El Plan de choque del Estado ante la emergencia

A medida que pasan los días a todos los colombianos nos va quedando más claro que la emergencia sanitaria por la epidemia del Covid-19 no solo apenas comienza sino que sus efectos serán de alto impacto en muchos niveles, pero sobre todo en lo social y peor en lo económico.
Para solo hacerse una idea de la gravedad de la situación a la que se enfrenta el país, solo hay que echar una revisada al decreto mediante el cual el Presidente de la República declaró el Estado de Emergencia. Allí queda abiertamente señalado que la previsión de contagios del virus en los próximos meses podría ser muy alta si no se adoptan las medidas sanitarias del caso. Aquí hay que ser claros: esta pandemia no se va a terminar en cuestión de semanas, sino que la crisis podría abarcar varios meses, a menos que los científicos que en todo el mundo están buscando afanosamente una vacuna contra este tipo de coronavirus puedan encontrarla y que su fabricación y distribución se realice de forma rápida.
En ese orden de ideas, los planes de contingencia que los gobiernos de todo el mundo están poniendo en práctica a medida que detectan los primeros casos de Covid-19 y las etapas subsiguientes de contención y manejo de la emergencia sanitaria, van enfocados a adoptar estrategias según la fase de la pandemia que estén enfrentando. Por ejemplo, mientras que en China, en donde surgió el brote epidémico, ya se está en proceso de normalización de su actividad social, económica, laboral y productiva, tras haber logrado reducir el número de casos nuevos a casi cero, en Suramérica apenas si se está en la primera etapa de la pandemia y lo más grave está por venir. Sin embargo, se confía en que los efectos de la enfermedad sean menos letales y más controlables, dado que hay lecciones aprendidas frente a lo que pasó en la potencia asiática y Corea del Sur, y luego en Europa, que ahora es el epicentro de la crisis, sobre todo una región de Italia y el centro de España.
En menos de 20 días, tras la activación inicial de la alerta preventiva según el nivel de riesgo (bajo, medio o alto), se pasó la semana pasada a la declaratoria de la Emergencia Sanitaria –luego de los primeros casos confirmados- y la noche de martes el país ya entró el Estado de Emergencia. Obviamente la prioridad siempre ha sido la protección de las vidas pero a la par también la urgencia de asistir a las familias y sectores más afectados por el coletazo económico, productivo y laboral de la pandemia.
Las medidas económicas ante la emergencia bien podrían costar 14,8 billones de pesos. En ello se tienen mayor asignación de recursos para el sector salud, giros adicionales para los programas Familias en Acción, Jóvenes en Acción y Colombia Mayor, así como la reconexión gratuita del servicio de agua a los hogares que lo tienen suspendido y el adelanto del inicio del Programa de Devolución del IVA para la población más vulnerable, hacen parte de este primer paquete de estrategias. También se determinó que habrá un alivio financiero para personas naturales así como para pequeñas, medianas y microempresas y empresas que corren el riesgo de enfrentar dificultades en el pago de créditos, nóminas, impuestos y otras obligaciones. Asimismo se activó un mecanismo para la protección del empleo, en tanto se facilitó la producción e importación de equipo médico esencial.
Dentro de la estrategia se tiene que se girarán cerca de $300.00 millones para los 2.660.000 hogares de Familias en Acción, más de 204.000 Jóvenes en Acción y 1.500.000 adultos mayores del programa Colombia Mayor. También habrá un adicional al programa Jóvenes en Acción, que va a beneficiar a cerca de 204.000 jóvenes de bajos recursos en el país.
El Gobierno al darse es ´pela´ de asistir a los sectores afectados, no debiera discriminar a ninguno, porque todos estamos siendo afectados. Pero a juzgar por las líneas de crédito que han expedido, se siente el tufillo de que muchos sectores productivos han quedado por fuera.
Obviamente hay muchos sectores que requieren ayuda en medio de esta grave situación sanitaria, pero hay que ir paso a paso, atendiendo las urgencias del momento, ya que la crisis va para largo. Lo importante es reaccionar a tiempo y con eficacia, poniendo siempre como prioridad la protección al máximo de la vida.