374 casos de VIH reporta el Cesar en este 2019, de los cuales el 56% corresponden a Valledupar; seguido de Agustín Codazzi, Bosconia y Aguachica con un 6% cada uno.
POR:
NINOSKA
REYES URDANETA
“Llevar acuestas un virus que para la sociedad es sinónimo de conductas sexuales adversas a las aceptadas por todos, es la mayor cruz que sobre mi cuerpo pesa. De mis 28 años de edad, cinco han sido de una gran lucha médica para sobrellevar el Virus de Inmunodeficiencia Humana, ser una personas normal sin señalamientos de nadie”, confesó un joven migrante a quien llamaremos Robert para resguardar su identidad.
Robert contrajo la enfermedad en la ciudad de Valencia, en la región central de Venezuela, donde a la edad de 19 años inició su vida sexual de manera irresponsable. “Para mí era igual un hombre o una mujer, no me importaba el lugar ni las condiciones para tener encuentros sexuales, ya que frecuentaba sitios nocturnos donde el sexo y la droga eran las aliadas para disfrutar”, narró desde el patio de su pequeña residencia ubicada en un populoso barrio de Valledupar.
Fueron innumerables los encuentros sexuales en lo que fui protagonista, dijo Robert, mientras recordó con exactitud el inicio de su pesadilla. “Fue en el mes de febrero del año 2015 cuando mi cuerpo empezó a dar señales de que algo andaba mal; una intensa tos, fiebres muy altas, erupción en la piel y la pérdida de peso, revelaron a los médicos lo que en un principio fue una sospecha y que luego se convirtió en mi peor pesadilla”.
Manifestó el joven de tez morena, escaso cabello, alto y muy delgado; que en Venezuela recibió los tratamientos por un año en la capital de la República, Caracas, pero cuando la situación económica y social del país se agudizó, empezaron a fallar las entregas de los antiretrovirales, y con ello su estado de salud y condición anímica.
“HUIR PARA SALVARME”
Robert afirmó que en esa situación permaneció dos años, presentaba recaídas y sus fuerzas se desvanecían cada día más. “En el 2018 una tía que reside en Bogotá pidió a mi familia que me trajeran a Colombia; donde por fortuna ingresé con pasaporte y hoy cuento con el Permiso Especial de Permanencia, que me ha dado la luz en este oscuro túnel del VIH”.
Explicó que al llegar a tierras colombianas, inició su gestión con fundaciones que se dedican a ayudar a las personas con esta enfermedad. Por fortuna, está recibiendo los tratamientos, por los cuales viaja a Bogotá cada dos meses, ya que tuvo que radicarse en Valledupar junto al resto de su familia, que también huyo de la crisis humanitaria por la que atraviesa el vecino país.
“Ahora la lucha más que por la enfermedad, es por los estigmas que hay en sociedad por el VIH. Nosotros podemos sobrellevar el virus durante toda la vida siempre y cuando se cumpla con el tratamiento; quizás la delgadez y algunas características indican que somos portadores, pero no hay razón para el rechazo. A la juventud solo le digo, hay que ser responsable y entender que en la vida todo tiene su tiempo”, afirmó Robert, quien hoy día forma parte de la lista de los migrantes portadores del VIH en el departamento del Cesar.
LA ENFERMEDAD EN CIFRAS
El año 2018, en Colombia se notificaron 10.094 casos, siendo la población más afectada, el grupo de 24 a 34 años, seguido por el grupo de 15 a 24 años. De estos casos, el 74,43% corresponde a hombres y el 25,57% a mujeres.
De acuerdo a las estadísticas reveladas por el Secretario de Salud Departamental, Jorge Juan Orozco, en el departamento del Cesar, en lo que va del año 2019 se han notificado 374 casos, de los cuales 16 son producto del fenómeno migratorio de Venezuela.
El 92% de los municipios notificaron este evento; el municipio con mayor carga de enfermedad es Valledupar con el 56%; Agustín Codazzi, Bosconia y Aguachica con un 6% cada uno; Chiriguaná con el 4%; Curumaní con un 3%, Pailitas; El Paso, La Paz, El Copey, Becerril, La Jagua de Ibirico con el 2% cada uno, y por último Pelaya, Chimichagua, Gamarra, Tamalameque, San Martín, La Gloria, San Diego y San Alberto con un 1% cada uno. El año anterior en el departamento se notificaron 427 casos y en 2017, un total de 356.
Orozco reveló que de las 105.886 personas que se estima viven con el VIH, 60.807 han accedido al diagnóstico (de las cuales las EPS atienden 53.408), lo que quiere decir que por lo menos 45.079 aún desconocen el hecho de que ya adquirieron la infección: “esta situación puede darse por negación de las personas que se han expuesto al riesgo, por miedo al estigma o por debilidades en la oferta de la prueba por parte de las Instituciones de salud, lo que lleva a instar a todos los agentes del Sistema a fortalecer las acciones para alcanzar las metas a las que le estamos apuntando”, señaló.
ESTRATEGIA 90-90-90
Ante este panorama poco alentador para las autoridades, la Secretaría de Salud Departamental convoca a la comunidad y actores del sistema de salud a implementar la estrategia 90-90-90, para diagnosticar, tratar y disminuir la carga viral de la enfermedad
La conmemoración del Día Mundial de la Lucha contra el VIH/Sida, ayer 1° de diciembre, fue la oportunidad para mejorar la comprensión del VIH como un problema de salud pública global.
En este sentido, el secretario de Salud hizo un llamado a la comunidad, a los profesionales de la salud y a todos los actores del sistema, a implementar la estrategia: “Metas 90-90-90”, la cual consiste en que se deben diagnosticar por lo menos el 90% de los casos estimados, con el fin de poner por lo menos un 90% de los mismos tempranamente en tratamiento, y lograr la disminución de la carga viral en por lo menos un 90% de ellos.
“El compromiso individual e institucional para enfrentar la realidad del VIH/Sida, debe girar en torno a tres metas principales: mejorar la calidad y las expectativas de vida de las personas infectadas; cortar la cadena de transmisión del VIH, y reducir de forma significativa la probabilidad de transmitir la infección y potenciar la acción preventiva. En eso debemos trabajar y enfocar todos nuestros esfuerzos”, dijo el Secretario de Salud.
En el país la epidemia se mantiene concentrada en poblaciones de mayor vulnerabilidad, en particular en hombres que se relacionan sexualmente con hombres (HSH), y en mujeres transgénero.
En Colombia los primeros casos se conocieron entre los años 1981 y 1983, época en el que las calles colombianas estaban inundadas de pánico, por ser un país en donde predominaba la religión católica y en donde los estereotipos, prejuicios y la desinformación abundaba.
En la actualidad, Colombia ha mostrado un gran avance, a raíz de un trabajo multidisciplinario que se desarrolla entre el médico, trabajadores sociales, psicólogos y enfermeros, lo que permite que el paciente cumpla con el tratamiento de manera adecuada, explicó Imelda Rincón, trabajadora social.
Se estima que se necesitarán cerca de 26.200 millones de dólares americanos para la respuesta al VIH/sida en 2020, cifra que genera preocupación y deja al descubierto una alarma de cara al diseño de políticas públicas que cobijen el sector de la salud.