Piden identificar a más de 400 cuerpos enterrados en Jardines del Eccehomo
La Diócesis aclara que su deber es custodiar los restos humanos, no identificarlos.
En una fosa común en el cementerio Jardines Del Ecce-Homo de Valledupar, estarían cerca de 400 cuerpos enterrados, los cuales habrían muerto en supuestos combates y que serían víctimas del conflicto armado en este país. Sus familiares solo quieren que alguna autoridad les ayude en la recuperación de estos ya que no cuentan con medias cautelares de la Jurisdicción Especial para La Paz (JEP), un caso parecido al, del camposanto Las Mercedes, de Dabeiba (Antioquia), de los cuales 54 fueron víctimas de ejecuciones extrajudiciales.
De acuerdo a la Fiscalía los restos óseos que reposan en dicho camposanto de Valledupar están sin identificar y se desconoce cuántos de estos corresponden a víctimas de ‘falsos positivos’. La denuncia fue hecha cuatro días después de que las autoridades completaran la exhumación de 54 cuerpos de una fosa del cementerio de Dabeiba, municipio del noroeste del país.
‘NUESTRO DEBER ES GUARDAR LOS RESTOS HUMANOS, NO IDENTIFICARLOS’
Al respecto, el delegado episcopal para cementerios de la Diócesis de Valledupar, Ivar De La Cruz, dijo que: “Ciertamente en el cementerio Jardines Del Ecce-Homo tenemos las fosas comunes propias del funcionamiento normal y ordinario de nuestro cementerio. Aclaramos a la comunidad y a todo el país que nuestro deber o nuestra misión es guardar o custodiar los restos humanos de las personas que han fallecido a lo largo de todos estos años, nuestra misión no corresponde en ningún momento a identificar de quienes son estos restos.
Añadió que: “Tenemos que decir que ciertamente en estas fosas reposan muchos cuerpos de personas que han sido sepultadas pero que después del tiempo indicado, por distintas razones, los familiares no han regresado, ya sea por razones económicas o por descuido, y evidentemente estos cuerpos tienen que pasar necesariamente a fosas comunes. En estas fosas reposan restos de personas identificadas de manera normal”
Explicó que en los casos de N.N, hasta el 2007, el municipio de Valledupar traía los cuerpos no identificados también a nuestro cementerio y aquí eran sepultados, después de cierto tiempo pasaban a fosas comunes, solamente después de 2007 el Estado colombiano dispone que los cementerios no pueden pasar los N.N a fosas comunes.
Advirtió que en el Cementerio Nuevo de Valledupar existen más o menos 90 o 100 cuerpos de N.N que fueron traídos con el debido proceso de Medicina Legal, lo mismo sucede con los cuerpos recibidos anteriormente, independientemente de que fueran ‘falsos positivos’ o por otras causas de su muerte.
‘FALSOS POSITIVOS’ DEL BATALLÓN LA POPA
Existen restos de los llamados ‘falsos positivos’ que habrían sido cometidos por exintegrantes del Batallón Número 2 ‘La Popa’ de Valledupar, pero los familiares de las víctimas no cuentan con las medidas cautelares para reclamarlos.
“Varias familias sí saben que los cuerpos de sus seres queridos, ejecutados extrajudicialmente, están en dicho camposanto. Específicamente, en la fosa común n.° 7, ubicada en la parte posterior izquierda del cementerio. Allí reposan entre 450 y 500 cuerpos, según estableció la Fiscalía en 2016 ante el Tribunal Superior de Valledupar. La Fiscalía aseguró que los restos óseos que allí se encuentran fueron depositados sin ningún cuidado que permitiera extraerlos ni identificarlos. Tampoco es posible establecer cuántos cadáveres de los que allí reposan corresponden a víctimas de falsos positivos y cuántas no”, dijo el Espectador en su investigación.
“Esa respuesta la dio la Fiscalía por la tutela que presentó la familia de Orlando Villarreal Cortés para conseguir que su cuerpo fuera inhumado y poder despedirse debidamente. Orlando, estudiante de contaduría, salió de su casa en Barranquilla en abril de 2004 hacia Valledupar, a trabajar en una finca. Nunca volvió. Solo el 7 de septiembre de 2007 hubo luz para su familia, cuando su nombre apareció en una noticia en El Heraldo titulada “Los muertos que buscan sus dolientes”. “Nos fuimos el 11 (de septiembre) a Valledupar y nos mostraron una fotografía del levantamiento del cuerpo. Supuestamente el Ejército le dio de baja como extorsionista del frente 41 (de las Farc)”, relata Luz Villarreal, su hermana; asegura el informe del medio bogotano.
Hasta el año 2007 el municipio de Valledupar llevaba los restos no identificados a Jardines del Ecce-Homo y eran sepultados con un convenio y luego de cierto tiempo pasaban a fosas comunes, y luego el Estado dispuso que los cementerios no podía pasar los N.N. a fosas comunes.
“En el Cementerio Nuevo tenemos entre 90 y 100 cuerpos no identificados, y han sido traídos con el aval del Medicina Legal con actas y registros. Lo mismo sucede con los restos recibidos anteriormente, independientemente de que fueran ‘falsos positivos’ o por otras causas. Nosotros no podemos hacer exhumación sin la debida orden de Medicina Legal y Fiscalía. La verdad es que esperamos podemos ayudar a lo que esté en nuestro alcance, si hay alguien sepultado por ‘falsos positivos’ tenemos las puertas abiertas y será la Fiscalía la que haga todo el trámite e investigaciones del caso. Desde el 2007 tenemos”, explicó el delegado episcopal para cementerios de la Diócesis de Valledupar, Iber De La Cruz.
Sobre el tema se pronunció la líder política y vocera de paz, Imelda Daza, quien dijo que: “Duele mucho la tragedia que aquí se vivió y que se ha mantenido oculta esta fosa común es superior a la que se han encontrado en otras regiones del país, debería escandalizar a la opinión nacional, es de esperar que la Jurisdicción Especial Para La Paz tomen nota de esto y que la Fiscalía se ocupen enserio de desentrañar lo que allí se ha encontrado”.
Entretanto, Miguel Saumeth, sepulturero del Jardines del Ecce-Homo, contó que: “Todos tienen nombre porque van con una etiqueta y la ubicación del lote donde estaban metidos los restos y la fecha en que se sacaron, a veces se meten en una bolsa grande se meten restos como en otras ocasiones se meten individuales pero llevan sus nombre”.
FAMILIARES A LA ESPERA
“Quieren que aceptemos una entrega simbólica porque al Estado le sale muy costoso realizarle una prueba de ADN a cada cadáver que se encuentra allí, pero no le resultó costoso coger a un inocente, a mi hermano, y a miles de colombianos más y asesinarlos de la forma que lo hicieron. Eso al Estado eso no le pareció costoso”, afirmó a El Espectador, Karen Castro Aguirre.
Ella es hermana Carlos Alberto Castro Aguirre, quien fue ejecutado en 2004 por militares del Batallón La Popa del Ejército en una zona rural del Cesar.
Luz Villarreal, hermana de Orlando Villarreal Cortés que desapareció en abril de 2004 cuando dejó su natal Barranquilla para trabajar en una finca de Valledupar, está esperando aún una respuesta. “Nos dijeron que teníamos que pagarles a los sepultureros 50.000 pesos diarios (si querían exhumación) y que (ese proceso) podía durar hasta una semana”, explicó.
El Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes de Estado (Movice) pidió el pasado 16 de diciembre a la JEP que proteja 16 lugares de Colombia en los que se cree que pueden estar sepultadas más víctimas de los “falsos positivos”.