Con la luz de los celulares entierran a los muertos por Covid-19 en Codazzi
Indignación causa en el municipio de Agustín Codazzi, la falta de alumbrado público en el cementerio de la localidad, situación que lleva a sepultar a las personas que fallecen por Covid-19, en la oscuridad y solo con las linternas de los celulares para guiar a los sepultureros.
Como si fuera poco el dolor que padecen las familias, al no poder acompañar a sus deudos en el acto del sepelio, por las restricciones propias de la pandemia, ahora los habitantes del municipio de Agustín Codazzi deben pasar esta penuria que los llena de impotencia e indignación.
Tal es el caso de Neidys Ramírez de León, quien vivió en carne propia esta penuria al momento de sepultar a su padre, Jesús María Ramírez Gómez, un reconocido comerciante con más de 40 años de labores en la zona.
“Mi padre falleció en horas de la mañana del 17 de septiembre en una clínica de Valledupar, donde permaneció por más de 15 días en UCI, pero el cadáver lo entregaron pasadas las 6:00 de la tarde. Llegamos a Codazzi después de las 7:30 de la noche y como la orden es sepultar de inmediato a las personas que mueren por Covis-19, la caravana fúnebre llegó directo al cementerio Vergel de La Esperanza”.
Pero la sorpresa fue al llegar al lugar y observar que ninguna luz alumbraba el camposanto. “Tuvimos que encender las linternas de los celulares para guiar a las únicas diez personas que podíamos estar presentes, además de alumbrar al sepulturero para que pudiera hacer el trabajo”, afirmó.
Manifestó que fue una situación penosa, al ver en las condiciones en que despedían a su familiar, una personas reconocida y muy querida en el municipio por el trabajo que desempeñó durante años. “El llamado es a las autoridades municipales para que tomen cartas en el asunto, no hay derecho para que un cementerio que recibe sus ingresos económicos están en esas condiciones. Eso se llama desidia hacia la comunidad”.
Situación similar vivió otra habitante del municipio, quien prefirió omitir su nombre, pero denunció igualmente que le tocó vivir un momento indignante, a la hora de sepultar a un pariente contagiado por Covid-19.
Explicó que en su caso, su familiar era trasladado desde Cali hacia Agustín Codazzi. El cuerpo llegó a las 9:00 de la noche y en tinieblas fue inhumado. “Era terrible, las personas se tropezaban con las bóvedas, otras se caían y el sepulturero a duras penas podía cumplir con su trabajo”.
Piden a las autoridades municipales, que aunque el Covid-19 es una enfermedad muy contagiosa, los seres humanos no merecen ese trato indignante, aún después de muertos. “Al alcalde, al padre encargado de la administración del cementerio, y al resto de las autoridades involucradas, los exhortamos a ponerse la mano en el corazón y actuar para resolver la precaria situación en la que se encuentra el camposanto”, dijo por su parte Alberto Linero, otro residente del municipio.