El gobierno francés retiró ayer sábado “provisionalmente” la medida más polémica de su reforma de pensiones, que preveía retrasar de 62 a 64 años la edad mínima para cobrar una pensión plena, a fin de seguir negociando con los sindicatos, que volvieron a movilizar a miles de manifestantes en toda Francia.
“Con el fin de demostrar mi confianza en los interlocutores sociales (…) estoy dispuesto a retirar del proyecto de ley la medida a corto plazo que había propuesto, que consiste en converger progresivamente a partir de 2022 hacia una edad de equilibrio de 64 años en 2027”, escribió el primer ministro Edouard Philippe, en una carta dirigida a los sindicatos.
Philippe condicionó el retiro definitivo de esta medida a que se encuentre un acuerdo sobre “el equilibrio y el financiamiento de las pensiones” durante un encuentro previsto con las organizaciones sindicales y patronales.
Caso contrario, dijo, el gobierno “tomará por decreto las medidas necesarias para alcanzar el equilibrio de aquí a 2027”.
El principal sindicato opositor, la CGT, advirtió rápidamente que seguía “más resuelta que nunca” para lograr la retirada total del proyecto, mientras que otra central más moderada, la CFDT, se declaró dispuesta a seguir negociando tras la retirada de esa edad mínima.
De todas formas, todos los sindicatos volvieron a convocar a una nueva manifestación el próximo jueves 16 de enero.
La reforma del sistema de pensiones es una de las promesas electorales más ambiciosas del presidente Emmanuel Macron.
Ayer sábado desfilaron 149.000 personas en toda Francia en contra de la reforma, según el ministerio del Interior, medio millón según la CGT.
Fue la quinta manifestación en poco más de un mes.
La jornada que se vio empañada por choques con la policía y actos de vandalismo perpetrados por manifestantes violentos que rompieron escaparates y saquearon varios comercios.