Desde la Sierra Nevada la biblioteca kankuama ya es referencia nacional
El silencio del “corazón del mundo”, la Sierra Nevada de Santa Marta, se convierte en el espacio ideal para el conocimiento, los saberes ancestrales y la diversidad cultural, escenario que permitió la consolidación de la biblioteca pública Kankuama, ubicada en el resguardo kankuamo del corregimiento de Atanquez, municipio de Valledupar, lugar que se ha convertido en el refugio de niños indígenas que hoy defienden la oralidad desde este centro de enseñanzas.
Ordenados estantes repletos de libros, varias mesas y un ambiente en el que sin palabras se refleja la cultura indígena como premisa para el saber ancestral, es lo que refleja la particular biblioteca, que lejos de cuatro paredes, es un tesoro de conocimiento y formador de valores para la comunidad, cuyo nacimiento se logró a finales del 2013 con la donación de libros por parte de la Biblioteca Nacional de Colombia.
No existen textos de historia ni de costumbres occidentales, tampoco de literatura clásica de autores europeos o norteamericanos, pues no es el fuerte para quienes buscan conocer a fondo la cultura propia de la zona. Los niños entre juegos, actividades didácticas, pero sobre todo con el hábito de la lectura, se sumergen cada día en este mundo, que ahora también se une a la virtualidad, pues la pandemia así los ha obligado y a pesar del confinamiento, ha permitido ‘unirse’ para seguir viviendo su experiencia en medio de las dificultades de conectividad.
En la actualidad es reconocida como una de las mejores bibliotecas del país, porque a demás de su significado en la comunidad, su esencia de promover el conocimiento se ve reflejado en cada espacio que le ofrecen para mostrar el trabajo que se viene realizando.
MÁS DE 3.200 LIBROS
Desde hace casi diez años, Souldes Maestre Montero, lidera esta iniciativa bajo la guía de sus autoridades del resguardo kankuamo. Su misión es muy clara y su meta es lograr formar hombres y mujeres con capacidad intelectual para enfrentar la vida, pero además de afianzar las raíces indígenas y hacerla visible en el resto del país.
Comentó que hoy día la biblioteca cuenta con más de 4.000 libros, con los cuales también se están apoyando otros centros literarios que nacieron en el resguardo. Los textos son donados y gestionados ante otras instituciones que siempre han dado un espaldarazo a esta linda misión.
“El lugar, también se ha convertido en un espacio de intercambio generacional donde los niños y jóvenes aprenden de los mayores, porque si no mantenemos esos conocimientos nos vamos a extinguir como pueblo”, afirmó Maestre.
No es una biblioteca tradicional, su objetivo es transmitir su propia oralidad, los saberes que por mucho tiempo han sido la principal forma de resistencia de los pueblos, su arma contra el olvido.
Son muchos los conocimientos que allí se imparten, cada niño tiene en su casa una huerta. Las familias kankuama reciben alimentos que vienen “de afuera” como lo son el aceite que no se producen en su entorno. El compromiso de estos pequeños con su territorio, es sembrar mientras “cuentan su historia”, la cual es reproducida en el resguardo, permitiendo multiplicar los conocimientos y ganar seres humanos listos para enfrentar las adversidades de la vida, explicó Souldes Maestre.
Esta pequeña biblioteca obtuvo el reconocimiento Daniel Samper Ortega del Premio Nacional de Bibliotecas, en la categoría bibliotecas pequeñas y en el 2020 ha sido reconocida por la Biblioteca Nacional de Perú.
“La Biblioteca Nacional de Perú vio todo este trabajo que hemos hecho y nos invitó a un conversatorio y finalmente vamos a estar en el marco del Hay Festival, en el cual se reúnen la literatura, la pintura, el arte, la cultura”, afirmó.
En la actualidad pretende demostrar que la biblioteca no es un espacio físico, ella llega a las comunidades promoviendo la oralidad y superando las barreras de la sociedad.
TRAYECTORIA NACIONAL
A nivel nacional, la biblioteca Kankuama sigue siendo noticia, esta vez su bibliotecario Souldes Maestre, fue seleccionado al Comité Técnico Nacional de Bibliotecas Públicas, el cual representa los sectores de las asociaciones y participantes de la promoción de lectura, cuya selección se dio durante la realización del simposio Palabra Tomada.
“Por primera vez un bibliotecario indígena hace parte de un comité con esta cobertura. En la ciudad de Bucaramanga daremos a conocer las políticas públicas y en Cali el 20 de noviembre se empezará a establecer el plan de lectura, escritura y oralidad que regirá en los próximos diez años”, informó Maestre.
Resaltó que la meta crear una red de bibliotecas que ayude a visibilizar los procesos, porque con las bibliotecas rurales itinerantes, creadas bajo los acuerdos de paz, se ha mostrado el trabajo en regiones remotas y la idea es siempre llegar con lectura.
El objetivo es apoyar en la gestión y cambiar la manera de cómo ven las bibliotecas las administraciones locales, y desde el nivel nacional hacerles ver que cada espacio local puede mejorar con la intervención del Ministerio de las Tic y del Ministerio de Cultura.