Diario del Cesar
Defiende la región

“No nos pagaron y tuvimos una Navidad negra”

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Cerrando la entrada de urgencias, enfermeras jefes, auxiliares de enfermería, camilleros y personal de aseo del hospital Rosario Pumarejo de López protestan nuevamente por el incumplimiento de pagos por parte de la entidad quienes le adeudan hasta ocho meses de salarios.

 

Debido al no pago de ocho meses de salarios que tiene el hospital, sus trabajadores empleados, enfermeras y paramédicos

decidieron restringir la urgencia de la entidad el día de ayer, en forma de protesta.

Los 35’ empleados del hospital Rosario Pumarejo de López dijeron ayer que tuvieron una ´Navidad negra´ y se vieron afectados enfermeras jefes, auxiliares de enfermerías, aseadoras y camilleros, lo cual condujo a la protesta, y como consecuencia al cierre de unidad de Urgencias.  Lo que impactó en la atención a pacientes.  Asimismo, se afecta el Plan de Contingencia que el ‘Rosario Pumarejo’ implementa para estas festividades de Fin de Año.

Los mismos trabajadores explicaron que para esta época se intensifica la atención de urgencia en el hospital, lo que obliga al aumento de personal de apoyo, de unidades de medicamentos, y el número de ambulancias.

La protesta de los 350 empleados limitó la atención a usuarios, sin embargo, atendieron las urgencias vitales.  Leidy Chaparro, quien acompañaba a su papá al hospital por un trauma muscular en una pierna, fue una de las usuarias afectadas.  Su padre no recibió la atención requerida. 

Indignada, Chaparro comentó que en el lugar, “no había ninguna directiva del hospital, sólo enfermeras.  Necesitábamos que las autoridades del lugar nos colaboraran, porque así como ellas necesitan el dinero, nosotros necesitamos la salud”. 

Algo parecido sucedió con Luis Alfonso Mieles, el vallenato llegó al centro asistencial para realizar una visita a un familiar enfermo, pero quedó en el intento.  Sin embargo, su opinión se convirtió en apoyo inmediato para las empleadas: “si las enfermeras prestan un servicio esencial como es la salud, como acción fundamental debería ser remunerarles”, comentó Mieles.

LA DEUDA

Aunque el ministro de Salud, Juan Pablo Uribe en su visita a Valledupar, señaló a diferentes medios de comunicaciones que, desde su cartera se implementó el programa ‘AI Hospital’ (Atención Inmediata Hospital) en el  Rosario Pumarejo de López, para ocuparse de temas como infraestructura, fortalecimiento del talento humano y dotaciones, para muchos empleados no es suficiente.

Rocío Peñaloza, quien también reclama el pago de los meses de junio a diciembre de 2018, recordó que, el mismo funcionario, aseguró se inyectarían “más de $50 mil millones para el pago de nómina, pero seguimos sin recibir los sueldos atrasados”.

Con arengas “¡Que nos paguen! ¡Que nos paguen!”, los manifestantes  exigieron al gerente de la entidad, Armando Armeira, les cumpla con sus sueldos atrasados, al menos con lo prometido, una parte de la deuda, pero a pocos días para terminar el año, no han visto reflejado el recurso en sus cuentas bancarias.

No es la primera vez que empleados del hospital Rosario Pumarejo de López deciden restringir el acceso a urgencias, y protestar por el incumplimiento de los pagos.  En el 2015, unas 200 enfermeras protagonizaron una situación igual por la falta de pago.  Una de ellas fue Damaris Patiño, Auxiliar de Enfermería, con 20 años laborando en la institución.  Y nuevamente, debe protestar por el mismo motivo, falta de pago de su salario.  “Los incumplimientos se han presentado durante años”, explica.  A esta versión se une la de Xiomara Bolaños, “el año pasado (2017) también decidimos cerrar las puertas del hospital y protestar.  Nos debían unos seis meses”.

Frente a esta “crisis” que vive el hospital Rosario Pumarejo de López, DIARIO DEL CESAR, intentó conocer la posición del gerente de la entidad, Armando Almeira, pero nunca respondió su celular ni atendió en su oficina. 

“Me deben meses desde el 2014, y no pagan. Llevo 20 años trabajando aquí y siempre ha sido lo mismo”.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Por:  EDUARDO MOSCOTE SIERRA