Diario del Cesar
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Seis reyes vallenatos inicialistas y las primeras protestas del festival

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En los primeros festivales vallenatos se registraron algunos brotes de inconformidad con respecto a los fallos emitidos por los jurados de turno, lo que se vio desde el inicio del certamen.

A pesar de la popularidad de Alejandro Durán, muchos de los asistentes al primer festival estaban de acuerdo con que el rey fuera Emiliano Zuleta Baquero o Luis Enrique Martínez, quienes hacían parte del paquete de 8 acordeoneros finalistas que competían, entre estos una mujer, Fabriciana Meriño, natural de El Molino, La Guajira, quien falleciera en un accidente de tránsito poco tiempo después.

Luis Enrique Martínez, Abel Antonio Villa, Emiliano Zuleta Baquero, Alberto Pacheco, Toño Salas, Alcides Moreno, Ovidio Granados y Fabry Meriño, como se le llamaba artísticamente, fueron los batalladores que dieron inicio a este Festival Vallenato que hoy completa 52 años de crecimiento y desarrollo del género.

En ese primer encuentro no estaban establecidas algunas normas, pero eran ejecutores de respeto que, a pesar de los pocos medios de comunicación existentes en la región, el eco de sus éxitos ya empezaban a colarse en la recién elevada capital del nuevo departamento del Cesar creado solo unos meses antes del inicio del Festival.

 

‘ALEJO’ EL PIONERO

 

En ese primer encuentro resultó elegido ‘Alejo’ Durán, un carismático ejecutor oriundo del municipio de El Paso, Cesar, pero que se había consagrado en varios pueblos de la Sabana, por eso los nativos de Valledupar estaban más familiarizados con las notas de Emiliano Zuleta, quien era el favorito, pero al parecer libó algunas copas de más y no se presentó a uno de los llamados reglamentarios por lo que fue eliminado. Años después, este  mismo ejecutor manifestó, que él no estaba ningún borracho, sino que el reglamento no fue claro y él tocó y se fue desprevenidamente.

De todas maneras ese reinado de Alejandro le sirvió a Valledupar para catapultar ese festival,  pues el negro, Alejandro Durán, tenía un renombre respetable en muchas partes del país. El jurado estuvo integrado en esa oportunidad  por Tobías Enrique Pumarejo, Rafael Escalona, Gustavo Gutiérrez Cabello, Jaime Gutiérrez de Piñeres y Miguel  Faciolince. Después de ‘Alejo’, el segundo fue Ovidio Granados y tercero, ‘El Pollo Vallenato’, Luis Enrique Martínez.

Al año siguiente en 1969, para la segunda versión, el prestigio era mayor además del atractivo de llegar a la ciudad que se había proclamado como ‘La Capital Mundial del Vallenato’. La novedad fue la inscripción de Lisandro Meza quien venía precedido de un palmarés exitoso, pero el jurado optó por elegir a Nicolás ‘Colacho’ Mendoza.

En esa oportunidad, la protesta fue mayor registrándose desmanes por parte de una masa que quería a Lisandro como rey, sin entender los cánones de ejecución de los 4 aires musicales que ya para esta versión estaban debidamente reglamentados, y era evidente la falencia de los ejecutores de la Sabana, para la interpretación de la puya.

El pueblo en contravía al dictamen del jurado bautizó a Lisandro Meza como ‘El Rey sin Corona’. Esta gran fanaticada de los acordeoneros del viejo Bolívar se debía a la gran migración que llegó al Cesar de esas tierras, atraídos por el impacto algodonero. En esa ocasión el segundo lugar fue para Andrés Landeros que era otro sabanero favorito.

 

CALIXTO, UNÁNIME

 

El tercer festival trajo una satisfacción por el rey elegido, se trató de Calixto Ochoa Campo, natural de Valencia de Jesús, un corregimiento de Valledupar, pero formado musicalmente en Sincelejo, sabía tocar vallenato porque  lo aprendió bajo la influencia de dos de sus hermanos mayores que eran afectos a Chico Bolaños y a Luis Enrique Martínez.

El triunfo fue inobjetable, aunque los seguidores de Ochoa Campo tuvieron que hacer un conato de protesta porque se rumoraba la posible elección de Emilianito Zuleta, quien venía apoyado desde Bogotá y muy publicitado, tanto así, que se repartían afiches anunciándolo como rey desde una avioneta que surcaba el cielo vallenato, desde  donde tiraban volantes en favor del hijo del viejo Emiliano y Carmen Díaz, eso motivó la reacción del público que alcanzó a quemar uno de los quioscos de palma, que estaban  instalados en la plaza Alfonso López para las eliminatorias.  A Calixto Ochoa enfrentaron: Alberto Pacheco, Náfer Durán Díaz, Emiliano Zuleta Díaz y Abel Antonio Villa.

El cuarto Festival se lo ganó el barranquillero Alberto Pacheco, quien venía actuando en los certámenes anteriores, pero no tenía una gran acogida comercial, por eso, este fue uno de los festivales más protestados por los asistentes a la Plaza Alfonso López, pues todo el favoritismo se inclinaba hacia Luis Enrique Martínez que regresaba al Festival, pero sus seguidores lo vieron salir otra vez “en las garras del jurado” como lo llamó en un canto que le hizo a esta decisión, el compositor, Francisco ‘Geño’ Mendoza, tema titulado ‘Festival Vallenato’ que llegó hasta el plano internacional con la grabación que hizo Nelson Henríquez de Venezuela. Al final Luis Enrique Martínez quedó segundo y Emilianito Zuleta Díaz en tercer lugar.

El quinto festival marcó un hito en la historia de este concurso, ya que por primera vez, la final fue sacada de la Plaza Alfonso López al estadio de fútbol municipal, buscando un poco de seguridad a los asistentes, dadas las trifulcas que se habían registrado anteriormente.

Además de eso, otro punto que hizo particular esta versión fue que por primera vez se presentaba el acordeonero Miguel López Gutiérrez quien no cantaba y, apoyado en los reglamentos, llevó un guacharaquero para que le cantara, quien fue nada más que Jorge Oñate, quien partiría en dos la misma historia del vallenato comercial al imponer la figura del vocalista en los grupos vallenatos, los que desde entonces tomaron la hegemonía en las agrupaciones de este género.

El concurso de ese año, volvió a generar trifulcas porque la gente tenía como favorito a Andrés Landeros quien quedó en segundo lugar, y no concebían que un acordeonero no cantara, por eso le pusieron el remoquete de ‘El Rey Mudo’. En esa final estuvieron también: Julio de la Ossa, Andrés Landero, Florentino Montero y Miguel López Gutiérrez.

 

EN LA SEXTA LA VENCIDA

 

Luego de un tercer intento después de haber prometido no volver, la corona se la ciñó en el sexto Festival, en 1973, Luis Enrique Martínez,  considerado el padre de la auténtica escuela vallenata, la que persisten los concursantes actuales. Los adeptos al ‘Pollo Vallenato’ como se le conoció, siempre esbozaron que las anteriores derrotas se debieron a la distante relación que este ejecutor, nacido en Fonseca, La Guajira, tenía con Rafael Escalona.

Argumentaban que Luis Enrique nunca obedeció los llamados que el compositor le hacía para que le amenizara las parrandas, pues estas no les eran remuneradas y él tenía muchos pedidos de grandes hacendados de El Copey y Fundación, quienes eran fanáticos de sus notas y con quienes pasaba gran parte del año parrandeando.

Ese competencia que le dio el triunfo al hijo de Fonseca, fue calificada por los cinco reyes anteriores: Alejandro Durán, ‘Colacho’ Mendoza, Calixto Ochoa, Alberto Pacheco y Miguel López Gutiérrez, quienes dejaron en segundo puesta a Julio de la Ossa y tercero Andrés Landero, ambos con figuraciones en los anteriores festivales. Ese año no hubo protestas y el pueblo celebró ese triunfo que consideraron injustamente retardado.