Diario del Cesar
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´No hay más libros de mi papá, este es el último sobreviviente´

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Entre los archivos de Gabriel García Márquez que custodia la Universidad de Texas se encuentran las cinco versiones que el Premio Nobel de Literatura realizó de ‘En agosto nos vemos’, por lo que muchos investigadores y críticos literarios han accedido a ellas.

Durante los últimos años, la familia García Barcha, en privado, recibía los comentarios de algunos de esos lectores, una de las varias razones por las que decidieron publicarla este 6 de marzo en una primera edición en español y el próximo 12 del mismo mes en inglés.

Una novela corta con cinco relatos autónomos con una misma protagonista que García Márquez empezó a construir en su cabeza desde décadas atrás, y que se dispuso a escribir en los últimos 15 años de su vida.

Tras cumplir sus 70 años de edad, empezó a realizar textos más cortos, no podía con la arquitectura de una compleja novela por la pérdida de la memoria que empezó a ser notoria.

Cinco versiones de la novela parecen muchas, pero en Gabo fueron pocas si se tiene en cuenta que para ‘Memoria de mis putas tristes’ completó 18 versiones.

La última versión tiene fecha del año 2008, de la que sus editores aseguran que se encontraron con una novela completa pero no definitiva.

Gonzalo García Barcha y Rodrigo García Barcha, hijos de Gabriel García Márquez, hablan de la publicación de la novela inédita ‘En agosto nos vemos’.

EL LEGADO

¿Cómo se dió la elección de la portada?

Siempre ha habido una asociación con los colores brillantes en las portadas de Gabo en todo el mundo, en especial en países fríos que siempre asocian lo tropical con su obra.

Es una imagen que está derivada directamente del libro, pero vale la pena recordar que la obra de Gabo, en la medida que se va alejando de ‘Cien años de soledad’, toma distancia del tema tropical como sucedió con ‘Noticia de un secuestro’, lo que le permitió abrir más posibilidades, y para en sus últimas obras regresar al Caribe, a una isla exuberante.

 

A diez años de su muerte, ¿Cómo es la mirada póstuma a un padre como Gabo?*

Cuando las relaciones son muy buenas es difícil reducirlas a una sola cosa. Tuvimos un padre muy presente, interesado en nosotros,  trabajaba en casa y que nos dio mucha atención en la infancia y mucha libertad en la adolescencia.

Vivimos en un mundo privilegiado, de poder viajar, rodeado de grandes escritores e intelectuales. Su preocupación siempre fue porque la fama y el éxito no nos afectara. Siempre he creído que es más fácil ser hijo de una persona exitosa que de un mal padre.

ARQUITECTURA LITERARIA

Cómo se realizó la edición final de una novela póstuma?

Pasaba temporadas en que dejaba la novela para luego volver a ella hasta que perdió la memoria y lo abandonó definitivamente. Nosotros seguimos sus indicaciones, lo tuvimos secuestrado por años, se abrió a los académicos y los estudiosos, con tal interés, que lo volvimos a leer y nos dimos cuenta que estaba mucho mejor de lo que pensábamos.

Perdió la capacidad de escribir, de leer, pero también sospechamos que perdió la capacidad para juzgar el libro, porque libro que él no editaba y terminaba, lo destruía. En sus cabales o lo hubiera terminado y pulido, porque lo que hacía lo publicaba o simplemente  lo destruía.

Es por eso, que no hay más libros, este es el último sobreviviente. Una vez abierto en la Universidad de Texas, empezó a leerse con mucho interés, por lo que decidimos publicarlo. Además, siempre dijo que cuando muriera, podíamos hacer lo que quisiéramos, lo cual nos ayuda a dormir mejor.

 

Su madre, Mercedes Barcha, ¿supo de la novela?

Mercedes sobrevivió sin Gabo algunos años pero nunca se mencionó la novela. Realmente lo dejamos dormir durante muchos años, y con su partida empezó a surgir la idea de publicarlo. Quisimos no dejar cabos sueltos a manera de duelo, lo que me deja tranquilo porque ahora sí toda la obra de Gabo está a disposición de todos sus lectores.

 

¿Existen similitudes con sus anteriores obras?

La novela parece más contemporánea, en un pasado cercano de hace 25 años, como la llave tarjeta digital de un hotel, referencias de cultura popular, más situada en nuestro mundo, que es como la mayoría de sus libros que son realistas y psicológicos, y este lo es más.

Además, Gabo no tiene grandes personajes femeninos, con pocos libros y cuentos donde la mujer es protagónica como en este caso, con estas características y esta edad, lo que nos animó a publicar el libro porque no se parece a otros libros de su mundo.

 

-¿Qué tanto el instinto tenía Gabo a la hora de la escritura?

De una manera muy predominante. Él venía de una región de Colombia donde los sueños son un factor fundamental en al vida, en especial con la etnia Guajira con la cual fue criado en sus primeros años, con las sus supersticiones y creencias.

Era muy práctico en su vida, pero venía de una cultura donde el instinto era un factor muy importante.

Uno de los síntomas de su enfermedad en la vejez, es que llegó un momento en que no recordaba los sueños que había tenido la noche anterior, lo que le mostró que tendría limitaciones a la hora de seguir creando, porque los sueños le ayudaban a resolver algunos de sus asuntos literarios en los libros.

 

¿Cómo fue vivir en medio de un padre escribiendo sus obras memorables?

A partir de los ochos años, al oír tanto de ‘Cien años de soledad’, realmente nos tenía artos, pero con los años nos fuimos reconciliando con ella.

Gabo no era mucho de mostrar obra en proceso, lo enseñaba cuando lo consideraba en un 95%, y la que menos lo leía era Mercedes, porque siempre le gustó leerlo ya publicado.

 

¿Cómo asumió la familia las enfermedades que terminaron con la vida de Gabo?

La decadencia de su memoria no se la impuso a la familia, la vivió de manera muy íntima. Luego viene la maravilla de la negación, donde se piensa que la demencia senil es pasajera, con la esperanza que la próxima semana se acordará de todo, hasta que te resignas que no hay marcha atrás, te tranquilizas porque la persona ya no se acuerda de que no se acuerda. Terminamos no con el escritor y personaje, sino con el abuelo en casa./Colprensa