Diario del Cesar
Defiende la región

La legitimidad en Venezuela

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En estos días de tanta agitación en la frontera con el hermano país, con el intento fallido de ingresar por la fuerza la llamada ayuda humanitaria de la que existe un amplio consenso inclusive expresado por un alto jerarca de la Iglesia católica y deducible de la negativa de la Cruz Roja Internacional de intervenir, se ha escuchado mucho hablar de legitimidad, por lo cual me parece importante hacer algunas precisiones para que los lectores tengan mejor claridad sobre la misma y no nos confundan con la manipulación que caracteriza esta crisis.

Dependiendo de la idea que se quiera defender, algunos como nuestro presidente como cabeza visible de la cruzada contra su homólogo venezolano Nicolás Maduro, pregonan a los cuatro vientos, que Juan Gerardo Guaidó  Márquez, es el presidente legítimo de Venezuela, quien se autoproclamó como tal el 23 de enero del presente año en su calidad de Presidente de la Asamblea Nacional, alegando la existencia de las causales del artículo 233 de la Carta Política de ese país, las cuales se refieren a las faltas absolutas, que a su vez son: muerte, renuncia, destitución decretada por sentencia del Tribunal Supremo de Justicia, incapacidad física o mental permanente certificada por una junta médica designada por el Tribunal Supremo de Justicia y con aprobación de la Asamblea Nacional; abandono del cargo declarado por la Asamblea Nacional y la revocatoria popular de su mandato.

Sin que se exija las condiciones de jurista, a simple vista las causales previstas en el artículo citado no se configuran para el  caso de Nicolás Maduro, por lo que fácil es concluir que desde el punto de vista legal, el usurpador no es Maduro, sino Guaidó, cosa distinta es que por razones de conveniencia política se le quiera reconocer como Presidente, sin que tenga la posibilidad de ejercer ningún acto legitimo como tal, para seguirlo utilizando como símbolo para profundizar la crisis que vive ese país.

La legitimidad está íntimamente ligada al poder y se debe entender como  concreción del consenso que normalmente deviene de un proceso electoral a través del cual el pueblo le confiere facultades al gobernante para gobernar como un acto de confianza o reconocimiento para el ejercicio del mismo y por el otro la voluntad de aceptar ser gobernados conforme se los ha propuesto quien gobierna. Así las cosas, no se puede hablar de legitimidad, sin hablar de poder, ni se puede hablar de poder sin hablar de política, dado que la política se define así misma a partir del ejercicio del poder.

Bajo la anterior hipótesis, la legitimidad se mira desde dos perspectivas: la de quien manda y la de quien obedece, desde esta última, será legitimo aquel gobierno que accede al poder cumpliendo los requisitos que los que obedecen creen que tiene que cumplir para mandar, lo que implica la existencia de un compromiso entre ambas partes, es más debe entenderse como un  mandato del constituyente al poder constituido y eso comienza por los procesos electorales.

Hablando en términos electorales debe decirse que Nicolás Maduro fue reelegido Presidente de Venezuela para el periodo comprendido entre 2019 y 2025, el 20 de mayo de 2018, por el Movimiento Frente Amplio por la Patria con 5.823.728 de votos de un total de 8.603.936 de sufragantes, decir con el 67.7 por ciento de los votos depositados; donde además participaron como candidatos Henry Falcón quien obtuvo 1.820.552 de votos o sea el 21.1 por ciento; también lo hizo Javier Bertucci por el partido Esperanza por el Cambio con 925.042 y Reinaldo Quijada del partido Unidad Política Popular , quien logró 34.614, votos. Estas elecciones fueron supervisadas por más de 150 veedores internacionales, donde por estrategia política no participó el grueso de la oposición, precisamente para deslegitimar tales elecciones.

A su vez Juan Guaidó fue elegido Diputado de la Asamblea Nacional por el Estado de Vargas con 97.000 votos por el partido Voluntad Popular, el mismo partido del opositor Leopoldo López, para el periodo 2016-2021 y el pasado 23 de enero del presente año, se juramentó como presidente interino de Venezuela, la pregunta que surge es ¿si no se ha presentado ninguna de las causales del artículo 233 de la Constitución de Venezuela, por qué Guaidó se proclamó Presidente? ¿Si Nicolás Maduro fue elegido con casi 6 millones de votos y Guaidó apenas con 97 mil votos, quien tiene más legitimidad?, la respuesta a la vista.

La abstención en Venezuela fue del 54% y en Colombia ha llegado al 70% sin embargo jamás, se ha cuestionado la legitimidad de un presidente por factores electorales, al punto que las pasadas elecciones en las que resultó elegido el actual presidente no fue la más transparente, sin embargo pretendemos dar lecciones de democracia y de transparencia cuando estamos cuestionados como unos de los países campeones en corrupción, lo ideal es que sean los propios venezolanos quienes resuelvan sus diferencias y dejemos de utilizar nuestro territorio para incendiar el vecino, cuando en la tierra patria hay muchas cosas de que ocuparse.

*Abogado