Diario del Cesar
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De vendedor de tintos a Alcalde de Bosconia

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POR:
NINOSKA
REYES URDANETA

Unas cuantas tablas de bingo, integraciones, encuentros comunales y un termo de tinto, fueron suficientes para que Edulfo Villar Estrada atinara la estrategia perfecta que le permitió alcanzar la Alcaldía de Bosconia, Cesar. Estas cualidades lo hacen un alcalde “distinto”, pues su difícil infancia como vendedor de tinto, marcaron su inquietud de buscar la manera de progresar y a su vez ayudar a los demás.

Sencillo, con un tono de voz pausado, pero muy fluido, sin ostentar un lujoso traje por la figura que ahora representa, Villar Estrada afirma no haber gastado más de 50 millones de pesos en su campaña política. Trabajó por más de un año, se metió de lleno en las zonas más vulnerables del municipio, pero sobretodo basó su campaña y sus propuestas en las peticiones que cada ciudadano le hacía.

Su infancia estuvo marcada por el trabajo, pisó el colegio después de los 8 años de edad, gracias a su asistencia en un programa de obras sociales que desarrollaban estudiantes de grado 11 en el barrio 18 de Febrero, pues demostró inteligencia, audacia y mucho interés. Allí entendió que había que hacerle una pausa al termo de café, los confites y algunos dulces que hasta ese momento los veía como tabla de salvación para él y su familia.

Diferenciar entre lo económico y lo que como humano se debe escalar en la vida, fue la línea de superación que desde entonces emprendió Villar Estada, quien hoy luego de derribar barreras, pasar obstáculos y no caer en el conformismo, es abogado egresado de la Universidad Popular del Cesar y especialista en Contratación Estatal. Tiene 35 años y de vendedor de café, ahora es el Alcalde electo de Bosconia, donde más de 5.000 habitantes le dieron su voto de confianza y esperan de él, un gobierno caracterizado por la misma humildad con que alcanzó ser la primera autoridad de su municipio.

SALIR ADELANTE Y AYUDAR A LOS DEMÁS

Un “chance” hasta la entrada del barrio donde habita, en el mes de noviembre durante los años 80, fue el inicio de la historia de Edulfo. Con apenas 8 años de edad se recorría cada rincón de Bosconia para acabar el termo de café que desde el inicio del día empezaba a vender.

Pero su inquietud le permitió pensar lejos; tan lejos que hasta el miedo a las carreteras perdió. Un kilómetro significaba para él, el inicio del camino que lo llevaría al futuro, que, en su inocente mentalidad, empezaba a dibujarse.

Cuando se acabó la bonanza en la producción de algodón en el departamento del Cesar, actividad que también ejerció junto a su padre Evelio Villar, Edulfo y su familia decidieron ganarse la vida como comerciantes en la intercepción del Cruce o Las Cuatro Vías, “allí me dedicaba a la venta de pasabocas y gaseosas aun siendo un niño. El sol era inclemente, el movimiento de personas te hacía llevar el ritmo de todas como hormiguitas, la meta era vender más y más.

“Tomé un autobús, con mercancía en manos, perdí la noción del tiempo y alcancé a bajarme en el peaje que da entrada al municipio. Eran las 12 del mediodía, el miedo me absorbía el alma y solo miraba al cielo para que Dios me diera señales de como regresar a mi casa; y así fue, un vehículo de alta gama, conducido por un señor bien vestido, paró y me ofreció llevarme a mi pueblo”, explicó el Alcalde a la vez que recordaba con alegría la hazaña alcanzada.

Narró que el desconocido lo invitó a sentarse a su lado como copiloto. “Yo iba maravillado y a la vez apenado porque llevaba mi ropa un poco mugre y desgastada, las manos sucias y la piel brillante por la inclemencia del sol. Lo miré a la cara, alcancé a decirle que quería ser como él y solo me contestó que la única manera de lograrlo era estudiando, prepararse con dos propósitos: salir adelante y ayudar a los demás”, destacó mientras se le entrecortaba la voz, a quien ahora ve materializado su sueño, y dirigirá las riendas de su municipio para cumplir con los propósitos que ese día le aconsejó esa persona.

EL MENSAJE ME MARCÓ LA VIDA

Recuerda el Alcalde Villar Estrada, quien visitó las instalaciones del DIARIO DEL CESAR, que al bajar de ese vehículo lo primero que le pidió a su madre Nubia Estrada, fue que lo inscribiera en un colegio, y por ser época de fin de año había que esperar que reiniciara el periodo escolar.

Pero como enviado por Dios, para ese momento los estudiantes de grado 11 estaban cumpliendo unas obras sociales en el barrio 18 de Febrero. Asistí durante mes y medio a clases dirigidas y en tiempo record aprendí a leer y escribir, lo que motivó a los líderes del programa a visitar su residencia para reiterar que era necesario seguir la preparación de manera formal.

Así empezó sus actividades educativas, fue progresando y promovido de grado en grado hasta lograr ser bachiller con honores. Y allí empieza la nueva etapa de vida; no había recursos y costear una carrera profesional era imposible para la familia Villar Estrada, donde habían cuatro hijos más.

VOLVÍ AL TERMO DEL TINTO 

 El nuevo Mandatario Municipal, explicó que el entusiasmo nunca lo perdió y esta vez tocó ingeniarse otra estrategia. “Me dije, si el tinto ha permitido a mis padres levantar un hogar, por qué no  va a poder darme un título profesional? Le dije a mi mamá voy a hacer un trato con usted, me voy a Valledupar los lunes y los viernes regreso a vender café, durante fin de semana, y con esa plata estudio”.

Así fue, los caminos se fueron abriendo y un compañero de estudios le ofreció posada en el barrio La Nevada de Valledupar, le regalaron una bicicleta con la que tuvo las condiciones de pedalear, tanto como si estuviera alcanzando la cima en busca de su título de abogado.

Así transcurrieron los años, la meta se logró y el vendedor de tintos ya era abogado. “Empecé a conseguir trabajo en dependencias públicas y privadas. Una nueva meta se me presentó en la mente, la especialización en la Universidad Externado de Colombia en Barranquilla, la logré costear igualmente con mi trabajo, así como también la construcción de mi casa en el barrio 18 de Febrero en Bosconia, donde empezó mi vida”, dijo con orgullo.

CAMPAÑA AUSTERA

En el proceso electoral del pasado 27 de octubre, Edulfo Villar Estrada, logró la Alcaldía de Bosconia, apoyado por el Movimiento Alternativo Indígena y Social MAIS, con 5.045 votos, sobre su principal contrincante Jorge Patiño Gómez, del partido Conservador Colombiano, quien obtuvo a su favor 4.941 sufragios.

Explicó el Alcalde electo, que no contó con una campaña política ostentosa, su única estrategia fue el acercamiento con la comunidad a través de bingo integraciones. “Era un candidato de base popular, sin padrinos, sin apellidos políticos tradicionales, ni mucho menos con recursos importantes que permitieran hacer una campaña mucha más sólida, o de la manera tradicional como se acostumbra”.

Entonces diseñó una política que se ajustara a sus condiciones económicas, y los bingos fueron la alternativa. “Llegaba a los barrios y repartía los cartones gratis para que asistieran a las integraciones; allí se recogían los datos de cada uno para ir aumentando los registros y saber con las personas con quienes se iba contando.

“Me gastaba en los premios entre 40 y 100 mil pesos, eras calderos, vasos, platos, cucharones, cuchillos y se promovía el baile “distinto”, que retaba a los asistentes a bailar con el candidato. También era el momento para hacer reclutamiento de voluntarios para el recorrido por los barrios del municipio. Se lograron realizar alrededor de 30 actividades de este tipo, principalmente en el tiempo de precampaña”.

Pero lo más significativo de los eventos, era que Villar Estrada repartía el tinto como una forma distintiva de haber logrado su profesión, y haber desarrollado su instinto de ayudar a los demás, vendiendo café.

Las ganas permanecieron hasta último momento y sus seguidores así se lo demostraron. Para el día de las elecciones, solo agua tenía para ofrecerle a sus electores y de cinco paquetes que le regalaron, cuatro quedaron guardados en su casa, nadie pidió nada para darle el voto a esta persona, en quien han fijado las esperanzas de desarrollo para su municipio.

VIENE EL TRABAJO POR BOSCONIA

“Ahora me queda un gran compromiso, devolverle esa confianza con obras e inversiones para Bosconia, que a gritos pide seguridad, empleo, mejoramiento de los servicios públicos e impulsar una universidad en la zona”, dijo.

El municipio de Bosconia tiene una población que supera los 30 mil habitantes, está ubicado a 89 kilómetros de Valledupar y tiene una superficie de 609 kilómetros cuadrados. Cuenta con una asignación presupuestaria anual, de casi 40 mil millones de pesos.

El Alcalde afirmó que durante los primeros días de gestión se le dará impulso a dos proyectos importantes que ya el Gobierno nacional priorizó, y estos son el frigorífico y el acueducto para potabilizar el agua a través de una planta de tratamiento y mejorar la eficiencia perforando otros pozos con una red de distribución.

También se tiene como prioridad el Puerto Seco que es una megaobra que el Gobierno lo tiene incluido entre su plan de ejecución. Se gestionarán los recursos para cumplir con la meta de que este municipio cuente con un puerto de carga, descarga y distribución de mercancía hacia diferentes partes del país.

El 27 de octubre Bosconia dio una gran lección de democracia, eligió a una persona que hizo un plan de gobierno en las calles y en las comunidades, dijo Edulfo Villar.