Diario del Cesar
Defiende la región

El duelo de sepultar a un familiar en plena pandemia del Covid 19 

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POR:
NINOSKA
REYES URDANETA 

En el departamento del Cesar más de 250 vidas se han perdido a causa de la Covid-19. Una pandemia que no solo mantiene a millones de personas aisladas en el país, también obligó a las autoridades a determinar la forma, el cómo y dónde se debe decir adiós a estas personas que fallecieron para evitar la expansión del virus.   

La situación no solo afecta a las personas que han sido contagiadas, sino a las que Dios ha dispuesto de ellas por algunas otras razones. El duelo y la despedida, se caracterizan por la distancia y la soledad durante un acto fúnebre, que lejos de lograr la aceptación llena de dolor a sus familiares.

Valledupar no es la excepción, importantes personalidades han dicho adiós durante esta pandemia, además de muchos ciudadanos a quienes han podido velar con un máximo de siete personas en sala  y en el cementerio.

“Jamás imaginé despedir a mi tío de esta manera, el dolor de su pérdida fue más fuerte al notar que nadie pudo acompañarnos a causa de las restricciones por el Covid-19. Mi tío, Juan Carlos Olivella, de 70 años, falleció por problemas cardiacos, pero igual debimos cumplir con las normas que las autoridades exigen para prevenir contagios por el virus”, dijo Lourdes Sofía Olivella Díaz, con una notable tristeza a las afueras del cementerio central de Valledupar.

Con un ramo de flores de colores blanco y amarillo, Lourdes Sofía se debió conformar con mirar desde la puerta de campo santo, como su familiar era llevado a su última morada. No paraba de llorar, solo decía Dios le pone las pruebas difíciles a sus mejores soldados, lo que se está viviendo con la pandemia es una realidad.

Reiteró que aunque su familiar no falleció por contagio del Covid-19, esta despedida en solitario, es lo que más ha afectado al seno familiar, solo sus hijos pudieron despedirlo, es un dolor que podrá explicarlo quien lo vive, dijo entre lágrimas, a la vez que exhortaba a la ciudadanía a tomar conciencia y entender que esto es una pesadilla real, el virus está acechando y hay que cuidarse.

DOLOR A LA DISTANCIA 

Miriam Oñate Larrazabal, también vivió el momento más duro de su vida, al despedir a la distancia y desde un teléfono celular el sepelio de una de sus hermanas en Valledupar.

A través de la frágil pantalla del teléfono celular, Miriam vivió su dolor. Solo observaba un camino de flores en la puerta del cementerio y la asistencia de menos de diez personas distantes una de la otra. “Es una sensación que afianza más la tristeza en nuestros corazones, es increíble ver como se le dice adiós en solitario, a una personas cuya esencia de vida eras reuniones familiares y las parrandas. Fue muy querida y nos tocó palpar una realidad de la que muchos son incrédulos, el Covid-19”, afirmó.

En esta oportunidad, tocó llorar a solas, la única compañía fue la tecnología que permitió ver como se despedía al ser querido, dijo Miriam Oñate, quien indicó entre lágrimas, que la sociedad se ha tenido que adaptar para contribuir a la prevención de contagios por coronavirus, “pero observar esas imágenes con un personal, cubierto de pie a cabeza, con elementos de bioseguridad, es como vivir una escena del futuro que jamán pensé que llegaría a mi familia”.

Y así, es el escenario que casi a diario se observa en el cementerio central de Valledupar. Un desolado portón de color negro, tan alto como  cualquier prisión, solo deja ver tumbas desoladas y carteles a su entrada, anunciando las medidas de restricción, además de un funcionario a la puerta cumpliendo con los protocolos de bioseguridad, dando la sensación que en el momento la prevención del Covid-19, está por encima del dolor familiar.

EL DUELO

En casos de muertes por causas distintas al virus de la Covid-19, el Gobierno nacional, a través del Ministerio de Salud, ha permitido realizar la velación con un máximo de 10 personas, a una distancia mínima de un metro entre asistentes, apoyados del uso constante de antibacteriales, tapabocas, visitas permanentes de personal de desinfección de áreas y tiempos limitados.

Pero ese protocolo, quizás incómodo y que brinda poca privacidad a los dolientes, se convirtió en la única opción si se desea despedir al ser querido. Este proceso que, según la psicóloga Camila Bello, es la base principal del duelo.

El funeral, permite mitigar el dolor de la pérdida humana, pero  debe estar apoyado de otros elementos como escribir, llorar y hasta utilizar herramientas tecnológicas para sentir mayor compañía.

Para quiénes no logran asistir por el aislamiento preventivo, las etapas del duelo cambian, según lo indicó la profesional, quien agregó que “el manejo de la muerte determina cinco estados en el doliente: la negación, luego la ira, la negociación, depresión y finalmente la aceptación. No poderse despedir ni acompañar genera culpa, resentimiento y son personas que van a necesitar mayor tiempo para aceptar lo que han vivido”, dijo.

Según lo ha manifestado la Secretaría de Salud Local, las orientaciones que para estos casos ha implementado el Ministerio de Salud, buscan que tanto el sector salud, funerario, las entidades territoriales y las autoridades locales realicen la coordinación, alistamiento y planeación, frente al manejo seguro y gestión del cadáver.

Se destaca además que en pro de la salud pública, son estrictas las medidas de bioseguridad, de precaución para garantizar las condiciones de trabajo y de operación. Dentro de las orientaciones dadas al sector funerario se estableció que el transporte, la cremación o inhumación, según sea el caso, se efectuará en el menor tiempo posible con el fin prevenir la exposición de los trabajadores y la comunidad general al virus.

Los allegados o amigos de las víctimas tienen como única alternativa, hacer sentir sus condolencias desde la distancia a través de las plataformas digitales o una oración desde sus casas. Mientras que los familiares, deben conformarse con los recuerdos u ofrecerles una oración después del sepulcro.

ELEVAR UNA ORACIÓN AL CIELO 

Para el padre Doriam Rocha, el ser humano vive una situación difícil a causa del Covid-19, y dolor por la partida de algún familiar, debe ser dejado en manos de Dios, en él deben reposar sus cargas para conseguir la paz espiritual que cada personas busca.

“Como no extrañar a los seres que amamos, que lo entregaron todo por nosotros, pero en medio del dolor y la partida de sus seres queridos, se debe elevar una oración y tener la certeza que no existe un mejor lugar al lado de Dios, de él venimos y a él tenemos que retornar”.

Se están viviendo momentos difíciles, momentos de limitaciones que afectan el corazón de todos, pero Dios de las cosas difíciles saca las mejores recompensas, para un pueblo que en la actualidad vice afligido por esta pandemia.

“Que Dios nos de la garantía y certeza que existe una mejor vida, la cual solo comienza a experimentarse cuando partimos de esta tierra. Allá donde están ellos en el cielo, en la presencia del Padre, ya no hay dolor, tristeza sufrimiento y soledad, por ellos debemos entender la realidad de hoy y elevar las oraciones al cielo para lograr salir triunfantes de esta situación”, dijo el padre Rocha.