Vallenata emprendió sueño de jugar Mundial de rugby
POR:
JOSÉ ALEJANDRO
MARTÍNEZ VEGA
El haber aceptado la invitación de una amiga para jugar rugby, hace cuatro años, fue una decisión que hoy celebra la jugadora vallenata Annagith Vargas Torres.
La deportista de 22 años recibió el llamado para integrar la Selección Colombia de Rugby que enfrentará a Brasil, en las eliminatorias al Mundial Femenino Nueva Zelanda 2021.
Vargas se unió desde ayer al combinado patrio para el trascendental encuentro del 7 de marzo en Medellín.
“Es un orgullo poder representar no solo mi departamento sino mi país, quiero consolidarme en la selección colombiana de rugby y esta es la oportunidad de demostrar mis fortalezas y destrezas físicas”, expresó.
SUPERÓ VARIOS FILTROS
El camino para vestir la camiseta de Las Tucanes (como se denomina a los seleccionados femeninos de este deporte) no fue nada fácil.
En primera instancia, Annagith tuvo que superar un filtro de 60 jugadoras que asistieron a una convocatoria abierta en la Costa Caribe.
De dicha concentración, solo fueron escogidas las 6 mejores de la región quienes cumplían con los estándares de la federación.
El reducido grupo pasó a una segunda concentración en Medellín donde finalmente fue escogida para esta última concentración con miras al partido frente a las brasileras.
Vargas Torres, además de jugadora élite, es entrenadora de la división infantil del club deportivo Águilas de Acero que ella misma dirige y estudia Profesional en Deportes en la Universidad del Magdalena. Se describe como una rugbista “rápida y fuerte”.
El presidente de la Liga de este deporte, José Bendeck, destacó el llamado de la jugadora cesarense al seleccionado nacional. “Es una jugadora Cañahuate del club Águilas, que parece convertirse en la cantera de alto rendimiento del rugby cesarense. Apodada ‘La Cacica’ dentro de la familia cañahuate, esta mujer tomó las banderas del club Águilas de Acero del cual ahora es Presidente”.
UNA BUENA OBRASOCIAL
A su buena actuación dentro de la cancha, Vargas le suma su aporte a la sociedad vallenata a través del deporte comunitario con la construcción de un proceso de tejido social con un hogar albergue de niños en situación de abandono y la formación de la escuela infantil femenina en el barrio los Milagros donde aspira a detectar nuevas jugadoras que transformen su vida a través de la pelota ovalada.
“Es una labor social con comunidad vulnerable del barrio Los Milagros, con niñas entre 10 y 14 años, trabajo deportivo pero también de material humano, el desarrollo personal, el ‘team’ de los valores, desarrollo de destrezas físicas, psicológicas y humanas”, resalta la deportista.