Diario del Cesar
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Los agüeros, esperanza de los vallenatos por un mejor 2021 

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El año 2020 fue un año difícil, la pandemia rodeó de tristeza e incertidumbre al mundo entero y el municipio de Valledupar no escapó de esa realidad, sin embargo, sus habitantes preparan para hoy 31 de diciembre, los tradicionales agüeros, en los cuales albergan la esperanza del cumplimiento de sus deseos por un mejor año 2021.

En el departamento del Cesar la tradicional mesa navideña, los agasajos y reuniones se cumplirán por tradición, pero esta vez con limitaciones o cuidados extremos a causa del Covid-19, no obstante, el espíritu de superación y deseos por un nuevo ciclo, cargado de salud y prosperidad, será su norte y para ello cumplirán con los tradiciones rituales para la ‘suerte’.

Kelly Carolina Duarte Martínez, habitantes de la urbanización OGB en Valledupar, no dudó en resaltar que este año más que nunca se deben pedir buenos deseos. “Con nostalgia esperaremos las 12 campanadas, pero a la vez despedimos un año que ha sido duro para todos, cargado de dificultades y la pérdida de familiares a causa de una enfermedad que de seguro no estuvo en los deseos del año pasado”.

Las costumbres en los hogares del Cesar y Valledupar es la misma cada año: una cena familiar que, entre agasajo y cierta nostalgia por lo vivido durante 365 días; esperan el sonido de los 12 campanazos que anuncian la llegada del 1 de enero.

Así como Kelly Carolina lo cumplirá, integrantes de muchas familias vallenatas, poco antes de la medianoche, cumplirán con sus ‘rituales’ para pedir un año cargado de dicha y prosperidad-

Los agüeros es una práctica adivinatoria muy utilizada en la antigüedad. Sirve como presagio o señal supersticiosa sobre algún acontecimiento futuro.

Las lentejas, las 12 uvas, empuñar plata, correr con la maleta y bañarse en champaña, son técnicas utilizadas en este punto del país y que significan en su orden: prosperidad, deseos, abundancia económica; viajes y éxitos.

Algunos con más ‘hazañas’, utilizan ropa interior de color amarilla, que según las tradiciones ayudará a quien los usa, a encontrar una estabilidad amorosa.

Aunque muchos católicos ponen en práctica estas ‘ayudas’ para augurarse paz, prosperidad y amor; la iglesia mantiene un concepto marcado sobre este tema.  Explica que la superstición es la ‘desviación’ del sentimiento religioso y de las prácticas que impone. “Puede afectar también al culto religioso que damos al verdadero Dios. Conduce a la idolatría y a distintas formas de adivinación y de magia”.

Carlos Maldonado Castro, se encontraba en una tienda de cadena en Valledupar comprando uvas para la cena de Fin de Año, pero además para pedir los doce deseos antes que parte el 2020.

Contaba una a una las uvas, ya que asegura que son 12 para cada miembro de la familia. “Somos cuatro y todos antes de las 12 de la medianoche nos sentamos a pedir un deseo por cada uva, también limpiamos la casa a primera hora de día y en muchos casos mi esposa agarra una maleta y corre por la cuadra para pedirle al nuevo año viajes y paseos”, dijo entre risas al resaltar que en este 2020 el Covid-19 no dejó salir a nadie.

Para la esteticista Nicol Peralta Avendaño, habitantes del barrio Don Carmelo en Valledupar, los agüeros de nada sirvieron este año. “El año pasado salí corriendo con las maletas y pedí el deseo de cambiar de residencia y nada fue posible, a causa de una enfermedad que solo Dios sabe por qué está entre nosotros. El Señor es el único que puede decidir nuestros destinos, lo demás son creencias”, afirmó.

 

EN BUSCA DE LAS PRENDAS AMARILLAS 

Aunque algunos vallenatos creen y otros no en los agüeros, en el centro de la capital del Cesar en el comercio se observaba la ropa interior amarilla de todas las formas y tallas, ya que a pesar de las adversidades es un buen agüero.

 “Como que no, este año más que nunca hay que pedir por las cosas buenas, el 2020 estuvo marcado de tristeza y dolor, ahora hay que pedir por un futuro mejor. En mi casa los agüeros no faltarán”, manifestó la vallenata Ingrid Castro.

LOS AGÜEROS MÁS POPULARES 

–CORRER CON LA MALETA: Este agüero es utilizado para todos aquellos que desean viajar en el nuevo año.  Consiste en salir a las 12:00 a.m. a correr con una maleta alrededor de la cuadra. Así que prepárate para el pique y si te sale un viaje, es por la práctica.

–ROPA INTERIOR DE COLOR AMARILLO: Según las tradiciones quienes utilicen este agüero, sin importar el sexo, desean encontrar una relación sentimental estable en el nuevo año.  Otros, para mantener y reforzar las ya formadas.

–UVA POR DESEO: Aunque en sus inicios, eran las ‘cabezas’ del hogar quienes debían comprar las 12 uvas y repartirlas a sus hijos para que cada uno pidiera un deseo; ahora, cada persona es quien consume las 12 frutas pidiendo deseos. ¿Válido? Dicen que sí.

–PARA QUE NO FALTE EL DINERO: Aunque se dice que el dinero no es todo en la vida, si hay no es un problema.  Por eso, para este fin de año mucho deciden guardarse los bolsillos de dinero e incluso, empuñar billetes para atraer la plata.  Otros se los guardan en los zapatos.

– BUENAS ENERGÍAS PARA EL HOGAR: Al sentir que el hogar está pesado, muchos creyentes de los agüeros deciden tomar un jabón Rey un balde con agua y limón para limpiar las paredes y piso.

– LENTEJAS Y ARROZ PARA PROSPERIDAD: Muchos vallenatos utilizan estos granos para llenarse los bolsillos antes de que el reloj anuncie el nuevo año.  Lo que significa que habrá abundancia en la persona y hogar. Sobre todo comida.

QUEMA DEL AÑO VIEJO 

La tradicional costumbre colombiana de quemar el año viejo cada 31 de diciembre, se mantiene en el municipio de Valledupar, donde a través de un muñeco hecho de trapos viejos y lleno de pólvora queman los malos momentos que deja el año que termina.

A través de estos muñecos, que además sientan en áreas visibles de las viviendas, se remedan a importantes personajes de la política o la farándula, pero esta vez en Valledupar el Covid y la escena de un hombre que hirió a un delincuente con un cilindro de gas cuando los atracaban, son los personajes más sonados y que hoy arderán en llamas.