El plástico reciclado, un negocio sostenible para una economía circular
POR:
NINOSKA
REYES URDANETA
Partir de un envase o cualquier residuo plástico, para crear a través de ellos unos perfiles que reemplacen el uso de la madera en la vida cotidiana, fue la idea que brilló en la mente de Álvaro Doria, un joven ingeniero civil que al sol de hoy, ha revolucionado en Valledupar con este proyecto, que además de ser sostenible, se convierte en una economía circular.
Participan recicladores, fundaciones y estudiantes de los distintos centros educativos del municipio, quienes a partir de los empaques de algún dulce o gaseosa, forman parte de esta genial idea que además no genera contaminación al medio ambiente.
Y esa es su principal misión, conservar el ambiente a partir de la titánica labor de evitar que cuatro toneladas de basura al mes, sean parte de los altos índices de contaminación que rodean a la humanidad.
Doria es un joven egresado de Ingeniería Civil de la Fundación Universitaria del Área Andina, sede Valledupar. Desde el 2017 inició un trabajo inspirado en el proyecto del ingeniero John Berrio, quien expuso sobre el tema durante la realización del Congreso de Ingeniería Civil en este municipio, y el cual estuvo dedicado al tema de ciudades sostenibles.
“Desde entonces sobre mi mente se empezó a crear la idea, que a la vez compartí con un grupo de compañeros para buscar la forma de sumarle positivamente al mundo. Éramos cinco estudiantes, estábamos en plena etapa de graduación, lamentablemente todos comenzaron a ver otros horizontes y en el camino solo quedé yo”, explicó Doria recordando además que no todos confiaron en la iniciativa y por eso decidieron abandonar.
Pero en ese momento no todo estuve perdido, otras personas con similares intenciones aparecieron en el camino. Es así como en el medio del proceso consiguió a Claudia González y Gustavo Piedrahita, quienes se convirtieron en sus socios, y juntos lograron arrancar con el proyecto.
“Iniciamos con la adquisición de maquinarias que facilitaran el proceso, además de arrendar una bodega en el barrio La Granja, cerca del mercado de Valledupar, para desarrollar el trabajo e iniciar con la tarea del reciclaje del plástico”, explicó.
A partir de ese momento, se agregó un nuevo elemento al proceso, y fue el acercamiento con los recicladores, quienes a pesar de vivir de esta actividad, no tenían ni la mínima idea de la utilidad que tiene cada tapa, botella, bolsa o envases que recogen.
MATERIA PRIMA
Todo estaba listo, personal, maquinaria y local, pero había que ingeniar la manera de recibir la materia prima: plástico reciclado; y una nueva idea surgió, crear una fundación que se encargue del acercamiento con las personas que a diario recogen en la ciudad el plástico, a excepción del icopor y PVC.
Comentó Doria que así nació la Fundación Equilibrio Social por el Planeta, cuya misión es lograr el acercamiento con los recicladores y promover campañas en los centros educativos del municipio, donde los niños y adolescentes son los principales protagonistas de la conservación del medio ambiente, ayudando a eliminar toneladas de basura en sus colegios o comunidad.
La empresa trabaja bajo el nombre Equilibrio, Madera Plástica y Construcción, la cual, junto a la fundación, han logrado crear una alianza que a la vista de todos parece sencilla, pero involucra muchos elementos sociales cuyo objetivo es ayudar a la conservación del planeta. En la actualidad está generando 5 empleos directos y más de 25 indirectos.
Y ASÍ ES EL PROCESO
Explicó Doria que la tarea inicia clasificando el plástico, se muele y se convierte en un material dócil o en hojuelas. Igualmente se están incluyendo las bolsas plásticas que anteriormente no eran recicladas en la ciudad.
Una vez triturado el material, pasa por un proceso de destrucción y calentamiento, en la cual se lleva el material a un punto de fundición que permite vaciarlo a un molde y se obtiene el perfil de un metro 20 centímetros aproximadamente.
Es un sustituto de la madera, que al final de proceso es utilizada por el hombre de acuerdo a su necesidad, además de tener ocho veces más durabilidad que la madera.
TRANSFORMACIÓN Y CREATIVIDAD
Una vez cumplidos los ciclos de reciclaje, destrucción y transformación, el material se transforma en elementos útiles para la sociedad. Es un material que tiene las mismas propiedades de la madera, pero no se pudre, es más resistente y 100% ecológico.
“Si comparamos madera plástica con madera bajo control forestal, estaríamos económicamente en paridad, pero si hablamos de los beneficios, la plástica no sufre los ataques de un medio salino o de otra circunstancia ambiental, es resistente a todo”.
De esta manera con la incursión al mercado de la madera plástica, en la sociedad se dejan de talar árboles, se recoge lo que ya es basura y se deja de contaminar la naturaleza.
A parte de eso, es resistente y por encima del promedio de la madera, no presenta ataque químico biológico y en términos de utilidad del material, es muy versátil y permite entrar al mercado con una variedad sostenible.
DALE VIDA A UNA BOTELLA
Claudia González, representante legal de la Fundación Equilibrio Social por el Planeta, manifestó que la tarea consiste en concientizar a la comunidad sobre la necesidad de reciclar para conservar el medio ambiente.
En la actualidad se están emprendiendo una serie de programas que van desde las escuelas hasta los barrios más vulnerables de Valledupar. El plan piloto se llama ‘Dale vida a una Botella’, el cual consiste en ir llenando una botella de plástico con todos los empaques que se desechan en el hogar, en el trabajo o en los colegios.
A parte de las escuelas, se trabaja con algunos recicladores del municipio que se le miden a la recolección diaria de desechos plásticos; así como también en los conjuntos residenciales cerrados donde se realiza una socialización casa por casa, y dos veces a la semana recicladores de la fundación reciben el material en calidad de donación.
“Estamos evitando que casi cuatro toneladas de plástico estén ingresando al botadero municipal. Para cada perfil de madera plástica con una medida de 1 metro 20 centímetros, se utilizan unas 50 botellas de dos litros, llenas de empaques o residuos plásticos”.
Es una verdadera contribución al medio ambiente, y un ejemplo de ello es que en los colegios de Valledupar, mensualmente están donando unos 200 kilos de plástico producto de los empaques de los mecatos que consumen durante ese lapso.
LA META SIGUIENTE
Afirmó González que la idea no es quedarse solo en la elaboración de perfiles o listones, en la actualidad se están gestionando alianzas para mejorar la calidad de los pupitres en las instituciones educativos de Valledupar, principalmente en las zonas vulnerables, tomando en cuenta la resistencia del material.
También se han planteado como un megaproyecto la construcción de viviendas 100% ecológicas para los recicladores, tomando en cuenta que el déficit habitacional en el Cesar es alarmante.
Botellas, tapas y bolsas de plástico se convertirían en paredes y techos de casas ecológicas. La basura plástica que va a los mares y ríos puede tener un destino más amigable y servir como una vivienda que además de ser económica, es resistente a sismos, tiene propiedades térmicas y no se degrada ni se estropea como los muros convencionales.
De esta manera se determina que el objetivo del trabajo es cerrar el círculo del plástico llevándolo a ser sostenible y convirtiéndolo en economía circular, estrategia que tiene por objetivo reducir tanto la entrada de los materiales vírgenes como la producción de desechos, cerrando los flujos económicos y ecológicos de los recursos.
Es necesario que la comunidad entienda que el problema del plástico no es su vida útil, si no el uso que se le dé.