Parece ser que por fin hay consenso en la comunidad internacional para actuar de una vez por todas contra el régimen dictatorial de Nicolás Maduro en Venezuela. Ya nadie duda de las atrocidades de un gobierno que se dedicó a cercenar las libertades y aplastar la democracia para darle vigencia a un modelo que tuvo un fracasó monumental y que para fortuna de ellos quien se lo inventó ya no vive, porque si viviera la pena moral y política lo hubiera matado.
La pandilla que gobierna en Venezuela está cada día más sola, aislada por las naciones democráticas del mundo las cuales de paso han venido reconociendo a las fuerzas opositoras y ahora solo falta ese empujoncito que solo lo puede dar el propio pueblo venezolano. Es la gente la que está hastiada de padecer necesidades, de pasar física hambre, la que no tiene empleo, ni medicamentos, ese ciudadano de a pie que viene sufriendo año tras año de los desaciertos de un régimen que acabó con todo, el que se debe manifestar de manera espontánea, saliendo a las calles y tomarse el Palacio de Miraflores. Que va a ser una solución dolorosa y sangrienta, muy seguramente, pero no hay otra. Hay que atreverse a ver si las fuerzas armadas encabezadas por el señor Padrino, reconocido narcotraficante así identificado por los Estados Unidos y máximo cabecilla del ´Cartel de los Soles´, se atreve a perpetrar una masacre de lesa humanidad. Entonces, con ese enorme apoyo de la comunidad internacional, son los propios venezolanos quienes tienen la cabeza de Maduro, Cabello y toda la pandilla servida en bandeja.
Ahora bien, la situación de anormalidad absoluta en la legitimidad del mandato de Maduro y su ejercicio, hace que sea también difícil el acople constitucional de la declaración de Guaidó. Su fuerza es más simbólica y deriva de la movilización política que pueda lograr, así como del reconocimiento internacional que en buena medida viene obteniendfo
Pensar que Maduro va a abandonar por lo pronto el poder, y que lo hará de manera pacífica, es pensar con el deseo, es no ver la realidad. Entre otras cosas porque su sola voluntad no es suficiente ante la presión que tiene de toda la camarilla criminal chavista, cuya supervivencia e inmunidad penal depende de que no haya un cambio en el mando. Los militares de alta graduación, en la mira de Estados Unidos por su complicidad o participación en el narcotráfico, también continuarán aferrados al actual régimen. Oficiales de mediano rango sí podrían estar pensando en un régimen de transición. Y es este régimen de transición el que deberá empezar a construirse, pues el riesgo de una exacerbación de la violencia es alto. La tentación de los cuadros del chavismo más radical será la de atacar por todos los medios no solo a Guaidó sino a sus simpatizantes y redes de apoyo
El punto de no retorno de Maduro y el chavismo ya fue cruzado. Que la pugna por el poder es un asunto interno de Venezuela ha sido desestimado por casi toda la comunidad internacional. A los venezolanos que aún quedan en su territorio les esperan semanas, meses, muy duros, tanto o más que los que ya han padecido hasta ahora.