Diario del Cesar
Defiende la región

Tiempo de purificarnos

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Ahora que regresan las clases de historia a los colegios, según anuncia el gobierno, toca buscar a los historiadores para que la cuenten, y la cuente bien, no como cuento sino como realidad.  En las últimas tres generaciones, la historia dejó de dictarse en los colegios y hoy los muchachos creen que las fiestas de San Silvestre se debe al cantante Silvestre Dangond y Santa Claus o San Nicolás, son homenajes a Maduro.

Para los muchachos encontrar semejanzas es fácil, Silvestre es sinónimo de fiesta y Santa Claus, con su panza es sinónimo de regalo, relleno claro, de plátanos maduros, o cambur como dicen los hermanos del bravo pueblo.

Pero febrero ya llegó.  Hace mucho tiempo, el calendario romano tenía solo 10 meses y el  año era de 304 días, pero los sabinos celebraban la fiesta de la purificación el día 15,  este año cae viernes.  La pachanga consistía en dar fuete con februas (unas tiras de piel de macho cabrío) a las mujeres para purificarlas, era el festival de las februas, que algunos insisten  debe conservarse, yo no tanto.  Hoy las féminas se defienden con carteles de “Párala ya” o “Me too” (movimiento) que repito, por no saber historia la gente piensa  otra cosa.

Antes, el año comenzaba en marzo, hasta diciembre,(diez), julio que era el sexto mes, el emperador Julio César lo cambió a su nombre, entonces Augusto también hizo lo mismo con agosto que es el séptimo.  Ambos eran políticos.  Nada de raro que ocurra en los nuevos tiempos, con  repetición de nombres, no puede extrañarnos. Heródoto que es el padre de la historia, pero ya nadie quiere llamarse así.  Nombres como o Ciro el Grande, Iván El terrible, Simón El Bobito, Gustavo(como Rojas Pinilla) que sus nietos saquearon a Bogotá en temas de corrupción, y hasta un fiscal, anticorrupción se llama así, forman parte del paquete para escoger.  Incluso Francisco Fernando, archiduque, con su asesinato en Sarajevo originó  la primera guerra mundial, hoy nuestro gobernador se llama así, pero no es guerrero; Bolaños Guerrero, quiere volver a ser gobernador, pero no tiene cielo, por eso está en las nubes.  Pero no conocemos la historia, ni la antigua ni la reciente.

Eso de que a Rómulo y Remo los alimentara una loba, no le cabe a los picaros pilos de hoy, ellos son conscientes que con un Lobo senador, pueden conseguirse muchas cosas, leche de vaca, no de loba, para alimentación escolar, entre tantas vainas.  De esas fiestas lupercales antiguas llegamos a nuestros carnavales actuales, para el caso de Valledupar se acabaron, por muchas razones, la más categórica fue la llegada masiva de mucha gente de otras partes a la ciudad que causaban y siguen causando vandalismo, atraco y hasta muertes en las fiestas y para el alcalde de la época, Elías Ochoa Daza, tomó la determinación de acabarlas.  A alguien hay que echarle la culpa en temas de festividades, mucho tiempo después una pariente suya integró el cup cake de chilonga a nuestra gastronomía vallenata y compensó en algo la dolorosa decisión de su consanguíneo.

Hoy es fácil encontrar en las colas de las EPS, tiernas ancianitas con problemas de rodillas que reclaman sus medicamentos y exclaman impacientes y como medio de defensa: ¡Yo fui reina del carnaval! ¿Acaso no me recuerdan?

Las ciudades crecen y buscan otros rumbos, dejan su rastro de recuerdos y nostalgias por todas partes, ayer, aquellos reinados con vestidos que vomitaban lentejuelas por todas partes, hoy ya es historia.

Pero dejemos que la tierra siga girando, al menos ya germinaron las primeras semillas de maíz en la luna, pero nuestros pueblos en la tierra tienen hambre y no hay agua muchas veces, pero esa será otra historia, ahora nos toca la comedia de Maduro, Guadó, Trump, fronteras, helenos, Odebrecht, Fiscal general, etc.  Ojalá no se les ocurra utilizar cianuro en lo poquito de Carnaval que nos queda.  Eso sí sería tragedia, y como la historia se repite, ¿qué tal que los criadores de ovino caprinos decidan fomentar la fabricación y venta de februas para la purificación? De la humanidad, uno nunca sabe su siguiente paso.  Somos civilizados…

*Abogado