Diario del Cesar
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Ordeñador habría sido muerto por retaliación

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Luis Carlos Solano Guerrero, de 60 años, fue asesinado en la madrugada del pasado sábado de tres disparos, en una trocha ubicada en la vereda San Rafael, jurisdicción de Curumaní. También tenía antecedentes por el delito de homicidio.

Sin pistas sobre los homicidas pero con aduciendo a una posible venganza, avanzan las pesquisas que los investigadores judiciales de la Policía adscritos a la Sijín realizan por el crimen de Luis Carlos Solano Guerrero, asesinado en la madrugada del pasado sábado en una zona rural del municipio de Curumaní, en el centro del Cesar.

El hombre de 60 años que se desempeñaba como ordeñador en una finca ubicada en la vereda San Rafael, jurisdicción de esa misma población, fue ultimado de tres impactos de arma de fuego en diferentes partes de su cuerpo y región mesetaria con orificio de entrada y luego fue hallado en los alrededores de una laguna de oxidación situada en la trocha que conduce del caso urbano hacia el corregimiento La Mamey.

“Pudo ser un tema de retaliación debido a que esta persona tenía antecedentes y detención domiciliaria por el delito de homicidio, y otro tipo de anotaciones por otros hechos delictivos. Hasta ahora no se tiene ningún indicio de quien pudo asesinarlo pero puede que haya ocurrido en venganza. Es una hipótesis, pero se están haciendo las investigaciones pertinentes”, dijo el comandante encargado de la Policía del Cesar, coronel Wilson Pedroza.

Luego de que se escuchara el sonido de las descargas, residentes de esa zona rural se percataron de la presencia del cuerpo del occiso y dieron aviso a las autoridades, que minutos después hicieron presencia en el lugar para realizar el levantamiento del cadáver que estuvo a cargo de agentes de la Seccional Cesar de Investigación Criminal, Sijín, de la Policía Nacional.

Solano Guerrero presentaba lesiones de proyectil a la altura escapular lado derecho, en el tórax y en el dorso izquierdo, que le ocasionaron su deceso instantáneamente.

Posteriormente fue trasladado a las instalaciones del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Chiriguaná, a fin de que le practicaran los exámenes de necropsia de rigor.

El adulto mayor era oriundo de la población que lo vio morir, dejó seis hijos y se ganaba la vida haciendo oficios varios, aunque por sus últimos meses laboró como ordeñador de vacas en una finca del sector.