un mayor apoyo del Gobierno nacional para superar estas barreras y cumplir con los compromisos de reparación en las regiones más afectadas por el conflicto.
Mancuso firmó convenio y pidió perdón por el asesinato del líder indígena Kimy Pernía
En el encuentro también participó el exjefe paramilitar y actual gestor de paz, Salvatore Mancuso, quien también firmó un compromiso con el Gobierno para buscar información sobre las tierras que eran suyas y entregó para reparar a las víctimas del conflicto. En una reciente denuncia, Mancuso dijo que faltan más de 380 bienes que entregó a la Unidad para las Víctimas durante el Gobierno Uribe.
De acuerdo con el exparamlitar, esos predios habrían sido producto de despojos de campesinos que tuvieron que abandonar sus tierras por la violencia que vivían. Ahora, se desconoce dónde podrían estar y el porqué no fueron entregados a la Unidad si son territorios que le corresponderían a las víctimas del conflicto armado en Colombia.
Mancuso también pidió perdón a las víctimas por el daño causado, y se comprometió a seguir trabajando en los principios de verdad, justicia, reparación y no repetición. ”Hoy comprendo con claridad que los conflictos nunca deben resolverse mediante la violencia”, dijo Mancuso, quien además reconoció que el daño causado a las personas y territorios “fue inmenso y profundamente lamentable”.
Durante el acto, Mancuso pidió perdón por el asesinato del líder indígena Kimy Pernía Domicó, perpetrado en 2001 en la región Caribe, crimen que ya había reconocido hace cuatro años.
Pernía Domicó desapareció el 2 de junio de 2001 en el casco urbano de Tierralta, Córdoba, donde habita la comunidad embera del Alto Sinú, tras ser obligado a subirse a una motocicleta. La desaparición del líder fue atribuida al grupo Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá (ACCU), grupo que se desmovilizó a mediados de 2006 tras la desmovilización de más de 31.000 paramilitares. “Yo di la orden a los autores materiales (…) de esa lamentable acción en la que se asesina al líder indígena de esta región”, expresó Mancuso este viernes.
Y agregó: “Quiero pedirles perdón de corazón a ustedes, a todas las comunidades indígenas, especialmente a las embera katío de esta región del departamento de Córdoba, porque jamás debí tomar esa decisión (de ordenar el crimen)”.
Un representante de los embera katío pidió durante el acto a Mancuso “resarcir”, porque por crímenes como el de Pernía fue que, dijo, se desterritorializaron esos indígenas y terminaron repartidos por todo el país. “Si hay verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición, vamos a acoger realmente este proceso que se está llevando a cabo”, añadió el vocero.
En el evento también se instaló una Galería de la Memoria, un espacio donde se narraron a través de fotografías y videos los procesos de reparación en diferentes comunidades del país. Este espacio permitió no solo rememorar el dolor sufrido, sino también celebrar la resistencia y resiliencia de las víctimas. Además, se ofreció atención técnica a quienes necesitaban asistencia para el registro en el Registro Único de Víctimas, con áreas especializadas que reflejaron la diversidad étnica y de género de las comunidades presentes.
El Encuentro Nacional de Sujetos de Reparación Colectiva sigue este sábado.
/ElEspectador