Eduardo Serrano Ortiz, de 45 años, fue asesinado en su finca, ubicada en la vereda Candelia, del municipio de San Martín, cuando malhechores le propinaron un balazo en el tórax para robarle un bolso en el que tenía $100.000.
La delincuencia que tiene azotados a los pueblos del sur del Cesar sigue cobrando vidas. En esta oportunidad, la víctima del hampa fue un ganadero de 45 años, que fue asesinado de un balazo por delincuentes que intentaban robarlo, en hechos ocurridos en zona rural del municipio de San Martín.
Se trata de Eduardo Serrano Ortiz, natal de Villa Caro (Norte de Santander), quien recibió un disparo en el lado derecho del tórax con un arma de fuego en hechos ocurridos en la noche del pasado sábado, en la finca Villa Luz de la vereda Candelia, situada en el corregimiento de Agua Blanca, en la mencionada población.
Según lo indicado por la compañera sentimental del hoy occiso, varios sujetos armados llegaron hasta la estancia donde el ganadero vivía con su familia y al encontrarlo allí en compañía de su mujer, los intimidaron con sus pistolas y les exigieron que les entregaran un bolso en el que había $100.000. No obstante y pese a que estos accedieron a satisfacer sus pretensiones, los malhechores le propinaron la herida mortal a la víctima para luego darse a la huida con rumbo desconocido.
Asustada por lo ocurrido, la fémina salió del lugar para pedir el auxilio de sus vecinos pero dicha ayuda tardó un poco, dada las horas de la noche en que ocurrió. Una hora después, Serrano Ortiz fue llevado hasta el hospital Álvaro Ramírez González, del municipio de San Martín, pero al llegar los galenos informaron que ya no tenía vitales.
A ese centro asistencial también se trasladaron varios funcionarios de la Seccional de Investigación Criminal, Sijín, adscritos al distrito de Policía de Aguachica, para efectuar la inspección técnica al cadáver que luego fue llevado a la morgue del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de esa misma población, para que allí le practicaran la correspondiente necropsia.
Al cierre de esta edición, las autoridades no han realizado ningún pronunciamiento sobre este crimen que enluta no solo al gremio ganadero sino que tiene indignados a los pobladores del ese municipio del sur del Cesar.