Todos los países han emprendido una cruzada global contra este ‘enemigo invisible y letal’ que afecta a 126 países, cambiando las costumbres y rutinas de millones de personas. Es la crisis sanitaria más grave del último siglo.
A comienzos de este año, solo una mínima parte de la población global sabía sobre Wuhan, la capital de la provincia Hubei, en China central, una extensa ciudad que al lado y lado de los ríos Yangtsé y Han albergaba 11 millones de personas, de las cuales 27 presentaban un síndrome respiratorio agudo y cuya salud se deterioraba rápidamente pese a la debida atención médica. Informado las autoridades chinas se profundizaron las investigaciones y en muy poco tiempo, tan solo una semana después, se pudo determinar que era un virus lo que afectaba a este reducido grupo de Wuhan, donde los contagios ya superaban el centenar.
Ese fue el foco y la génesis del coronavirus, posteriormente bautizado como Covid-19. Y desde ese momento, su crecimiento y expansión fue tan rápido como impensable. A la semana, y pese a las medidas de contención, -el 13 de enero- ya había traspasados fronteras detectándose un caso en Tailandia y otro en Japón. A los pocos días, se registraron dos más en Estados Unidos y ante la incredulidad global y facilitada por los desplazamientos (especialmente aéreos), a fin de enero ya eran 10 los países y cinco las provincias chinas con muertes y contagios por el potente e invisible virus.
Fue así no solo como Wuhan se volvió un lugar más que conocido en el mundo, sino que la organización Mundial de la Salud declaró emergencia de salud internacional, instando a los países a tomar medidas urgentes de prevención para contener la expansión del Covid-19, al tiempo que manifestó su preocupación por las naciones que no tenían las condiciones sanitarias para enfrentarlo.
De entonces a hoy, el coronavirus pasó a pandemia registrando su presencia y volviéndose altamente letal en los cinco continentes (América, Europa Asia, África, Oceanía). El único donde no ha hecho presencia es en la Antártida, el séptimo continente en el mundo moderno, donde se considera a América en sus dos divisiones: norte y sur.
Con el pasar de las horas, el reloj que contabiliza los decesos y contagiados por el Covid-19 cambia. Pero la contabilidad hasta la medianoche de ayer señalaba 5.700 muertos y 140.700 contagiados, evidenciado de igual forma que China había superado el pico de la enfermedad y el mismo se está registrando en Europa, con dos países con situaciones preocupantes: Francia e Italia. Precisamente en este último, se informó el viernes, que en tan solo 24 horas se registraron 250 decesos. En ese mismo informe y lapso de tiempo en Irán fallecieron 85 personas y en España, 36.
Con sorpresa, incredulidad, miedo pero también con rapidez ha respondido el mundo ante este ‘enemigo invisible y letal’ del que se creía solo podía ser protagonista de películas de ciencia ficción, ya que si bien la peste, el ébola, la gripe aviar, el SARS y el A1H1 tuvieron sus épocas y fueron combatidas con éxito, nunca como antes en la historia reciente un virus como el Covid-19 se había expandido con tanta rapidez y alta mortalidad. De inmediato, el imaginario colectivo evocó películas como ‘Soy leyenda’, “Guerra Mundial Z’ o “Virus”, la cinta del coreano Kimg Sung-Su que en 2013 hablaba sobre una pandemia generada por la mutación de una cepa de gripe aviar que nacida en un barrio surcoreano se expandía por el mundo, generando una paranoia impensable.
Premonitoria o no, hoy la realidad supera esa ciencia ficción con el Covid-19. El mundo respira miedo pero también mucha prudencia y prevención, con múltiples medidas a nivel doméstico e internacional, en cada uno de los países, para enfrentar el virus. Las mismas van desde el confinamiento o aislamiento de países enteros como Italia y el cierre de fronteras que han ordenado varias naciones europeas, como estrictos controles sanitarios en terminales aéreas, marítimas y terrestres para detectar posibles contagios y ordenar un aislamiento inmediato.
De igual forma la adopción de normas sanitarias mínimas como el lavado de manos, el uso de tapabocas para quienes estén resfriados, el cambio en las relaciones interpersonales, especialmente desde abandonar el saludo de beso o con la mano y la desinfección de elementos de uso cotidiano se han adoptado en todo el mundo, el que también vive desde esta semana una ausencia total de eventos masivos como los deportivos y los espectáculos y tiene en riesgo las multitudinarias celebraciones masivas de la Semana Santa.
Así, la vida cotidiana de los miles de millones de habitantes del planeta se ha alterado en todos los ámbitos y como la forma más efectiva para enfrentar el Covid-19 es la contención, los gobiernos amén de declarar emergencia sanitaria nacional -como lo han hecho Estados Unidos, España, Italia y Colombia, entre otros- han enfatizado en la campaña de responsabilidad personal frente a la pandemia.