Diario del Cesar
Defiende la región

HÉROES EN TIEMPOS DE COVID-19
Las mujeres que desinfectan a toda una Urbanización

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POR JOSÉ ALEJANDRO MARTÍNEZ VEGA

Su batalla diaria es contra un enemigo invisible.  Que está en todas partes, pero no se sabe dónde. Sus únicas armas: una escoba, un trapero, mucha agua y mucho detergente.

Mientras el resto del mundo le huye a las superficies sucias, ellas las friegan con entusiasmo y pelean de frente con el virus ‘asesino’ que a fecha de ayer sumaba 365.000 muertes.

Darlenys Ardila Rodríguez y Yanelis Narváez son dos de las miles de aseadoras que hoy luchan de forma anónima contra ese enemigo común llamado COVID-19.

En tiempos de pandemia, la labor que desempeñan pasó de ser una simple rutina para desinfectar las áreas comunes de la urbanización Leandro Díaz, al sur de la ciudad, para convertirse en un acto ‘heroico’ que salva vidas a diario, así no se sepa cuantas ni cuales.

 “Cuando comenzó la pandemia sentimos mucho temor, pero tenemos que agarrarnos de Dios y este es nuestro trabajo y debemos cumplir, mantener las cosas aseadas es nuestro deber”, expresa Yanelis Narváez, de 32 años y quien convive con 6 hermanos.

A ambas les corresponde lidiar durante al menos 8 horas con zonas por donde circulan cientos de personas y la misión es mantenerlas lo menos propensas posible a un punto de contagio.

“Necesitamos que la gente tome consciencia, no es solamente mantener limpios los apartamentos, sino que nos colaboren también afuera, con consciencia, cumpliendo los protocolos”, señala Darlenys, de 42 años y con dos hijos a quienes debe mantener y por los cuales pierde el temor a la hora de manipular todo tipo de lugares.

 “Siempre hay temor pero con la ayuda de Dios sé que todo nos va a salir bien.  El riesgo es evidente, pero soy madre cabeza de hogar y me toca arriesgarme”, enfatiza.

Al final de la jornada, un estricto protocolo las espera para evitar que sus respectivas familias puedan resultar infectadas en caso de que el coronavirus las venza.

“Mantenemos el protocolo, yo me traigo una ropa, me quito el uniforme, me desinfecto, me cambio el uniforme y subo con ropa limpia”, advierte Narváez.

A la fecha, aún la secretaría de Salud Municipal no ha informado de casos positivos en la urbanización Leandro Díaz, una estadística que genera un tanto de orgullo y que podría dimensionar su labor.

Aunque desearían quedarse en casa y cuidarse como la mayoría de los vallenatos, estas dos mujeres deben salir con los primeros rayos del sol para sostener su particular lucha, a punta de agua, detergente y jabón, contra ese microscópico rival  que puso en jaque a la humanidad.