Películas colombianas, a la espera de su estreno
‘La Frontera’, ‘Tantas Almas’, ‘Salvador’, ‘Lavaperros’ y ‘Una madre’, son las películas colombianas que ya están listas y es encuentran que pase la crisis del Covid-19 para que sean estrenadas en las salas de cine del país.
Con la cancelación de la edición número 60 del Festival Internacional de Cine de Cartagena de Indias (Ficci), muchos fueron los cineastas colombianos que se quedaron con todo listo para estrenar sus producciones.
Además, muchas de ellas, por la emergencia sanitaria que vive el mundo, han visto cómo se han ido cancelando sus participaciones en otros festivales internacionales, así como pospuestos sus estrenos en las salas de cine del país.
Estas son algunas de las cintas, que tras se logre superar la crisis mundial, esperan llegar a las salas de cine del país y puedan continuar con su circulación en festivales cinematográficos.
LA FRONTERA
Tras presentarla en Egipto, el joven cineasta barranquillero, David David, llegaba al Ficci para mostrar su primer largometraje, ‘La Frontera’, una historia que se desarrolla en pleno cierre de la frontera colombo-venezolana, con la vida de Diana Ipuana, quien malvive con lo que roba a quienes atraviesan las trochas cercanas a su desértica ranchería, junto a su marido y su hermano.
El día en que ambos mueren en uno de los atracos, Diana, que está próxima a dar a luz, se enfrentará al dolor de la pérdida, la dureza aun mayor de la vida en soledad y la necesidad de redescrubrirse para reinventarse.
Una situación con la que debe lidiar mientras se ve ‘obligada’ a dar albergue a un sospechoso joven que cae malherido en su puerta y a una venezolana excesivamente locuaz que huyó de un mototaxista que pretendía abusarla. La corrupción, las dificultades de acceso a salud, educación y agua, y la convivencia de tres culturas son, junto a los problemas derivados del cierre de la frontera, los sutiles temas de fondo de esta bella ópera prima dominada de principio a fin por la fuerza de la mujer wayuu.
‘LAVAPERROS’
Una de las películas colombianas más esperadas era el largometraje de Carlos Moreno, ‘Lavaperros’, narrando la historia del pequeño imperio en decadencia de don Óscar en Tuluá.
De lo que algún día fue, no queda sino el desmoronamiento y las ruinas. Sólo un puñado de trabajadores y viejos lavaperros lo acompañan en su mundo en crisis. Pero incluso esa fidelidad se verá puesta a prueba cuando se ve asediado por una deuda y por la policía.
La lealtad y la traición visten el mismo traje en esta especie de sálvese él que pueda. Las pinceladas de las vidas, los sueños y las necesidades individuales de quienes rodean al patrón se entremezclan para encajar en este rompecabezas con un único final posible.
Con un tono que ya se le conoce de ‘Perro come perro’, Carlos Moreno se vuelve a sumergir en esa atmósfera sórdida y sangrienta del hampa en el Valle del Cauca para poner a bailar a dios y al diablo en torno al único motor verdadero: la plata.
VIAJE A LOS OCHENTA
‘Salvador’, de César Heredia, traslada al espectador a la Bogotá de 1985 en los días previos a la toma del Palacio de Justicia por el M-19, cuando la ciudad vive el curso rutinario de unos días de calles militarizadas y sospechas. En el centro de la Capital tiene su taller Salvador, un taciturno y solitario sastre cuya rutina se rompe el día que aparece en su vida Isabel, la nueva extrovertida y alegre ascensorista.
Sus días comienzan a llenarse sutilmente de color, pero es solo el espejismo de quien no quiere ver como todo se desmorona alrededor.
Su sobrino, estudiante de la Universidad Nacional, desaparece y su romance se tiñe de unos celos que su inseguridad y cobardía no permiten enfrentar sino de la manera más ruin y canalla…
Salvador es una historia y dos historias, porque su tragedia personal se desarrolla paralelamente a la de uno de los momentos trágicos más significativos de un país que de manera silenciosa, pasiva monótona y cobarde, incapaz de asumir su responsabilidad activa, igual que el sastre, calla y asume su tragedia como si otra historia más luminosa y sincera no fuera posible.
TANTAS ALMAS
Nicolás Guille presentaría ‘Tantas almas’, un viaje poético y sensorial que sumerge al espectador en la crudeza y el sin sentido de la guerra.
Una noche José regresa de pescar y descubre que los paramilitares han sembrado el dolor en su pueblo. Entre los numerosos desaparecidos están sus dos hijos varones. A partir de ese momento, su único empeño será encontrar sus cuerpos para poder enterrarlos.
En el camino, el sincretismo religioso, el silencio, el miedo, el olvido y la soledad de un río inmenso serán sus constantes compañeros de viaje. Es una historia donde José o sus hijos pueden ser todos en un país como Colombia.
‘UNA MADRE’
En ‘Una madre’ de Diógenes Cuevas, Tras la muerte de un padre alcohólico y maltratador, Alejandro decide romper con todo y salir en busca de una madre a la que no ve desde muy niño.
Prisionera de una enfermedad mental lleva años recluida en un hogar regentado por religiosas. Su padre nunca le permitió verla. El solo hecho de preguntar por ella era motivo de palizas y castigos.
Aunque su madre no lo reconoce, Alejandro siente el impulso de llevársela furtivamente de ese centro en el que se la maltrata y atemoriza permanentemente. A partir de ese momento comienza una difícil travesía en la que deberán aprender a conocerse.
A Alejandro lo mueve el deseo de entender y hallar respuestas a sus propios desequilibrios, pero lo mueve también la necesidad de querer y saberse querido. Un afecto que nunca recibió de su padre ni de su hermano.
Es el encuentro de dos desconocidos y su imposibilidad para ser felices. Es el saborear pequeños instantes de triunfo e intentar aprender a lidiar con grandes momentos de incomprensión. Es el drama de un hijo por todo aquello que heredó y todo aquello que jamás recibió de una madre. /sergiov@colprensa.com