Un año en busca de las conversaciones correctas
El año inicia. Del 2019 debe quedar la gratitud con los momentos que generaron las memorias que se atesoran porque alimentan el alma o componen las lecciones aprendidas. Mientras tanto el 2020 aparece como un libro blanco por escribir. Una oportunidad.
Cada enero es una ocasión para llenarnos de propósitos. Detrás de este sentir se dice que está la felicidad. Y no se trata tan solo del propósito individual, aquí también se incluye el norte colectivo. Es por eso que como parte de una comunidad, nuestra invitación es a reconocer el daño que se ha hecho con la inconsciencia y el egoísmo de los idealismos y la polarización para apropiarnos y comprometernos con la solución. ¡Tenemos tanto en común! Por qué no visualizarlo, reconocerlo y unirnos en las diferencias.
. ¿Cuáles fueron los asuntos de conversación del 2019? ¿Fueron estos los correctos e ideales? ¿Fue adecuada la forma? Ahí están los momentos y las lecciones. Pero ante este nuevo amanecer, ¿cuáles deben ser los temas de conversación del 2020? ¿Qué deben buscar? ¿Cuáles deben ser los valores y las maneras que los acompañan?
Para este diálogo es importante invitar al respeto y la argumentación. La honestidad de las palabras y la coherencia entre discurso y vida. Es fundamental escuchar y reconocer a quien piensa distinto. Ignorar, despreciar o censurar al contradictor no solo es incorrecto, es infértil y deja en duda la inteligencia de la tesis de quien evita o suspende el diálogo.
Es entonces relevante reconocer que vemos el mundo desde el plano o la montaña donde se posan nuestros pies, porque el punto de partida afecta la perspectiva de nuestra mirada. Es vital entonces reflexionar sobre dónde esta el ángulo analítico y emocional propio y el del otro, como también cuál es la distancia que las separa. Ese simple ejercicio permite entender el reto y hallar las oportunidades para construir esos lazos que encuentran caminos y conectan distancias. El mayor no es obsoleto por su postura, seguramente su experiencia alberga huellas profundas, el joven no es “naive” por defecto, su referente es hoy y su fuerza está en la ilusión de un futuro que exige. A cada postura una historia.
Greg McKeown, profesor y escritor, expresa con acierto que vivimos en una coyuntura donde existe exceso de información y exceso de opinión. Esta última es menos obvia, pero la manera desprevenida y sin reflexión con la que se pueden llegar a asumir las redes sociales han hecho que la presión social sea cada vez mayor y desconectarse de ellas es casi imposible. Es por eso que el mismo autor invita a la disciplina emocional, y no solo a la mental, a la hora de tener control en nuestra vida.
Podemos quizás ampliar el concepto. Es fácil sentirse víctima de la opinión de un tercero, pero también se es victimario cuando se hace un juicio sobre el otro sin las intenciones correctas, careciendo de contexto y faltando a las modales. Existen los dos lugares al tiempo y es importante empezar a reconocer el segundo. Es vital entender que somos seres únicos y diversos, ahí se alberga la riqueza del mundo.
Hoy es un buen momento para quitar el ruido. Dejar lo esencial. Encontrarnos y empezar las conversaciones que hagan un 2020 memorable para todos como personas y sociedad