Boris Johnson logró el mejor resultado del Partido Conservador desde 1987 en las elecciones generales del Reino Unido y sepultó cualquier aspiración electoral del laborista Jeremy Corbyn. Ayer, bajo la llovizna permanente de un invierno que no empieza, el Primer Ministro conservador consiguió una mayoría de 86 sillas, según los resultados a boca de urna al cierre esta edición (1:30 A.M. Reino Unido).
Los conservadores lograrían entre 380 y 386 escaños de 650 en el Parlamento inglés, de acuerdo con los resultados a boca de urna. Para lograr una mayoría absoluta, Johnson necesitaba 322, que habría conseguido holgadamente por lo que no estaría obligado a hacer concesión política alguna, salvo darle alguna participación en su gobierno al Brexit Party, un ala radical liderada por Nigel Farage, quien aunque se distanció de los conservadores, decidió abstenerse esta vez en circuitos electorales donde competía con candidatos ‘tories’ (conservadores).
De confirmarse oficialmente el resultado a lo largo de la mañana de este 13 de diciembre, esta se convertiría en la mayor victoria de los ‘tories’ en más de medio siglo. No lo es tanto por los números, sino por los efectos que este apoyo masivo de los ingleses tiene para llevar a cabo de “de una vez por todas” (lema de campaña) la salida del Reino Unido de la Unión Europea (Brexit). Sí, el Brexit es un hecho, aunque aún persiste la duda de cuándo efectivamente se materializará.
Lo cierto, por ahora, es que Johnson logra ser el cuarto primer ministro conservador consecutivo, un récord que no se veía desde los tiempos de Thatcher, cuando el partido fue apoyado masivamente tras ganar la recuperación económica. Es inevitable, por este motivo, hablar de historia, no en clave anecdótica sino contemporánea, permitiendo decir que Reino Unido en unos años ya no será parte del bloque europeo y el gestor, así como ideólogo de este objetivo, es Boris Johnson.