En Valledupar, recordaron las huellas de Alejo Durán
POR WILLIAM ROSADO RINCONES
Valledupar, la tierra donde se coronó como el primer rey del Festival de la Leyenda Vallenata, fue sede de otro foro de los tantos programados a lo largo y ancho del país en la conmemoración de los cien años del natalicio de Alejandro Durán Díaz.
El acto cumplido ayer desde las 4 de la tarde en el auditorio Consuelo Araujo de la Biblioteca, contó con la presencia de grandes gestores culturales, músicos, investigadores, familiares y miembros de la prensa vallenata, quienes se empaparon de facetas desconocidas de este gran juglar que se forjó artísticamente en un hato ganadero y que desde muy joven emprendió un periplo por toda la geografía colombiana llevando el mensaje de los acordeones, para entonces desconocido en muchos lares.
Se desarrolló un foro sobre la vida del maestro Alejandro Durán con la moderación del investigador, Simón Martínez Ubarnez y un grupo de Invitados entre los que estaban los hermanos Bordeth Chiquillo, quienes son escritores e investigadores del municipio de El Paso, la tierra que le dio vida a Alejandro Durán.
Alejo cumplió los cien años el pasado 9 de febrero. Desde que descolló como ejecutor de los fuelles, fue llamado el ‘Negro Grande del Acordeón’, y se convirtió rápidamente en uno de los mayores representantes de la música vallenata, tuvo la oportunidad de ganar las Olimpiadas musicales en México en 1970, una de sus más grandes hazañas a nivel musical.
En el conversatorio de ayer tomaron la palabra: César Augusto Botero, licenciado en arte y folclor, Álvaro Enrique Baute, profesor e investigador de la zona corregimental de Los Venados y Guaimaral, una zona muy ligada a las extensas sabanas de El Paso, y el cronista Juan Rincón Vanegas, quien habló acerca de todo lo realizado con su pluma, alrededor de la obra del maestro Alejandro Durán.
En otra intervención periodística estuvo Agustín Bustamante, periodista , quien habló no precisamente, de Alejandro Durán sino de Juancho Polo Valencia del que se ha convertido en su biógrafo, en aras de que se le reconozca la grandeza a este otro juglar de Flores de María, una población del departamento del Magdalena, quien al igual que Alejo, fue de los precursores del folclor, pero que en su caso personal por ser un amante a la bohemia no pudo relacionarse con personas que hubiesen apreciado su obra y llevarla más lejos, aunque defiende con su pluma la fineza para tocar y la sabiduría innata para componer, y que hoy con cien años de su natalicio, también se debiera rescatar esa memoria y obra folclórica.
El espacio tuvo la participación y ejecución de gestores del Plan de Música para la Convivencia y Reconciliación del Departamento y la empresa minera Prodeco. El evento fue promovido por la Oficina de Cultura del Departamento y la Biblioteca Departamental Rafael Carrillo Lúquez, junto a la Fundación Acordes de Paz los cuales junto a Prodeco buscan con estos espacios, asegurar el registro de la evolución musical en el Departamento para documentar su historia y proyectarla al futuro.
Dada la ascendencia de Alejando Durán de un palenque negroide, se trató en el desarrollo del foro, la importancia de la comunidad afro en el vallenato. Además se trajo una muestra del diseño del museo Alejo Duran que opera en El Paso. Y finalmente hubo una ronda anecdotaria de familiares del juglar, quienes abordaron aspectos propios de este personaje.