Pese a que son varios los interrogantes que quedan en el aire sin responder sobre el espionaje ilegal que hicieron desde el Ejército en contra de periodistas, políticos de la oposición, activistas, entre otros, las investigaciones arrojan, parcialmente, que la salida de los generales Gonzalo García, excomandante de inteligencia y Eduardo Quiroz, excomandante de contrainteligencia se habría dado por varios motivos, entre ellos la falta de control que tuvieron para vigilar a los hombres en sus unidades permitiendo que se cometieran estás prácticas ilegales.
Sin embargo, para el caso concreto del general Eduardo Quiroz, la investigación de las Fuerzas Militares habría encontrado, al parecer, comportamientos no ajustados a las normas por parte del oficial al realizar labores de contrainteligencia, contra los oficiales que entregaron la información a los medios de comunicación sobre el posible retorno de los falsos positivos y casos de corrupción dentro de la institución que se revelaron durante la administración del general Nicacio Martínez.
Uno de los episodios en el proceso del general Quiroz, es la supuesta reunión en trabajo en Bucaramanga, en mayo del año pasado, en donde citó a varios oficiales con la excusa de reforzar las estrategias en materias de seguridad, cuando el verdadero objetivo del encuentro habría sido para interrogarlos para encontrar al informante o los informantes que estaban hablando con los medios de comunicación.
Fuentes de las fuerzas indicaron que en materia penal o disciplinaria cada uno de los oficiales tendrá que responder de manera individual, en el caso de que los llamen los órganos de investigación.
Es de anotar que, para el caso del general García, este presentó su retiro voluntario, sin embargo, no le fue aceptado y el Gobierno lo llamó a calificar servicios.
Desde las Fuerzas Militares no descartan que el escándalo pueda crecer y terminen más oficiales envueltos en los procesos investigativos conforme avance las indagaciones.